
19/Jul/2014
Noche de épico punk rock californiano en el Pasagüero con uno de sus nombres más grandes y un inesperado, además de monstruoso, quórum prácticamente asfixiante: Face to Face por primera vez en México.
El siempre presente talento nacional, para engalanar y demostrar a los visitantes de qué va la oferta musical local, arribó en punto de las 21 h con los capitalinos Tungas, quienes tomaron el escenario para ser recibidos con algunas ovaciones y una que otra chiflada por ser los ‘nuevos’ en esto. Recién lanzado su LP debut, Vamos Perdiendo el Corazón, que los ha llevado en una intensa gira toda la república, el conjunto liderado por Aldo Camalle interpretó “Dicen Que Estoy Muerto” y “Brindemos” más un cover a “Defiance” de los españoles Chicharrica.
Durante un descanso se cambió el equipo, y mientras amigos e integrantes de otras bandas se encontraban y abrazaban efusivamente, Axpi subió al escenario para abrir los primeros pits con la gutural voz de Criado y la pesada batería de Silas. Considerara como una de las bandas con más trayectoria en el punk rock nacional, Axpi fue recibida de gran manera y correspondió con un recital a la altura, seguidos de Gula, otra banda cuya carrera les hacía también totales merecedores del gusto de compartir escenario con Face to Face en su primera visita a nuestro país.
Llegó la media noche y entre otros promotores de conciertos de punk, integrantes de bandas como KLH, Última Victima, Dolores y hasta Garrobos, que encontraban la manera de no morir asfixiados entre el público que parecía ir más allá del recinto lleno, es decir, un posible sobrecupo, Danny Thompson, Scott Shiflett, Chad Yaro y Trever Keith, alineados bajo el nombre Face to Face, arrancaron con “You’ve Done Nothing” desatando la locura en la sala.
La euforia fue inmediata, el sonido perfectamente ecualizado con un juego de luces elemental pero certero; “Struggle”, “Velocity”, “Overcome” y “Complicated” sonaron impecables y más que apelar a la nostalgia o a la remembranza, sonaron vigentes, frescas y atemporales. Los innumerables agradecimientos y señalamientos al mejor público del mundo se sintieron de más cuando brincos, empujones y gargantas desgarradas eran el estelar del show.
Tras poco más de una hora llegó un especial regalo para encore: “Bikeage” de Descendents, para que aquellos con playeras de Fat Wreck Chords, Lagwagon, NOFX y, por supuesto, de las distintas versiones del vocalista, Milo, se volvieran completamente locos. Siguieron “It’s Not Over”, “Disconnected” y, con la misma velocidad con la que la banda dio todo de sí, se retiraron y dejaron libre a la masa de gente que con sonrisas, lágrimas y borrachera, vivió uno de los mejores conciertos de punk rock en esta ciudad en mucho, mucho tiempo.
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