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Como una aguja en un pajar, hay ocasiones en que la Ciudad de México alberga conciertos que jamás pensaste ver. Por desgracia, muchas veces dichos eventos fracasan en la venta de boletos y merman las posibilidades de que algún promotor aventurado decida traer a otra banda que no sea de trap, K-pop o de esas que no programan en la radio.
En abril del 2012, cuando aún no existía esta apabullante sobreoferta de entretenimiento y shows en vivo, El Plaza Condesa fue el perfecto anfitrión para la primera visita de Mark Lanegan a México, quien en ese entonces estaba de gira promocionando el álbum Blues Funeral.
Para tal ocasión, Mark estuvo acompañado por su banda completa, la cual se presentó ante una audiencia pequeña, pero atenta que entendió la importancia de tenerlo por primera vez en suelo mexicano. Aquella vez, 21 canciones fueron suficientes para satisfacer la necesidad de escuchar esa icónica voz que en los últimos 34 años nos ha dado más de 20 discos increíbles con proyectos diferentes.
Tras ese show éramos pocos los que guardamos la esperanza de volverlo a ver un día pronto; mismo que tardó seis años en llegar, pero por fin sucedió. Ahora, nuevamente en El Plaza Condesa, la asistencia fue mayor y se dio cita puntualmente cargando vinilos bajo el brazo con la esperanza de conocerlo y conseguir una firma, una foto o por lo menos un apretón de manos.
Si bien se esperaba verlo al lado de su banda, el formato de la presentación fue reducido únicamente a guitarra, voz y teclados. Después de la apertura a cargo de URSS Bajo el Árbol, teniendo como preludio un playlist con los éxitos del grunge noventero, Mark Lanegan, Shelley Brien y Jeff Fielder salieron al escenario para arrancar con “When Your Number Isn’t Up”.
Desde la primera canción, el setlist fue distinto al que había mantenido durante la actual gira. El segundo tema de la noche fue “Low”, del disco Field Songs; seguido de “Hit the City”, que conocimos originalmente con la voz de PJ Harvey.
Sin duda, este formato más íntimo nos permitió disfrutar mejor de canciones como “Come To Me”, una de las grandes sorpresas de la noche, y “You Only Live Twice”, cover a Nancy Sinatra incluido en el álbum Imitations; sin embargo, temas como “The Gravedigger’s Song” se escucharon bastante apagados y con ciertos detalles en la calidad del audio.
Después de “Nocturne”, probablemente una de las mejores canciones de Gargoyle, Mark nos regaló su versión en solitario de “Deepest Shade” de The Twilight Singers, proyecto en el que compartió créditos con Greg Dulli de The Afghan Whigs. “Sad Lovers” y “I am the Wolf” fueron otros cambios y sorpresas del concierto que se extendió hasta pasadas las 22:40 H.
Tras agradecer al público por haber formado parte de una noche mágica, Mark se despidió del escenario mientras Jeff regalaba el último solo de guitarra. Aún no se terminaban de encender las luces cuando la tienda de mercancía oficial se abarrotó de gente tratando de comprar algo para poder acceder a una firma de autógrafos, formando una fila que llegó hasta el fondo del recinto.
Decenas de personas esperaron para saludarlo y conseguir que les autografiara un disco o una postal. Mark, sonriente y acompañado de Shelley, firmaba todo lo que le ponían enfrente sin ninguna dedicatoria especial. Si preguntabas algo, él respondía, ¿pero qué le puedes decir a alguien tan imponente? No mucho, solo darle las gracias por haber transformado tu vida a través de su música. Porque tal vez no haya hecho de ti una mejor persona, pero sí una persona mejor consigo misma.