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"Major Lazer se puso de moda por 'Lean On', qué oso". "Major Lazer qué, ni tocan chido". "Están carísimos los boletos, no voy ni de broma". Estas frases y muchas otras sobre Major Lazer y su concierto en el Pepsi Center WTC, inundaron las redes sociales en víspera de la llegada de Diplo, Walshy Fire y Jillionaire a la Ciudad de México.
Un día antes, la banda había ofrecido un DJ set en una de las tantas celebraciones que Corona organizó por sus 90 años de vida. Los buenos comentarios del show se propagaron y la emoción por ver en vivo en el recinto de la Nápoles a los creadores de temas que prometían sacarnos hasta el diablo del alma, era mucha.
Moda, gusto real, ganas de bailar... qué sé yo, pero todo eso logró que en el lugar se sintiera uno como en un festival. Cientos, que digo cientos, ¡miles de personas! Palcos, lunetas, pista, todo estaba lleno de gente que variaba entre fresas, mirrreyes, chavos rucos, chavitos "modernos" y otros tantos mortales.
Muchos entramos algo tarde al lugar, y en lo que algunos esperaban en las enormes filas para comprar una cerveza, otros bailábamos con el warm up de Toy Selectah, quien es amigo de la banda, y no dudó en pichar temas como la versión en español de "Hotline Bling" de Drake, "Fuego", o "Sorry" de Justin Bieber.
Finalizando el set del mexicano (quien recibió algunas rechiflas que lo invitaban a bajar de la tarima) a eso de la medianoche, Major Lazer salió al escenario acompañado de tres hermosas y "frondosas" bailarinas. Era un hecho, la fiesta había comenzado.
Quiero creer que los afortunados que se aventuraron a llegar hasta adelante del Pepsi Center pudieron disfrutar más de los grandiosos visuales y coreografías con las que la banda venía preparada. Sin embargo, aquellos que estábamos a mitad de la pista (sobre todo si somos de estatura mediana), no pudimos deleitarnos con la grandeza del show en su totalidad.
Eso sí, canción tras canción, encontrábamos en la música de la agrupación estadounidense, esas ganas de dejar todo en la pista de baile. Incluso yo, que tengo el peor ritmo de la historia, logré lanzar unos pasos sensuales como las caderas de las bailarinas.
Bien podríamos decir que Diplo es el showman por antonomasia (prueba es el after que lo presentaría en SALA después del concierto de Major Lazer), ya que se encerró en una burbuja flotante y empezó a girar entre el público que extasiado levantaba su mano para poder rodar al irreverente músico. La verdad, su cara no cabía de la felicidad, tampoco la nuestra.
El productor, junto con su equipo, no se cansaba de sonreír y agradecer a los presentes por estar ahí. Lograr el primer sold out de un concierto en el año, no es cualquier hazaña.
Aunque tampoco fue mayor sorpresa, ya que sus canciones suelen ser un éxito y ayer pudimos escuchar desde "Come On To Me", "Watch Out For This [Bumaye]", "Get Up", "Let Me See Your Hands Up", "Express Yourserlf", "Boy Oh Boy", "Dat A Freak", y claro, para cerrar el show, el hitazo en colaboración con MØ, "Lean On".
Incluso, se rifaron una mezcla especial de "Entrega de Amor" de Los Ángeles Azules, pura go- za- de- ra. Entre papelitos brillantes que caían del techo, sudor, calor, meneos, nuevos amigos y viejos conocidos, vivimos un concierto lleno de emoción y entrega del público. Hip-hop, dance hall, moombathon, techno, rave, rap y más, fueron los protagonistas de la noche en la que banda se sintió tan bien, que incluso portó con orgullo la playera de la selección mexicana.
¡Vuelvan pronto, Major Lazer!