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Para todo artista, la presentación en vivo de un nuevo álbum debería representar un gran reto, pues, nunca se sabe con exactitud cómo puede reaccionar la audiencia ante la evolución de una trayectoria. Anoche, en el foro Normandie fuimos testigos de una nueva etapa en la que Low Roar experimenta a través de su nuevo álbum Once in a Long Long While.
La celebración por este nuevo integrante de su familia de LP's viene en grande. Este concierto inauguró la gira del lanzamiento del disco; viene una presentación más en Guadalajara y varias más por Norteamérica. Además, contó con el set acústico de Hanging Valleys como digno telonero; la fiesta finalizó con un DJ Set que duraría hasta la madrugada. Vaya que nuestras expectativas de este evento eran altísimas.
El ingreso al venue fue relativamente ágil, tomando en cuenta los estrechos pasillos por los que uno debe pasar y todo el ritual de revisiones que se experimentan. La tenue iluminación del foro era el aliciente ideal que combinaría perfecto con la propuesta de un silent concert.
Hanging Valleys, tuvo una grata presentación. Mike, utilizando el recurso de golpeo sobre la caja de su guitarra, creaba percusiones que acompañarían al rasgado sútil de su guitarra. Interpretó melodías que tranquilizaron nuestro espíritu musical. Con un buen intento por hablar español, se mostró bastante nervioso y emocionado por la excelente respuesta del público. Previo a finalizar su acto, le dedicó una canción a su papá (presente entre el público) por su cumpleaños, a lo que la audiencia le cantó fuertemente “Las mañanitas”.
El ambiente emotivo experimentado hasta el frente de la pista del foro era fuertemente opacado por la gente que apenas iba llegando al recinto. El ruido que hacían rompía totalmente con la atmósfera íntima que el telonero buscaba crear.
Finalmente la hora llegó. Low Roar subió al escenario directo a ejecutar sus nuevos temas. La transición respecto a sus obras previas es notable, ahora se muestra una faceta más electrónica; un sonido ambient que mezcla la conmovedora voz de Ryan Karazija con diversas notas digitales.
Los beats fueron en ascenso. Muy a mi sorpresa, los tracks se comenzaron a volver un poco más bailables, a la par que momentos downtempo seducían nuestra mente y nuestro cuerpo. Invitaban al escucha a moverse con cadencia y sensualidad, creando entre los asistentes una vibra coqueta. “Give Me an Answer” y “Bones”, al ser los primeros sencillos de su nuevo disco, eran cantados bajo por algunos de sus seguidores.
Y claro, los fans también esperaban los temas de sus previas producciones discográficas. La banda nos complació con temas como “I’ll Keep Coming” y “Vampire On My Fridge”, así como las versiones acústicas de “Friends Make Garbage (Good Frends Take It Out)” y “Just a Habit”.
La mayor parte del concierto, el público se mostró respetuoso al no sacar sus teléfonos celulares. También se esforzaron en mantener el silencio necesario para apreciar de mejor manera el espectáculo frente a sus ojos. Sin embargo, la magia se rompía con aquellos que aplaudían o gritaban emocionados aun cuando la canción en curso no terminaba o, cuando Ryan intentaba hablarle a su audiencia. Finalmente, Ryan se despide, invitándonos a quedarnos a seguir festejando con ellos en su DJ set, haciendo un brindis con un shot de mezcal.
Para mí es importante que las bandas se arriesguen a cambiar el estilo que enamoró a sus seguidores en sus inicios, y más cuando demuestran en sus actos en vivo que el talento y la esencia del proyecto permanece. Aun y cuando el género musical varíe. Low Roar cumplió con contundencia este cometido, dándonos un show que disfrutamos muchísimo, digno a ser recordado, por siempre.