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Probablemente durante el encierro, los sueños que invaden por la noche a nuestra mente tienen una constante: la música en vivo. Cantar y bailar con un montón de desconocidos se ha vuelto un asunto de vital importancia ya que no se reduce solamente a un repertorio de canciones, unas cuantas cervezas y ¡listo! cada quién para su casa. ¡No! Los conciertos, al igual que cualquier otra manifestación artística, nos recuerdan que estamos vivos, que tenemos todo un aparato emocional que puede llegar a desbordarse en decenas de sensaciones y de las cuales aprendemos a nombrar solo algunas.
Durante una presentación, experimentamos bofetadas o caricias de éxtasis, nos acercamos a la poesía a través de intrépidos versos de amor o apasionantes líneas sobre el sentido de la vida e incluso, la misma experiencia nos absorbe en el vacío existencial mediante un buen solo de guitarra.
Muchas veces he tratado de nombrar inmediatamente lo que me produce escuchar y ver a Love Of Lesbian en vivo y siempre fallo en el intento. Es un gran impacto emocional después de que Santi, Julian, Oriol, Jordy y Joan se despiden del escenario. Esta vez no fue diferente, a pesar de las circunstancias.
Como muchos otros artistas del mundo, el grupo barcelonés se unió a la estrategia de Ocesa Irrepetible para presentarse virtualmente desde el estudio de grabación La Casa Murada ubicado en Cataluña, España, lugar donde la banda ha estado trabajado en lo que será V.E.H.N, su novena producción discográfica.
Aquel espacio se convirtió en una ofrenda que celebraría a la muerte a través de la vida y su compañera fiel, la música. Rodeados de veladoras, calaveritas, retratos de sus más grandes influencias y flores de papel que simulaban nuestro tradicional cempasúchil, los músicos nos invitaron a adentrarnos poco a poco a una velada muy mágica y de la cual nos llevamos gratas sorpresas.
El concierto comenzó en punto de las 20:30 H, pero como ya es costumbre, los comentarios de los asistentes en el chat del sitio web se hicieron presentes desde minutos antes. “Vendedores de chelas virtuales”, grupos de WhatsApp y Facebook, dedicatorias de amor a la distancia, videollamadas entre los más arduos seguidores y muchas otras expresiones de cariño ya empezaban a visibilizarse. De repente… la imagen se funde a negro y desde la distancia acompañamos a la banda con un brindis por lo que está a punto de suceder.
El grupo tocó en total 15 canciones y comenzó con una de las favoritas: “Allí donde solíamos gritar”. Su interpretación fue un tierno abrazo con motivo del reencuentro de un gran grupo de fans, pero sobre todo de amigos. Luego del corte inicial, le siguió “Los días no vividos”, la cual creó una conexión muy especial en la que intentamos unir lejanos recuerdos para proyectar ansiados deseos. Basta con prestar atención a la letra y adaptarla a nuestros tiempos para resignificar su sentido e intentar no desbordar una lágrima.
Al principio, la ausencia de aplausos y vitoreo creaba un ambiento raro, sin embargo, no tardó mucho para que Santi se apoderará de la cámara con su carismática personalidad y transmitiera genuinamente sus emociones a la distancia. Su alegría y efusividad nos convocaban a no dejar de cantar ni bailar.
La tercer entrega fue “1999/2009”, cuya combinación con “La Llorona” de Chavela Vargas y “¿Por qué te vas?” de Jeanette le abrieron paso a “Voy a romper las ventanas”. Personalmente, prefiero cuando esa bonita mezcla ocurre en la recta final del espectáculo, pero recordemos que la lógica de elección del setlist corrió a cargo de los seguidores a través de sus propios repertorios. Además, sin lugar a duda, es una de las más esperadas y coreadas.
“Incondicional” antecedió a “Música de Ascensores” y “Cuestiones de familia”. Todas ellas con ciertos esbozos acústicos. Una vez que comenzaron los acordes de “Wio, antenas y pijamas”, se reafirmó la relación de Love of Lesbian con México, pues hasta este momento del show no escuchamos algo que ya se hubiera experimentado en sus anteriores visitas a nuestro país. Definitivamente se cumplió el lema de ser “irrepetible”.
Resulta que de las dinámicas que planteamos para México fue crear una serie de playlist y una de las canciones que se repetían mucho era ‘Incondicional’.
Es una canción que en realidad no hemos tocado demasiado (una vez en diez años). Entonces, pues queriendo hacer caso un poquito a vuestras peticiones y hacer un show un poquito más dinámico y compartido, hemos decidido tocarla para el pueblo mexicano.
La verdad es que ¡gracias! Desempolvarla ha estado bien”, expresó Julián y Santi.
Conforme transcurrió el tiempo, los músicos se dejaron llevar por el momento. Desde las baterías, Uri no dejaba de sonreír al mismo tiempo que los visuales de calaveritas detrás de él, creaban mágicas imágenes caleidoscópicas. Mientras tanto, Julian siempre concentrado y dedicado, homenajeaba a Jimi Hendrix cuyo retrato se sumaba al particular ritual.
La noche continuó con “Belice” y “Club de fans de John Boy”, pero me detengo un momento aquí, porque si estuviste ahí habrás experimentado esas cosquillas burbujeantes en tus pies y el rápido latido de tu corazón, al darte de cuenta de lo que estaba terminando y de lo que en unos instantes comenzaría. Estoy segura de que, por unos segundos, el silencio en el lugar en donde te encontrabas se hizo presente: “la luz se desmayó, ¿con cuál van a empezar? A ti te daba igual. Dijiste: Acertará”.
Y acertaron. Un hermoso y conmovedor cover de “Afuera”, canción original de Caifanes arrasó con nuestros corazones. ¡Love of Lesbian, hermanos, ya son mexicanos!
Esta es una canción dedicada a todos los que están pasando por un momento delicado, sea de salud o económico, o los dos a la vez. Son tiempos complicados y esperemos que todo lo que nos está pasando sean ‘Males Pasajeros’”, señaló Santi.
Después de la subida llega el inevitable descenso, pero la banda no nos dejó caer repentinamente, sino que fue con un consuelo nocturno: “Males Pasajeros”, un oasis que siempre encontrará cabida entre las miles de desgracias por las que atraviesa la humanidad actualmente. Desde mi perspectiva, la canción es un poema sonoro cuya esencia describe el espíritu sincero y honesto de la banda.
Para terminar el concierto, Love of Lesbian interpretó cuatro canciones más: “Contraespionaje”, “Bajo el Volcán”, “Cuando no me ves” y la mítica “Oniria e Insomnia”. Todas ellas entre graciosos comentarios, sonrisas traviesas, agradecimientos y buenas vibras para México. Sobre la realización del concierto, Santi mencionó que llevaban demasiado tiempo sin verse para tocar en directo, pero que cada uno por su cuenta ha estado ensayando mucho desde sus hogares, por lo que el streaming también fue un muy buen pretexto para reencontrarse como banda. Por supuesto, con todas las medidas de seguridad sanitarias.
Aceptando los tiempos que corren y que toda la vida que nos ha tocado vivir parecen sucedáneos de lo que vivíamos, yo estoy bastante agradecido de hacer este concierto para el público de México, volvernos a juntar ha sido muy bonito y es una buena despedida hacerlo con 'Onirira e Insomnia'”, comentó Julian.
Una vez más nos adentramos a las cosmovisiones sonoras de Love of Lesbian. Asomarnos a través de una computadora, un celular o cualquier otro dispositivo hasta el otro lado del mundo, nos acercó un poco al tan anhelado contacto humano, el cual aumenta progresivamente con el transcurso de este encierro. Cabe resaltar que el repertorio de la banda nos proporcionó un poco de paz y sanación, lo que nos recordó que no habrá barrera que nos impida cantar, bailar y disfrutar de la vida con amor y música.