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En el Centro Histórico de la Ciudad de México, en la antigua calle de Donceles (junto al edificio de la Asamblea Legislativa de la capital) aconteció una noche repleta de folklor y sonidos en celebración a la vida; las personas comenzaron a llegar desde las 18:00 H al Teatro de la Ciudad Esperanza Iris, inmueble que desde la fachada incita alegría y comodidad, todo listo para que una velada llena de sabor sucediera con La Santa Cecilia como protagonista.
Transcurrían los minutos y poco a poco este recinto cultural (que destaca por su propuesta arquitectónica edificada a comienzos del siglo XX por la entonces famosa actriz y cantante mexicana Esperanza Iris) se llenaba cada vez más de gente, quienes ingresaron al inmueble con energía y expectativa ante la idea de presenciar un recital que evocaría tradición y amplias emociones.
De esta forma, octubre arrancó lleno de baile, colores y cultura; al interior del teatro las luces se desmayaron y brindaron paso al Dueto Dos Rosas, grupo formado por las hermanas Sheyla y Emily Rosas —hijas de inmigrantes originarios de San Martín Sabinillo, Oaxaca— quienes terminaron con la espera del público y en punto de las 19:00 H inauguraron el concierto con los temas “Llorona”, “Sabor a mí”, “Luz de luna”.
Luego de entonar clásicos temas del regional, el grupo conformado en su mayoría por mujeres, se dispuso a interpretar canciones más rancheras, así mismo hicieron presentes temas de otros países, tal es el caso de “Alingo lingo”, canción chilena con la cual pusieron a bailar a los presentes.
Con casi una hora sobre el escenario, este dueto logró impregnar al público con su energía vibrante y llena de amor por México, atmósfera adecuada para recibir lo que venía a continuación, pues la banda mexico-estadounidense La Santa Cecilia haría su regreso a territorio nacional.
La noche transcurría sin contratiempos y luego de 15 minutos tras la partida del Dueto Dos Rosas por fin el momento más esperado se llegó, La Santa Cecilia apareció en escena y como si se tratara de una electrizante obra de teatro, Marisol “La Marisoul” Hernández paralizó a los presentes con la potencia de su voz, considerada por muchos como una de las más destacadas de la música latina.
De inmediato su estancia en el escenario recordó a los presentes los motivos por los cuales el grupo ganó el Premio Grammy a Mejor Álbum de Rock Latino, Urbano o Alternativo en 2014, pues su presencia llena de tesón y ánimo era contagiosa aún para los más escépticos de la noche.
Además de Marisoul, el arte del percusionista Miguel “Oso” Ramírez, el bajo Alex Baldaña y el acordeonista Jose “Pepe” Carlos hicieron manifiesto de la potencia en su música; los temas con los que arrancaron el concierto fueron “Estrellita” y “Vámonos”, con los cuales impregnaron a los presentes de felicidad y sentimientos.
Posteriormente siguieron deleitando al ávido público con canciones como “Ódiame”, “Cómo dios manda”, “Amar y vivir”, “Ingrata”, “Nuestro juramento” y “Monedita”, temas con los cuales pusieron a bailar y cantar a sus fans.
Transcurrió la noche llena de emociones, tradición y folklor, al mismo tiempo Marisoul aprovechó la potencia de su voz frente al micrófono para compartir diversas reflexiones sobre el valor de la vida, con las cuales el público empatizó y así lo reflejó con minutos enteros de aplausos ante el regreso a México de La Santa Cecilia.