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Kurt Vile en El Plaza Condesa

Kurt Vile en El Plaza Condesa

Felipe Corrales
Osiris Priego

Osiris
Priego

05/Feb/2017

Detalles

Organización

Producción

Ambiente

Lugar

El Plaza Condesa

La intimidad melódica de Kurt Vile.

Una noche fría de sábado y en la que Kurt Vile se presentó por segunda ocasión en la Ciudad de México. En pleno corazón de la Colonia Condesa, el interprete norteamericano nos demostró lo importante y bello que puede ser un show con pocos reflectores. El recinto, no lucía lleno por lo que el concierto inmediatamente ganó un status de sesión intima. “Dust Bunnies” fue el acto inicial. Sencillez, carisma y un excelente sonido creaban una sensación perfecta muy adecuada al lugar.

Cuatros años fue el tiempo que tuvimos que esperar para deleitarnos con el poder sonoro del músico nacido en Pensilvania. En esta ocasión Kurt vino con su disco B’lieve I’m Going Down, y repasó canciones como “Stand Inside”, “I’m am Outlaw" y “That’s Life, tho (Almost Hate To Say)" dándole un grata presentación a su más reciente material. La gente apreciaba la calidad rítmica del concierto, las cervezas y el olor a mariguana comenzaba a esparcirse por cada rincón de El Plaza, no obstante gracias a la poca gente que se dio cita en el lugar, los asistentes pudieron disfrutar todo en una perfecta comodidad sin la necesidad de empujarse unos a otros como en otros conciertos.

El ritmo que se llevó durante la noche fue tranquilo, entre guitarra acústica y eléctrica, Kurt interpretaba todo de una manera sencilla, entre breves saludos y agradecimientos hacia el público, la intimidad lo fue todo. “Goldtone” y “Girl Called Alex”, plasmaban la calidad musical que se vivía, gracias al tiempo y esfuerzo con la que cada canción se interpretaba.

Las voces del lugar se unieron en un mismo coro, ante una dulce y tranquila melodía como la de “Wakin In A Pretty Day”. Una sola voz mencionaba la siguiente frase: Wakin on a pretty day, don´t know why I ever go away, siendo este uno de los grandes momentos de la noche.

Las luces del escenario tomaron un papel importante con tonalidades azules, moradas y verdosas que reflejaban el sentir de cada canción. El viaje que se vivía en cada interpretación era distinto, y el juego de estas enriquecía la experiencia. El show continuaba, electrizantes sonidos se emitían con “Pretty Pimpin”, para pasar a algo sencillo como “Puppet to The Man”. El setlist crecía sumando a su cuenta canciones como: “ He’s Alright, “KV Crimes” y “Freak Train”, siendo este último tema, el que diera por finalizada la primera parte del show.

Con cerveza en mano y después de unos breves minutos detrás del escenario, Kurt tomó el micrófono para nuevamente mostrar su agradecimiento. “Wild Imagination” sonó para darle continuidad a esta mágica noche. Entre gritos la gente pedía canciones como “Feel My Pain” o “Never Run Away”, pero a cambio recibimos un el cover de “Downbound Train” de Bruce Springsteen, causando el asombro de muy poca gente que reconoció el tema.

Nuevamente, la guitarra acústica salió a relucir, pues como punto final al concierto, sonó “Baby’s Arms”. Aprovechando estos últimos instantes, la gente optó por tomar fotografías, entre las tenues luces del escenario, mientras se entonaban los acordes finales de esta canción. De manera silenciosa, los músicos salieron de la tarima, entre una corta sesión de aplausos por parte de los asistentes. El Plaza prendió sus luces para dar por finalizada la intimidad melódica de Kurt Vile.

Felipe Corrales

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