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La espera fue larga, pero valió totalmente la pena. Anoche en el Pabellón Oeste del Palacio de los Deportes, IDLES entregó un intenso performance que desbordó todas nuestras expectativas. Aunque un día antes, los de Bristol tocaron en el House of Vans de la CDMX, oficialmente, lo que se dice oficialmente, este del miércoles 23 fue su primer concierto en nuestro país.
El viernes 18 de marzo por la mañana se anunció que la banda haría un showcase gratuito y sorpresa presentado por la marca de tenis. Supuestamente, el registró habría en punto del mediodía, pero poco antes de la hora señalada, el sistema se ajustó misteriosamente y se recorrió el horario 30 minutos. Tras actualizar constantemente la página, desde las 12:07 H ya marcaba sold out. Para la hora "señalada" ya era imposible ingresar. En fin. Da click aquí para saber cómo se puso aquello.
Y es que desde hace dos años nos quedamos con las ganas. Originalmente, el Foro Indie Rocks! albergaría el debut de la banda en México con dos fechas sold out pactadas para el 21 y 22 de abril del 2020. Al día siguiente tenían compromiso en Guadalajara y, posteriormente en Monterrey. Sin embargo, el paro total de actividades derivado de la pandemia por Coronavirus echó abajo nuestros planes. El resto es historia por todos conocida.
Días previos a la fecha del concierto, por razones desconocidas, junto con el aviso de que se liberaban más boletos, se anunció que Margaritas Podridas tomaba el lugar del dúo revelación Wet Leg como acto abridor. Seguramente en un futuro no muy lejano tendremos oportunidad de ver tocar a Rhian Teasdale y Hester Chambers en nuestro país. Si no las topan, les recomendamos que le vayan entrando.
En punto de las 20 H, el cuarteto encabezado por Carolina Enríquez saltó al entarimado del Pabellón. Con dos discos en las calles, su característico sonido que combina shoegaze con un poco de grunge encendió la mecha de la explosiva velada que estaba por delante. A lo largo de 30 minutos, el público se mantuvo receptivo, encontrando un punto alto durante la interpretación de "No Quiero Ser Madre". Desafortunadamente, el sistema de audio estaba un poco saturado y no pudieron desplegar la coloratura de matices oscuros que otrora les escuchamos en el Foro Indie Rocks! como parte de las sesiones de Hipnosis Presenta.
La emoción iba en aumento. Poco a poco el recinto alcanzaba su capacidad máxima. La regla del distanciamiento social que fue norma rígida durante meses se diluyó. Todos queríamos estar lo más cerca posible del escenario. Rayando las 21:00 H, en la música de espera se coló "Love Will Tear Us Apart" de Joy Division, de pronto la gente estaba acompañando la melodía en los coros; como si fuera el himno en un estadio. Diez minutos más de una tensa espera y por fin salen al escenario.
El bajeo crudo e implacable de “Colossus” que cala hasta los huesos para darle inicio al ritual. La gente se arremolina al frente del escenario por el tremendo golpe de adrenalina. Todos se la saben, todos la cantan. Explota la rola y los vasos de cerveza vuelan por todos lados. Comienzan los madrazos. No hay más; es aquí y ahora. Es mejor de lo que imaginamos durante meses.
Como buen conocedor de los excesos y calculando el riesgo potencial, Joe Talbot nos pide dar unos pasos atrás para desahogar el nudo de enfrente. Insiste, va en serio.
Sonidos de alarma. “Car Crash” nos pasa por encima como un tráiler sin frenos. Las guitarras aceleran a 100 kms por hora. “¿Qué te parecen esos clichés?”. “Mr. Motivator” nos inyecta esteroides para sacar el estrés acumulado a codazos y empujones. Sin tiempo para reaccionar, la pelota roja nos golpea de nueva cuenta directo en el rostro. “Grounds”; esto no es una clase de pilates. Tranquilos, esto apenas fue la calistenia.
“I know nothing. I'm just sitting here looking at pretty colours… Men are scared women will laugh in their face. Whereas women are scared it's their lives men will take… Mother Fuuuuucker”. Llega el primer gran hit comercial de la banda, el tema que los apuntaló como la nueva promesa del Reino Unido por allá del 2017 tras la salida de su álbum debut. “Mother” tiene en su ADN el sarcasmo y la furia que mantuvo en pie el proyecto a lo largo de los 8 años que transcurrieron desde su formación hasta la publicación de su primer disco.
"The New Sensation" para sentir el post punk circular por nuestras venas. "Samaritans" para arremolinarnos al moshpit, justo como en la portada del Joy. “Divide and Conquer” para repartir golpes a cada baquetazo de Jon Beavis.
El combo de canciones “Never Fight a Man With a Perm” - “Crawl!” - “1049 Gotho” llenó de furia nuestros puños. Casi sin notarlo estábamos a la mitad de un concierto que resultó catártico en todos los aspectos.
La energía de los músicos es incomparable. Pero la intensidad de Joe es algo fuera de este planeta. Su conducta sobre el escenario delata al niño hiperactivo, al adolescente problemático y al adulto errático que encontró en la música su redención. De otra manera, su misma explosividad lo hubiera llevado a descarrilar como un tren sin control.
“When the Lights Come On”, “Love Song”, “The Wheel”, “Television”, “A Hymn”, “War, I'm Scum”, “The End”, “Date Night”, “Wizz”. Todas llegaron como una avalancha. Ninguno de sus cuatro álbumes tiene desperdicio. Las pequeñas pausas que había eran para agradecer la entrega de la gente. “Llevábamos 10 años soñando con tocar en México, agradecemos al público mexicano porque ellos nos construyeron a nosotros, no al revés”, declaró por la tarde el vocalista en una conferencia de medios y, lo ratificó sobre el escenario bañado en sudor y con las cuerdas vocales en tensión máxima.
Lo que se vivió anoche en el Pabellón quedará en los libros de historia. Los que fueron no me dejarán mentir, busquen en YouTube y comparen los lives de la banda y verán que el único que se le asemeja es la emblemática tocada en el Bataclan de 2018.
En el clímax de la noche llega "Danny Nedelko" como pre-cierre espectacular. IDLES se despide con "Rottweiler". No hubo encore, no hacía falta. Lo habían dado todo y estaremos eternamente agradecidos.