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Iceage en SALA
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El enigma, poder, y eclecticismo musical detrás de un show de Iceage.

La última vez que vi a Iceage no pude escuchar bien durante tres días, esta ocasión no quedé sordo, pero la energía y pasión que proyectó en vivo fue la misma, esa actitud tan espontánea y sincera de interpretar su música y de comunicarse con el público logró llevarnos por un estridente viaje de 16 canciones que confirmó el glorioso regresó de Iceage a México después de cinco años de su presentación en el festival Corona Capital.

Antes de que empezara el concierto, podíamos ver entre el humo el logotipo de la banda en lo alto del escenario brillando, como una confirmación de lo que estábamos a punto de presenciar. “Hurrah” fue la primera de la noche y entre la potencia de la canción, casi al final, el sonido de la guitarra de Johan Surrballe desapareció, pero el show continuó, para así dar la bienvenida a “Pain Killer” y “Under the Sun”, de su disco Beyondless también. Hasta este punto se podía notar la tensión entre la banda por las fallas técnicas y el público permanecía un tanto fuera de espacio.

La hermandad es algo que se refleja dentro de la banda, siempre están pendientes del otro, y después de una palmada de apoyo en la espalda de Johan por parte del vocalista Elias Rønnenfelt, Beyondless siguió sonando en todo su esplendor con “Plead the Fifth”. Después de una pausa, en la que Elias dijo estar feliz de regresar a nuestro país después de un largo tiempo, “The Lord’s Favorite” del disco Plowing Into the Field of Love, abrió ese momento en que la energía explotó por primera vez y el slam y headbanging se hicieron presentes, mientras Iceage demostraba por qué son los favoritos del Señor.

La actitud de la agrupación es sincera y seria, pero penetrante, Elias siempre establece más contacto con la gente, pero el contacto no solo es físico, también establece penetrantes miradas que se esconden detrás de su cabello o realiza su característico baile moviéndose de un lado a otro mientras sostiene el micrófono con una mano y cable, mientras brinca dando vueltas sobre un pie por todo el escenario. “Thieves Like Us”, “Beyondless” y “The Day the Music Dies” fueron otras canciones que sonaron de su reciente disco, y aunque Iceage hizo un buen trabajo, no pudimos escuchar “Beyondless” con total fidelidad al faltar instrumentos como el violín y saxofón.

Incluso pudimos escuchar “Balm of Gilead”, un sencillo que sacó recientemente y que surgió de una colaboración con The Black Lips, banda con la que continúan de gira por Estados Unidos. “White Rune” de su disco debut New Brigade nos transportó en el tiempo a un viejo sótano perdidos entre la intensidad del punk y el sudor en nuestros rostros, mientras Elias viajaba por todo el lugar impulsado por los brazos del público.

Después el sonido country rock de “Abundant Living”, impulsado por la potencia de su batería y el profundo sonido del bajo de “Morals”, acompañado de la destructiva “Ecstasy”—estas dos últimas de su álbum You’re Nothing—, crearon un ambiente caótico y ruidoso, junto con los gritos de Elias mientras cantaba “pressure, pressure, oh god no, pressure”, que salían como lamentos que no podían ser contenidos ni un momento más en su cuerpo.

Cuando los primeros acordes de “Catch It” comenzaron a sonar todos estábamos extasiados, esperando ese punto que terminaría por destruir el lugar. Y así fue, el rechinar de las guitarras hizo explotar nuestros cerebros y lo único que podíamos decir era “you reel in then you catch it, catch it, catch it, catch it, come make me real”, mientras Elias sostenía los brazos del público como señal de unión. Esa canción marcaba el final, pero los asistentes querían más y comenzaron a gritar “Iceage, Iceage” al mismo tiempo que daban golpes sobre el piso del escenario y la banda no tardó en regresar para realizar un encore y agradecer mientras Elias lanzaba besos hacía el público.

Iceage nos dio un puñetazo en la cara lleno de honestidad, talento y mucho rock que se impregnó en nuestros cuerpos y mentes y creó un espacio en el que todos fuimos un mismo ente disfrutando de la música.