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El Sol se ha ido y el viento amenaza con helar los huesos, en la radio suena “Here Comes the Rain Again” de la sensual voz de Annie Lennox y solo puedo pensar en si esta noche sonará el cover que Human Tetris tiene de esta canción. Fuera de El Plaza Condesa las prendas negras comenzaron su desfile sin detenerse hasta traspasar las puertas de cristal, para dejarse abrazar por el calor de una noche de post punk, que dio inició con Tempers.
Secuencias profundas, guitarra y una voz seductora, esa es la fórmula de Tempers, sencilla, sin pretensiones, siguiendo la sutileza sonora de un post punk no tan complaciente al oído. Tener en el centro del escenario a dos personas con una pista detrás podría no parecer del todo atractivo, pero Jasmine Golestaneh y Eddie Cooper tienen la conexión necesaria para atrapar las miradas, se uniforman y comparten su emoción sobre el escenario, introduciendo a todos a un viaje dentro de sus atmósferas.
En su segunda visita a la ciudad la banda neoyorkina complació con temas clásicos y temas de su más reciente material, Private Life, dejando satisfechos a sus fans que no pudieron verlos en su anterior presentación en el Centro de Salud.
Con tan solo un par de minutos de diferencia, el trío de Human Tetris se adueñó del escenario desatando gritos y aplausos, la emoción podía sentirse a donde voltearas, explotando con “Another Day” donde no hubo melena, que no se alborotara en el aire. Human Tetris ha crecido de gran forma entre el público mexicano, sus múltiples visitas lo han demostrado y no podía ser de otra forma, gracias a sus melodías que endulzar al oído, deteniendo el tiempo y trasladando a la imaginación a una boscosa tarde otoñal.
Estos rusos saben del cariño que se les tiene en nuestro país y es por esto que con una enorme sonrisa Arvid Kriger dedicó “Things I Don't Need” a todos los presentes, haciendo de este momento uno de los favoritos de la noche, la cadencia de la batería, el delirante acorde de guitarra y los arreglos sintetizados provocaron ensordecedores gritos de emoción y un vaivén de cuerpos al por mayor.
Casi para finalizar este concierto pudimos escuchar “Ruins”, un tema que se coreó desde el fondo del corazón, porque como su letra lo dice todos los que estábamos ahí encontramos la luz en la oscuridad, disfrutamos de los sonidos fríos y admiramos la belleza donde muchos solo miran desolación. Con las emociones a flor de piel siguió “Shadows” para dar paso a una primera despedida donde Kriger agradeció a su público por permitirles ser los headliners de la noche en un foro como ese.
Human Tetris nos regaló una velada dulce y memorable con poco más de 60 minutos en los que pudimos disfrutar de canciones como “A Company”, “Long Flight” y “Village” entre otras, que se sintieron como un suspiro, provocando un oleaje de cuerpos que dejaron atrás los abrigos, para perderse en el sonido de esta banda, que fue nítido y sin contratiempos.
Una muestra clara de que en nuestra ciudad, los sonidos de la ola fría han mantenido una base sólida de seguidores que gustan por perderse en bajos gruesos y amenas melodías, que se merecen tener escenarios como El Plaza Condesa, que permiten un sonido claro y una comodidad visual única.