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Luego de esperarles desde el 2020 tras haber pospuesto su show debido a la pandemia, Black Midi se presentó anoche en las inmediaciones del Frontón México, siendo esta su primera presentación en solitario.
Tajak fue la banda telonera, encargada de ir calentando esta fría y lluviosa noche. Con tintes de psicodelia, distorsiones típicas del shoegaze y un acelerado punk, Coco, Álvaro y Carlos encendieron la pista en la que el público les recibió gritando y aplaudiendo efusivamente.
El volumen de los parlantes era probado en el entretiempo, generando un ruidoso ambiente que nos preparaba para la explosión de sonido que nos esperaba. De pronto, la voz de un presentador le daría la bienvenida a la banda británica como si anunciase a un famoso boxeador, luego de esto, “Suavemente” de Elvis Crespo sería la canción de introducción con la que cada integrante de la banda hiciese su aparición.
“953” abría el concierto con muchísima efusividad, desatando un intenso moshpit en la que el público denotaba su alegría y energía al disfrutar el concierto. Portando un traje charro, Geordie Greep bailaba y sonreía mientras interpretaba “Welcome to the Hell”, convirtiendo esta puesta en escena sonora en una experiencia cautivadora.
La suavidad del arranque de “Speedway” contrastaría con la fuerza con la que Morgan Simpson impactaba sus baquetas fluorescentes sobre su kit de batería. “Dethroned” fue el siguiente tema en la lista, donde Cameron Picton luciría un atuendo similar al de Dwight Schrute de la serie The Office, luego de que se quitase su playera verde con la leyenda “MEXICO”.
“Sugar/TZU” fue uno de los primeros momentos climáticos de la noche, pues la velocidad con la que este tema fuese interpretado se vería reflejado directamente en la potencia con la que los protagonistas del círculo de moshpit golpeaban a aquellos a su alrededor. “Dangerous Liaisons” fue todo un deleite a los sentidos, en la que disfrutamos la forma en la que Black Midi mezcla el jazz con su math rock experimental.
Este incendiario set continuaría con “The Defence”, “Of Schlagenheim”, “Still” y “Eat Men Eat”, canciones cuya composición y lírica harían que nuestra imaginación volara y creáramos una película ficticia dentro de nuestra mente, teniendo estos temas como soundtrack, independientemente de que, en ocasiones, Geordie callara los gritos y aplausos del público para que disfrutáramos sus susurros y se mantuviese la teatralidad del show.
Tras este breve respiro, la locura continuaría de mano de “Chondromalacia Patella” y “Slow” temas que nuevamente provocarían el baile desenfrenado y el goce causado por su hipnótica presentación. Luego de la intensa actividad, un celular sería perdido entre la multitud, pero afortunadamente el sentido de comunidad y la honradez del público pudo más y recuperaría el dispositivo extraviado, causando aplausos de reconocimiento.
La moda de aventar algún Dr Simi de peluche cambió en esta ocasión, siendo un pollo de plástico el que fuese lanzado al escenario como muestra de agradecimiento a la banda, a lo que Cameron reaccionaría con sorpresa y con gracia lo colocaría sobre los teclados de Seth Evans.
El cierre de este show fue simplemente agotador: “John L” causó una explosión de júbilo entre el público, se hacían ruedas para impulsar a quienes quisieran surfear entre la multitud, mientras que unos destellos de “Purple Haze” de Jimi Hendrix se anexaban a este tema. Luego de esto, “Near DT, MI” llenaría de texturas sonoras las paredes del recinto, que a este punto seguramente albergaba una elevada temperatura por la efusividad del baile del público. Finalmente, “bmbmbm” le daría una conclusión perfecta a este fabuloso concierto, donde el público estuvo más enfocado a vivir en carne propia este espectáculo en lugar de almacenar lo sucedido en la memoria de un teléfono.