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Goran Bregovic tiene una fórmula de oro musical. El día de ayer, aquellos que acudimos a El Plaza Condesa para ver la presentación de su disco más reciente Three letters from Sarajevo pudimos comprobarlo.
Aunque el boleto del evento decía que comenzaba a las 18:00 H., los músicos tardaron media hora en salir, lo que provocó molestia en los espectadores y algunos chiflidos enojados comenzaron a nacer de entre el público. No fue sino hasta las 18:30 H que miembros de su banda de Bodas y Funerales, conformada por dos cantantes búlgaras, trompetas, trombones, saxofón y un percusionista-cantante, comenzaron a aparecer uno a uno por distintas partes del foro.
Primero, resonó una trompeta de entre el público y todos los espectadores voltearon sus miradas para buscar de dónde salía el sonido. Después, otros dos metales le contestaron desde otros sitios del recinto. Mientras los asistentes los veían incrédulos, el resto de la banda se acomodaba en el escenario para comenzar lo que sería un show cargado de energía.
Vestido de blanco, salió Bregovic a cantar “Gas Gas” a la gente que respondió coreando a gritos. “Creo que les va a gustar el concierto de hoy”, dijo Goran.
Todos vestidos con trajes típicos de los Balcanes interpretaron temas de la nueva producción donde une a artistas cristianos, judíos y seguidores del Islam en lo que él llama su “utopía”.
Con ritmos fuertes y repetitivos pusieron a bailar a la gente como si de una fiesta de sonidero se tratase. Temas como “Jalija” ó “Baila Leila” fueron de los más cantados, aunque también el ícono de la música balcánica tocó temas de discos pasados como “Bella Ciao”, “Marushka” y “The Belly Button of the World” mostrando así sus más de 40 años de trayectoria artística.
Cuando acabó la gente salía del recinto bailando. Alegres, una gran parte de la audiencia se dirigió a los bares cercanos a El Plaza Condesa a continuar el festejo.
Al final, la fusión entre tradición y modernidad siempre es una gran fórmula y Goran sabe explotarla al máximo. Sin duda, las más de 600 personas que acudieron no pueden estar equivocadas.