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Pepsi Center WTC. A las afueras muchos revendedores ofrecen boletos a precios más bajos que en taquilla. Parecería que el concierto no se vendió bien. Es lunes y el cielo contaminado tampoco ayuda. En este mini tour por México (el fin de semana la banda ofreció un show en el Corona Capital Guadalajara) es la primera vez que Goo Goo Dolls viene a México. Quizá llega a la cita un poco tarde, pero el público nacional es generoso con la nostalgia.
Ya dentro del recinto hay muchos adultos; treintones, cuarentones. Llama la atención que todos compran palomitas, y un par vienen acompañados por sus hijos pequeños. Muchos utilizan lentes para ver, varios más están sentados. Está muy vacío, aún cuando el Pepsi Center WTC presenta su versión reducida por cortinas. A eso de las 21:00 H comienza a tocar una banda de chicas. Si no las miras no comprendes si cantan en español o inglés. De pronto el sonido mejora. Es Ruido Rosa.
Alejandra Moreno, la vocalista habla de su próximo disco, tocan cinco temas entre los que destaca “Casa de naipes” y dan gracias a los que se atrevieron a ir a un concierto de rock en pleno inicio de la semana. Reciben un buena respuesta. Media hora después aparece el acto principal frente a un enorme letrero con la icónica tipografía de la banda que reza: Goo Goo Dolls.
En este punto de la noche el lugar ya está lleno. Para arrancar la banda de Buffalo, Nueva York elige “Dizzy”. Muchos pensábamos que no las recordábamos pero las palabras de la canción comienzan a brotar de nuestros labios: “you're cynical and beautiful, you always make a scene”, para luego culminar en el coro que nadie dudaba saberse “everything you are, falls from the sky like a star...everything you are, whatever ever you want”. Por un momento es 1998.
A ese éxito le sigue “Slide” que será una de las mejores recibidas de la noche. Luego “Big Machine” y “Rebel Beat”. El vocalista, Johnny Rzeznik dirá algunas palabras en español como “hola” o “gracias”. "Mexico City is intense", comenta para después agregar que la ciudad lo intimidó con su tamaño y desbordante energía. Suena “Here is gone” y luego presenta una de sus rolas que no necesita presentación: la nostálgica “Black Balloon”.
En algún punto de la velada Rzeznik se quedará solo en el escenario y tocará “Sympathy” y “Can't Let It Go” en versión acústica. Al tocar la primera parará porque olvidó la letra y pedirá al público que pretenda que eso no sucedió, para finalmente volver a empezarla. Es amable con el público y hace algunas dinámicas para hacer a la audiencia cantar y aplaudir pero a pesar de sus buenas intenciones no destaca por ser carismático.
El concierto terminará oficialmente con “Iris”, la multimediática canción que hasta las señoras menos melómanas conocen gracias a su inclusión en el soundtrack de City of Angels, cinta de aquellas épocas en que creíamos que Nicolas Cage era un buen protagonista de comedias románticas. Hasta el más cínico la canta. TODOS la cantan. La banda desaparece en lo que sabemos que es una salida en falso y vuelve para el encore que consiste en “Boxes” que pasa sin pena ni gloria y “Broadway” que funciona como la nota perfecta para terminar una noche de nostalgia, una cita con una banda que aunque llegó muy tarde, cumplió.