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“¡Lleve su playera del recuerdo!”, gritó una vendedora, minutos antes de las 8:00 de la noche. Nadie sabía que aquella vendedora estaba profetizando el resultado de la noche en una sola palabra, recuerdo. Remembranza bella de la consolidación emocional, combinada con un desborde de frenesí que se transforma en una sonrisa que durará por días en el rostro, y aderezada, quizás, con una pizca de nostalgia.
El sonido de un son jarocho proveniente de cierto bar cercano al Plaza Condesa se unió a un ambiente de alegría y expectación provocado por el regreso de Gepe, el auténtico showman chileno que tiene el poder de enternecer a la audiencia, para después ponerla a bailar hasta un placentero cansancio. Un show energético, folklórico y colorido que quedó marcado en la memoria del público capitalino.
Como valor agregado, el oriundo de Santiago de Chile ofreció un show “A la carta” que consistió en armar un setlist con las canciones más votadas por sus fans por medio de redes sociales, demostrando con esto lo buena onda que siempre ha sido Gepe con la audiencia capitalina.
La presencia pintoresca del chileno y sus característicos trajes fueron el inicio de una “Fiesta Maestra” que detonó con los primeros acordes a manera de arpa de “platina”, que deja en claro el estilo que lo ha hecho merecer un lugar de honor entre los exponentes más importantes del continente.
Con un ambiente lleno de globos, estampados étnicos y mucha felicidad, canciones como “Marinero Capitán”, “En La Naturaleza (4, 3, 2, 1)” que tuvo como invitado sorpresa a Juan Manuel Torreblanca, y “Hambre” desataron un digno carnaval que fue amenizado por el ímpetu de las bailarinas que siempre acompañan al músico chileno en sus presentaciones.
A su vez, “Celosía”, “Doce Minerales” y “Un gran Vacío” fueron repasadas para provocar el deleite de los fans más arraigados, pero sin dejar de sorprender con una interpretación de “Las Flores” de Café Tacvba. No cabe duda de que el Estilo Libre es un sello distintivo de Gepe a lo largo de su carrera, ya que puede llevarte del goce a la melancolía, de un profundo trance emanado de su guitarra a una comparsa cargada de baile y percusiones, todo esto en cuestión de minutos.
Esta camaleónica faceta provoca una satisfacción a su fanaticada que lo convierte en un ídolo de mediano perfil que funge como un mediador y dicta en qué momento debes bailar, parar, llorar y reír. Con un encore acústico encabezado por “Ser Amigos”, la recta final del concierto terminó por reafirmar el poder que este artista puede ofrecer a grandes rasgos, donde “Bomba Chaya” y “Alfabeto” pusieron punto y aparte a una noche que dejó satisfechos a todos y cada uno de los asistentes.
Hoy en día resulta difícil ver un concierto donde todos bailan, nadie escatima en sacar sus mejores pasos y disfruta de un variado show, esta vez Gepe logró eso y más, vuelve a gustar y a convencer con grandes méritos.
Entre gritos de vendedores me llega una idea: Tal vez habría una conexión entre Gepe y Juan Gabriel, ambos pueden llevarte del goce a la melancolía, de un trance profundo a un baile frenético. Y quizás, solo quizás, si fuera así, Juan Gabriel estaría orgulloso de él.