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Después de unos cuantos meses desde la última presentación de la banda inglesa en nuestra capital, Foals regresa a la Ciudad de México para dejar una presentación legendaria en los libros del Pepsi Center WTC. Su vuelta también representa la reincorporación de una de sus piezas medulares en su alineación, el bajista Walter Gervers, quien se unió justo a tiempo para tocar en suelo mexicano y disfrutar de esta gran gira junto a Yannis Philippakis, Jack Bevan y Jimmy Smith.
La noche comenzaba con el caos de la lluvia que inundaba las calles aledañas al Pepsi Center WTC, la gente que esperaba a sus amigos dejó su lugar para escapar de la lluvia y entrar al foro. La pista se encontraba llena de personas empapadas y piso mojado, lo que generó un calor insoportable por unos 30 minutos, hasta que las luces se apagaron por primera vez para dar oportunidad de que Niño Viejo subiera al escenario.
Directo desde Mexicali, el estilo frenético e irónico del rock panchero de Niño Viejo levantó el ánimo del público con la interpretación de temas como “Ya no puedo más”, “Pocos Huevos” y “Fuimos Pop”. Se debe reconocer la capacidad de Baruch Argil para conectar con la audiencia y hacerlos parte de su viaje melancólico dominado por el folk y el garage rock, el vocalista no desaprovechó ningún momento para platicar con todos y hasta hizo de un falso arranque del baterista, un momento agradable y divertido. Gran manera de comenzar la noche.
Sin darnos cuenta, habíamos llegado al final del set de Niño Viejo, la gente ya no se quejaba del calor y se recorría cada vez más hacia adelante, todos queríamos estar lo más cerca posible del escenario, formar parte de él y disfrutar de una gran noche junto a Foals. Algo era seguro, la amargura de la lluvia se quedó afuera y el Pepsi Center WTC solo sería inundado por la potencia musical del proyecto de Oxford, y en punto de las 20:33 H, las luces se apagaron y con un espectáculo de luces increíble, Yannis y compañía tomaban el escenario con los primeros acordes de “Wake me up”.
El inicio del concierto fue una declaración de todo lo que se avecinaba pasando por “The runner” y “2001”, un frenesí sonoro interminable, dominado por la voz de Yannis y los acordes lisérgicos de las guitarras del mismo vocalista y de Jimmy Smith. Para terminar esta primera parte del concierto, el frontman se tomó un momento para recordar que Walter Gervers se reincorporaba a la alienación, mientras comenzaba “Blue blood”, tema en el que se le dió un espacio a Walter para lucir sus habilidades con el bajo y dejar en claro que su regreso era definitivo.
De este modo llegamos a un momento en el que solo importaba bailar sin detenernos, el viaje musical de Foals nos movía entre lo más reciente de su discografía y sus primeros pasos como una banda que buscaba ganarse su lugar dentro de la memoria del público mundial. Recorrimos temas como “2am”, “In degrees”, el clásico “My number” y “Black gold”, siempre con una energía de locura del frontman Yannis, quien dirigía al público como un director de orquesta buscando que todos tuviéramos una noche inolvidable.
Por un momento todo se detuvo y la banda se dirigió al público para agradecer nuestra asistencia y decir “amamos tocar en México, porque ustedes son increíbles y su energía es incomparable”. De fondo a estas palabras comenzaba a sonar “Spanish Sahara”, lo que culminó en uno de los momentos más especiales de la noche, con un público totalmente entregado y cantando cada palabra del clásico tema del álbum de 2010, Total Life Forever.
Pasamos por los temas “Olympic Airways”, “Milk & Black Spiders” y “Late nigth” para llegar a la recta final del concierto, un final que sería caracterizado por un ritmo más acelerado y en palabras del frontman, “pura música ruidosa” con la interpretación de “Black Bull” y el épico cierre del concierto con “Inhaler” canción que más se extendió con un Yannis que bajaba del escenario para abrazar a los fans que estuvieron desde temprano esperando entrar para tomar su lugar hasta adelante de las barricadas. Final frenético y asombroso por la entrega de la banda con su público.
Entre gritos de “olé olé olé, Foals Foals”, la banda regresaba al escenario para entregar el encore que comenzaba con “Mountain at My Gate” y “What went down”, dos temas que fueron coreados por todos los presentes en agradecimiento por el gran concierto que se nos había entregado. De esta manera llegamos al final, regresando a los inicios de Foals, quienes cerraron con la interpretación de uno de sus primeros hits proveniente del Antidotes y que se ha vuelto un clásico atemporal de la banda, “Two Steps Twice”, generando una locura increíble en la que ya la mojada del inicio no importaba, el frío de la salida aún no existía y solo éramos nosotros y uno de nuestros proyectos más queridos de la actualidad.