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Durante el recorrido de bandas en las cuatro semifinales conocimos el rockabilly salvaje de Los Twister Sisters, escuchamos los sonidos electrónicos de Reveil, levantamos los puños y rugimos con el heavy metal de Coventry, y bailamos, buenvibramos y gozamos en la final con la fusión reggae-latina-hip hop de Motomoreno.
Pero no solo los escuchamos, los vimos entregarse por completo en el escenario, sudar los nervios y la adrenalina, gozar la victoria momentánea y los vimos desenvolverse en el entarimado, cada quien a su propio estilo.
Cada banda luchó contra sus propios demonios en escena durante media hora, abajo la gente no paraba observar, juzgar y preguntarse qué pasará. Arriba, Los Twister Youngs sostienen sus instrumentos sin temor alguno y los ejecutaban sin cometer errores, Reveil dan lo mejor de sí, lanzando beats para mover cuerpos.
Motomoreno crea olas de reggae para tirar paz y baile, Coventry provoca el primer circle pit de la noche y sorprende con gritos en agudos inalcanzables.
La decisión para los jueces se hace cada vez más y más difícil, con tanta diversidad de géneros, ¿cómo compararlos?, esto es realmente lo más complicado de una batalla de bandas… La decisión para darle la victoria a una sola banda.
Eso sí, algo ocurrió durante la competencia, algo que pareció crucial para la decisión de los jueces. Los gritos de “¡otra, otra, otra!” sonaron más claros y con mayor intensidad al terminar la presentación de Motomoreno… Quizás una profecía.
Para dejar a los jueces deliberar, dejar descansar a las bandas concursantes y disipar un poco el suspenso, El Shirota sube a escenario a destruirlo todo, noise, krautrock, hardcore, psicodelia, movimientos bruscos, espasmos psicóticos al tocar los instrumentos, se están electrizando en el escenario.
El Shirota sale del escenario y… Los jueces aún no saben qué demonios va a pasar, ni que decisión tomar.
Mientras el staff preparaba todo lo necesario para Temples, removiendo amplificadores, limpiando el escenario de instrumentos ajenos a los ingleses y corriendo de un lado a otro para cumplir los horarios establecidos, quizás solo hubo un retraso de 10 minutos.
Por fin, vieron un espacio para poder saltar al escenario y posarle a lado de los presentadores, la cara de los presentadores luce segura, pero agridulce porque, ¿por qué tendría que haber un ganador? Maria Letona, Leonora Milan, Korno, Cynthia Flores y Javier Blake por fin toman valor y anuncian al ganador: ¡Motomoreno!
Sí era una señal, los gritos de “¡otra, otra, otra!”, fueron la señal perfecta para la deliberación. Entre lagrimas de felicidad y las mañanitas entonadas para celebrar en natalicio de Diego Barrera, Motomoreno recibe dos felicitaciones al mismo tiempo, que día para estar vivo.
Los aspectos a calificar fueron: conexión banda - público, concepto de la banda, ejecución e interpretación, para los jueces todo suena justo y de cierto modo lo es, realmente fue lo mejor que pudieron hacer y lo más honesto.
Pero sí, en sus inicios, David Bowie hubiera participado, seguro hubiera perdido, en sus meros inicios la conexión con el pública era nula, su teatralidad en el escenario le hubiera ayudado, pero también tenia una interpretación un poco pobre al principio.
Los compas de Suicide, que ahora son una gran leyenda con gran influencia en la música moderna, si hubieran participado en 100 batallas de bandas las 100 las hubieran perdido, todos los odiaban porque no los entendían.
Este tipo de activaciones no son una competencia, deberían de verse como una celebración a la música y un incentivo para seguir creando.
Las bandas no ganadoras no deben sentirse mal, ni compararse con otras, no deben pensar que fueron malos, más bien llenarse de energía con la respuesta de la gente a su música, portarse como verdaderos rockers, mandar al demonio todo esto y seguir creando, seguir sintiéndose bien consigo mismos al dejar fluir la vibra artista, musical y creativa.
Y para terminar las festividades, disfrutar al máximo nivel todas las victorias y aprendizajes, curar también de espanto a los jueces, Temples con su psicodelia ultra pop se derrama en los cuerpos de los presentes para cerrar este larga, pero divertida competencia.