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La alta demanda de festivales en México ha ido mucho más allá de la simple oferta de actos musicales de calidad, ofrecer una experiencia única y memorable es parte del paquete y, en pleno Día de Muertos, los creadores de Trópico debutaron Festival RadioBosque en las afueras de la Ciudad de México de manera exitosa.
Una escapada de fin de semana en medio del bosque con música para bailar en sí ya sonaba como una idea ganadora. Aunque cuando llegué allá caía la lluvia a cántaros, afortunadamente esta no duró mucho y Tláloc nos permitió tener un día frío, pero despejado.
Lamentablemente para los primeros actos del día, la lluvia y la hora no jugaron mucho a su favor, sus sets se atrasaron 30 minutos y aun así la afluencia de gente era muy baja para cuando se subieron al escenario.
La agrupación chicana Y La Bamba empezó a elevar los ánimos de los pocos presentes con su música de vibra tropical con una pizca de folklor latino. Más adelante, los neozelandeses Mild Orange continuaron con su rock suave que nos remitía al calor de la playa y nos hizo olvidar por un instante que estábamos cubiertos en chamarra e impermeable.
Mr. Twin Sister, como sus predecesores, era otra banda que hacía su debut en vivo en nuestro país y se llevó una cálida bienvenida que los hizo prometer regresar. Su carismática líder, Andrea Estella, no paraba de bailar en el escenario al ritmo del ácido electropop de su banda y su energía se contagiaba.
Con Rhye cayó la noche al ritmo de la suave y seductora voz de Mike Milosh, ante una banda de R&B tan calmo debo admitir que no esperaba un show tan enérgico como el que presencié. En ocasiones sus canciones se prolongaban en extensas sesiones de improvisación donde cada instrumentista tenía su oportunidad de brillar y con el sonido funky de temas como “Phoenix”, “Taste” y “Hunger” el público sacó sus mejores movimientos.
El mapa del recinto constó de un escenario principal, dos pequeñas carpas –Archipiélago y Budweiser- y el escenario Mayan Warrior, además de diversas áreas con múltiples actividades fuera de la música. Por el reducido tamaño del lugar todo estaba muy cerca, solo de noche tenías que vadear uno que otro camino fangoso a oscuras, pero para esos terrenos se advirtió sobre la necesidad de llevar unas buenas botas.
Si querías entrar completamente en el ambiente de Día de Muertos podías pintarte de catrina en un stand y un camino de flores de cempasúchil te llevaba a la sección de La Ofrenda, donde encontrabas entre las tumbas algunas dedicatorias a músicos que se nos han ido recientemente como David Bowie y José José, además podías poner dedicatorias a tus seres queridos en la ofrenda principal.
Fue caída la noche que RadioBosque realmente cobró vida, la producción de las luces fue un espectáculo asombroso desde los árboles alrededor que parecían cubiertos de luciérnagas, El Camino que parecía un túnel lleno de estrellas, El Laberinto que retaba tu memoria y sentido de orientación en medio de una serie de árboles que se iluminaban de base a punta.
Los primeros en beneficiarse de la oscuridad fueron Lower Dens, durante su set fue desplegada una pantalla llena de luces que nos remontaban al espacio o a un viaje interdimensional. La agrupación de Baltimore cautivó a los presentes con su más reciente álbum, The Competition, una buena ocasión para bailar al ritmo de la dulce melancolía presente en la imponente voz de Jana Hunter, quien portaba un atuendo brillante que me recordó a Elton John.
Los británicos Hot Chip sin duda eran uno de los actos más esperados del festival y desde que empezó a sonar “Huarache Lights” fue una fiesta ininterrumpida con temas recientes como “Melody of Love”, “Hungry Child” y “Spell”, así como otros que sacan nuestra nostalgia por el indie pop dosmilero como “Boy From School”, “Over and Over” y “One Life Stand”.
Vestidos con batas blancas, seis músicos en total se encontraban sobre el escenario, desplegando un sonido masivo y con sintetizadores de bajos profundos. Para cuando se despidieron la vara estaba muy alta, pero Underworld era el headliner apto para el reto de cerrar el Escenario RadioBosque.
Maquillados de catrines, Karl Hyde y Rick Smith salieron ante un abarrotado escenario al ritmo de “Two Months Off” y de ahí en adelante nos transportaron a aquellos raves noventeros con su euforia techno y house. “Jumbo”, "Always Loved a Film", “Border Country” y “REZ/Cowgirl” hacían al público bailar y saltar como locos así como Smith en medio de una lluvia de luces de color.
Adecuadamente “Born Slippy (NUXX)” fue la última canción que desató el frenesí en dicho escenario, pero pasada la medianoche la fiesta continuaría hasta el amanecer en Archipiélago Tent, Budweiser, Sounds of the City y Mayan Warrior, este último reminiscente a un Tomorrowland miniatura con su apariencia de barco pirata espacial.
RadioBosque fue todo un éxito en su primera edición, a pesar de que a tempranas horas el aforo era reducido, para cuando la noche era un espectáculo de luces la congregación era significativa. Se trató de una fiesta, un despliegue de tecnología, una conexión con la naturaleza -que a veces olvidamos en nuestro existir citadino-, pero sobre todo fue una celebración y esperamos con ansias otra edición para pasar el Día de Muertos bailando.