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"Siempre ascendente" es la frase con la que el festival Pa'l Norte se ha abierto paso como una de las alternativas de entretenimiento lideres en México. Tan solo el pensar en la experiencia que ofrece la organización para cada una de sus ediciones es reflejo de un evento único, que hace esfuerzos superiores por hacer convivir a diferentes sectores de la industria musical y parece que no ha dejado de triunfar.
Ahora, debido a las exigencias de la contingencia sanitaria, el festival ha apostado por ofrecer un espacio en streaming. Más allá de pensar en una serie de clips con bandas tocando simplemente, la puesta en escena estuvo hecha con animaciones en 3D, mismas que simularon una isla donde confluían los escenarios. La experiencia fue auténtica, tres pistas selváticas que simulaban un ambiente al estilo de Tomorrowland con un ambiente sonoro que aplaudía al compás de las canciones, sumados algunos gritos enlatados que encajaban increíble con ese universo donde habitaban cientos de miles de personas con banderas y celulares.
Algo que se agradece mucho por parte de las bandas fue la disposición para prestarse a la interacción con este ambiente creado tecnológicamente, ya que podíamos ver a los artistas agradecer esos aplausos ficticios, extender el micrófono a la "audiencia" y hacer el trabajo escénico que solían hacer en vivo. Para los puristas de la música tal vez no fue la gran cosa, pero la dinámica de los conciertos en stream se vuelve más dinámica y alegre, cosa que definitivamente le da un plus a la música.
La organización de Pa'l Norte tenía algo muy claro para esta edición online que estaba fuera de cualquier novedad tecnológica que pudiera ofrecer, nos referimos a la intención de llenar de música y entretenimiento el hogar con un trabajo de gran esfuerzo en lo técnico, pero mayor aún en lo emocional. Por ende, cada acto artístico presenciado tenía brillo propio, había mucha libertad para los artistas en cuestiones de formato y el sonido no fue motivo de decepción.
Los múltiples colores de Pa'l Norte Virtual permitieron ver a Caloncho con un show colorido, que fue de menos a más y donde se dio un repaso por la trayectoria del ya consagrado artista. A esa misma hora y como una contraparte apareció Siddhartha, quien presentó por primera ocasión en vivo los adelantos de lo que será su nueva producción discográfica. A diferencia de la primer presentación, pudimos ver a Jorge bajo un panorama sombrío, con luces nocturnas y vestimenta elegante. En el aspecto musical se comportó sobrio y preciso, por lo cual fue un performance redondo.
Directo desde Kassel, Alemania llegó uno de los primeros actos internacionales de este festival, se trató de Milky Chance. La agrupación salió con un set lleno de energía, mismo que tuvo mucha improvisación, efectos y sintetizadores que daban vuelta a las canciones como las conocemos. Clemens Rehbein enfatizó en la gran oportunidad que tenía la banda de poder ser una fuente de entretenimiento para las personas a la distancia, mientras el panorama continuaba siendo sombrío en cuestiones de la pandemia.
Los actos nacionales siguieron con mucha fuerza a lo largo del festival. Tocó el turno a Enjambre y con un show bastante climático fue que estremeció la pista. Y no era para menos, la voz de Luis Humberto Navejas andaba en un punto muy fino, y junto a guitarras muy bien ecualizadas fue posible dar un atasque de emociones a través de la trayectoria de la banda. Las transiciones entre temas y espacios para cantar algunos hits como "Manía Cardiaca" o "Sábado Perpetuo" dieron argumentos para ser de los momentos más importantes de la fecha. Continuó Molotov con un setlist más que conocido y un cuarteto que estaba muy compacto en el escenario, asunto que dio como resultado una química muy especial, que junto a sus canciones que fueron interpretadas a velocidad reventaron el recinto.
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Además de las grandes bandas de rock que suelen ser bastante taquilleras en el formato de festival, Pa'l Norte dio una muestra de que la diversidad artística es parte de las necesidades de una audiencia que hoy día no se cierra a escuchar distintas propuestas. La participación de Camilo alternando con Mau y Ricky, Sebastián Yatra, León Leiden, Guaynaa, Intocable, Martin Garrix, Sabino y Gera MX más Drake Bell llenaron de color y de alternativas a los usuarios, a los que solo les bastaban un par de clics para trasladarse y descubrir distintas experiencias entre escenarios.
La cantante Br¡!ou se unió como un acto con el que el festival aprovechó para dar apoyo al talento emergente nacional, y sin duda fue una gran elección. De manera alterna a la música, el comediante Franco Escamilla condujo una serie de entrevistas a lo largo de todo el evento y cerró con una batalla de rap donde se enfrentó al referente número uno del freestyle en México, Aczino, dejando espacio al buen humor. El acto sorpresa (y vaya que fue sorpresa) de la noche tuvo 15 minutos de duración y fue protagonizado por Belinda, quien salió con un set abrumado por booster's y distorsiones, versionando algunos de sus temas a hard rock.
Tal vez la presentación más esperada de la noche le perteneció a Mon Laferte, que sin estar al cien porciento de su voz interpretó algunas canciones referentes a su nuevo registro, SEIS. Además dio paso a un show lleno de virtuosismo musical y variedad de géneros acordes a su notable evolución sonora. A esa misma hora The Hives aprovechó para detonar todo con sus veloces temas. La agrupación sueca se dejó todo y nos recordó su poderío en vivo, mismo que dejó impresionados a miles de mexicanos en 2019 tras su aparición en la última edición presencial de Pa'l Norte y la apertura del concierto de Arctic Monkeys en el Foro Sol.
Pa'l Norte Virtual fue una experiencia gratificante que pudo acercar a sus espectadores por momentos tenues al mágico clima de los festivales, mismos que nos esperan a una pandemia de distancia. Pese a lo molesto que era esperar un anuncio de 45 segundos para entrar a los escenarios y el bug que hizo escuchar dos veces "Dance And Dense Denso" de Molotov, este festival ha roto los parámetros del streaming para bien.