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La experiencia Hole Records nos brindó en su segunda edición nuevos sonidos que hasta hace no mucho no contaban con una fiesta o magnitud de tal sistema para lograr un equilibrio en la capital con música experimental y derivados.
Desde los encargados de abrir el festival como lo fueron Pedro Tirado y Osday quienes siempre han manejado un estilo de improvisaciones modulares en temas larguísimos como lo han mostrado en “Decreation” y “Rotting Weeds” y que en su presentación no fue la excepción para seguir por esa línea.
Dando paso Érebo y La Juventud Psíquica que con sus guitarras ha sabido conectar con los asientes ya que la dulzura y melódicas que manejan sus canciones como “El Albedo”, “El tercio de muerte” o “El ensayo visual” les han dado un lugar y ubicación importante, para dar luz verde al space rock de Par Ásito, que con su música entrañable y de viajes interestelares ofreció atmósferas idóneas en “01”, “02”, “03” o “01-A” y “01.B”, temáticas y canciones que le dieron más misticismo a su presentación.
El turno vino después en el escenario para Sei Still que con su toque característico de música basada en patrones repetitivos hizo del momento algo muy vulnerable a través de cada tema que ejecutaban como “Oto” que es una de sus canciones más nuevas y que en parte define la esencia que traen.
Por su parte Error Humano es genio y figura del ambient drone noise moderno, su última placa Vol IX de casi media hora de duración fue en parte de lo que proyectaron, ya para esas alturas la gente era imposible no dejarse inducir a un gran trance hipnótico, a su vez lo mismo con Phermatta Du Enddo Plantae que hizo lo propio.
Todo servido para que Los Kowalski con temas como “Puente a la Luna”, “Antes de que llueva” o “Sónica” hicieran explotar por primera vez el escenario hasta ese momento, y es que los decibeles a todo lo que dan propiciaron un viaje incontrolable y maravilloso.
Después se presentó Gibrana Cervantes + Camille Mandoki, Concepción Huerta + Mabe Fratti, quienes gozan ya de una reputación creciente en el mundo de la experimentación sonora, arquitectónica y visual. Su presentación fue de lo más experimental en la noche y no tan digerible para un cierto porcentaje de los asistentes. Sin embargo la atmósfera vivida nos abrió un panorama del nivel de talentos con los que contamos en México para estos sonidos.
Nada es uno de esos actos musicales en que quizá que su temas como “Trato”, “Razón”, “Ven” y “Plan” están por debajo de los tres minutos pero ahí radica su magia, el bajo y la batería juegan un papel de encanto con la gente.
Llegó el turno de Lorelle Meets The Obsolete que experimentó con sonidos análogos y armonías en temas como “Lux, Lumina”, “Acción-Vaciar”, “Eco Echo”, o el que parece convertirse en uno de sus nuevos clásicos “Líneas en Hojas” de su último disco De Facto, una gran obra magistral de la música nacional que hay en estos momentos, la gente los ama y fueron sin duda los que hicieron el clímax de la noche.
Gaspar Peralta fue a lo suyo, capas de sintetizadores perfectamente sincronizados con los toques de música clásica que lleva estudiando desde hace años y que domina perfectamente.
Uno de los grandes de la nueva no tan nueva corriente psicodélica: Tajak, se encargó de cerrar el festival con su picodelia súper esencial y permanente brillo y conexión con el público, la gente cerraba sus ojos para dejarse llevar por “Blind Inside (El 20 que me debes)”, “Ojos de Agua”, o “El Despertar” temas que ofrecieron un viaje psicotrópico difícil d olvidar y que a la gente le gusta mucho.