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Posterior al desenfreno de San Valentín, en una tarde de sábado llena de sol y colores fue que se realizó la primera edición del Festival Amigo. La zona norte del Estado de México es un sitio con miles de aficionados a la música y esta era la ocasión para demostrarlo en Cuautitlán.
Dos horas antes del comienzo de la primera banda es que el sitio comenzaba a recibir al público, poco a poco las filas se hacían más largas. Los accesos eran amplios y no hubo ningún improviso. Media hora antes del evento ya había un aforo de poco más de 500 personas. Todas con la convicción de disfrutar de inicio a fin la fiesta.
En punto de las 15:00 H. Chingadazo de Kung Fu tomó por asalto el escenario. Con un inicio potente y lleno de distorsión hicieron saltar a los asistentes. De manera interactiva, charlaban con la audiencia respecto a la celebración del festival y al consumo de alcohol. Ya que habían filas enormes para las cervezas.
Previo a uno de sus temas más importantes, "Rehab", Chingadazo volvió el punk algo más cómico, recordándose que tiene 30 años y sus integrantes no han ido a rehabilitarse por el alcohol. Casi al final invitaron al escenario a colegas de Los Pandilleros para cantar.
El calor era incontenible, la espera parecía eterna y a pesar de ello la gente se multiplicaba. Antes de las 16:00 H salió al predio Bengala, con vestimentas doradas y negras es que comenzaron a brillar. Tras nueve años de ausencia en Cuautitlán, la banda aprovechó para volver a tocar sus clásicos y llenar de colores el festival.
Los bailes en compañía con las atmósferas musicales que proponía la agrupación en escena fueron clave para poner a danzar a todos sobre el pasto. El bajo tenía una distorsión particular, sonaba con tal fuerza que llegaba desde los pies hasta el pecho, aunado a ello, una serie de solos de guitarra que iluminaron la tarde.
Rumbo a cierre de su presentación, Diego Suarez se despojó de su playera, el color rojo de apoderó de su rostro y la pasión se desbordó por el público. Bengala hizo notar su gran experiencia como banda, su regreso a este venue recordó porque es una banda nacional consolidada.
Parecía que el sol comenzaba a perder la batalla, el campo ya estaba en un 70% de su totalidad. De manera serena salió Comisario Pantera a presentar su show, un repaso por toda su extensa carrera que se cantó al unísono con la audiencia.
"No es por ti", "Éramos adolescentes" estallaron y los gritos les acompañaban. Los solos de guitarra y los acompañamientos en trompeta eran coreados uno a uno, mientras los brazos estaban levantados, moviéndose de izquierda a derecha y de regreso. Finalizaron su show con "Amiga", una serie de emociones vibraron por la gente en el lugar, los pasos de baile salieron a relucir entre la multitud y una que otra llamada telefónica a esa persona especial. Al terminar hubo una explosión de papeles rojos que inundaron el festival.
Mientras salía al ruedo División Minúscula, una enorme nube acechaba el lugar. Distintas dudas comenzaban a surgir entre los asistentes y algunos ya comenzaban a ponerse las chamarras. El ambiente se calmó cuando Javier Blake y compañía tomaron el escenario, con un inicio potente la banda comenzó a hacer rugir el lugar.
A la hora de su presentación un conglomerado de gente subió al techo de una casa ubicada a las afueras de su hogar. El vocalista de la banda le mandó saludos al colectivo de locatarios de Cuautitlán que arriesgaban su vida con el afán de ver el show. Cabe señalar que el Festival Amigo fue sold out.
El show era acompañado de un contundente visual rojo, no se necesitaba más para comprender que era División y su esencia sonando con todo. "Sognare" y "Humanos como tú" conmovieron al público, las transiciones dentro de su en vivo fueron muestra de la gran capacidad en vivo de la banda.
Tras risas, emociones y diversión se fue ocultando el sol, algunas gotas comenzaron a caer pero al final la lluvia no llovió. División dejó el festival que apenas llegaba a la mitad de su vida.
El venue se encontraba en su totalidad, el aforo fue un éxito y al momento no ocurría ningún incidente. Fue entonces que dieron las 19:00 H y tomó el escenario Siddhartha. El show comenzó de manera muy ordenada, cada instrumento musical se distinguía y la esencia de la noche se podía tocar.
Al presentarse, Siddhartha comentó que venía por una revancha, ya que la última ocasión que se iban a presentar una serie de displicencias no dejaron que fuera posible. Comenzaron los bailes y los magníficos visuales le seguían el paso.
La serie de matices por parte de los integrantes de la banda hacían llevar el sonido desde una potente presentación de festival hasta momentos íntimos. Todo esto marcado desde los rasgueos de a guitarra hasta los movimientos con fuerza del pandero.
Cuautitlán se encendió cuando sonó "La Ciudad", cientos de celulares salieron al aire para inmortalizar el momento. La revancha de Siddhartha estaba consumada, y para celebrarlo interpretó canciones rebasando por minutos su tiempo límite.
El Festival Amigo se hacía viejo, ya no existía posibilidad de cambiarse de lugar, y aunque la hubiera nadie quería perder atención de lo que estaba ocurriendo. Fue entonces que el escenario de Cuautitlán se apagó y de manera dramática llegó a la pista Camilo Séptimo.
Comenzó la fiesta, el baile, los pasos sensuales de baile tanto de los de arriba como los de abajo. Tras el eufórico inicio, la banda aprovechó para comentar que esta visita a Izcalli era especial, ya que algunos integrantes crecieron ahí. Además, ellos visitaban constantemente ese lugar para ver a bandas que tomaron como referentes, tal es el caso de Babasónicos, Zoé, entre otros.
El show fue casi a contraluz, se podían observar las siluetas de la banda delante de una serie de luces y visuales sublimes, las cuales pintaron la noche color azul y rosa. Desde "Pulso" hasta "No te puedo olvidar", la banda encontró una armonía genuina con el público. Mismo que es despidió con flashes de celulares y aplausos.
Llegó el final del espectáculo, era difícil comprender cómo pasaron casi siete horas volando, pero resultaba más complejo concebir el aguante de las personas, tras tantos saltos y tierra que se levantaba. Para rematar la noche llegó Enjambre.
El misticismo tenía nombre y era Luis Humberto Navejas, quién de manera enigmática se acercó al micrófono luciendo un atuendo bastante peculiar. Fue de esta forma que comenzó a sonar Enjambre con toda su fuerza y con una dinámica casi de película, esto por la puesta en escena desde los visuales hasta la interpretación en el escenario de cada integrante.
Tras el inicio salvaje se escuchó decir al vocalista "Esto es Cuautitlán Izcalli" y se detonó "Manía Cardiaca" uno de sus más grandes éxitos. Tema tras tema la banda no paraba de recibir aplausos y gritos de furor, fue entonces que se escucharon temas nuevos, como "Relámpago".
Movimientos interesantes en las estructuras de las canciones, pequeños juegos de jamm entre los integrantes y transiciones sublimes fueron parte de la cátedra de Enjambre, una banda que apuesta por montar grandes discos y enormes shows.
"Dulce soledad" puso a saltar al predio, parecía que estaba temblando por momentos y la energía sabía a gloria en ese momento. Luis Humberto preguntó "¿Cómo se la pasaron el 14? ¿Todo bien?" y de inmediato dedicó "Visita" a su pareja Sandra.
El recorrido de Enjambre por sus canciones dejó satisfechos a todos, quienes a pesar de gritar innumerables éxitos quedaban complacidos por las decisiones del setlist de la banda. Llegó el momento para dedicar una canción a su natal Zacatecas y fue así como sonó "Sábado perpetuo". Un golpe de realidad sobre la situación social y de seguridad que el país ha atravesado en los últimos años, entre la multitud las manos eran llevadas a los pechos de la gente, algunos cerraban los ojos y otros pocos dejaron caer las lagrimas. Abandonaron el escenario tras un dramático cierre con "Cámara de faltas".
Para la parte final, Enjambre regresó triunfalmente sobre El León. Con un reverb sonó "Secuaz" y el publico estalló, el timer marcaba solo dos minutos restantes y decidieron finalizar con "Por esta razón". La melancolía abordó finalmente a todo el escenario y la banda pidió ser invitados siempre, marcando su legado como una de las bandas más importantes del momentos en la escena mexicana.
Fue de esta manera que el Festival Amigo tuvo una exitosa presentación al publico, quienes demostraron que el rock no es solo para los venues legendarios de siempre. Con un sold out y con una respuesta magnifica, la gente de Cuautitlán y alrededores esperan recibir a más bandas próximamente.