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De todos los tipos de música que existen en la actualidad la electrónica es tal vez el más frio (hablando de sentimiento) de los géneros. Su componente de creación casi artificial ha hecho que muchos de sus detractores lo pongan por debajo de otros géneros dónde si bien es cierto, que hay una conexión más cercana entre instrumento y músico, la intención de transmitir es la misma.
Eyibra presentó el pasado jueves su disco debut DIOMEDE y un día después se reunió con el público para llevarlo a la tarima por primera vez en vivo. La invitada de honor es su co-productora NNUX, quien abrió las puertas del recinto con un set electrónico emotivo, por momentos distante, por momentos muy cercano al publico, pero con una voz como constante durante todo el set, fuerte, decisiva y abrasiva. Las canciones no tenían una estructura común per se, más bien eran intrigantes ejercicios a modo de mantra, algunos de ellos a más BPM que otros, pero todos unidos por una pasión que se desplegó en todo el escenario.
Al despedirse la cantante, las cortinas se bajaron y luego de unos minutos escuchamos emanar las primeras notas de la voz de Abraham Brody, quien por otro lado estaba oculto tras la cortina del teatro, una vez terminada la canción la cortina dio paso a una enorme caja blanca, que en la siguiente canción se volvió roja y esta a su vez más tarde, dejo ver al cantante enmascarado arriba en un pedestal con la voz por delante.
Cabe destacar el impresionante trabajo de ingeniería de audio del show, el cantante lo mismo usó micrófono de mano que de diadema, pero el sonido se mantuvo con una claridad impresionante, que incluso pudimos escuchar como el compositor tomaba agua de manera amplificada, algo que por supuesto en otro momento pudo haber roto la cuarta pared, pero que aquí fue parte del show.
Del disco escuchamos varias joyas como el sencillo “Shape of a Rose” con un atuendo de persona a medio camino entre el futuro y referencias al pasado o “We are more than Islands”, que fue uno de varios momentos dónde el cantante tomo el violín y sorprendió no su evidente maestría con el instrumento, si no la fuerza con la que emitió los sonidos que salieron de el, parecía que estaba a punto de romper las propias cuerdas.
El disco completo se acompañó de visuales de corte futurista mezclado con la estética queer del cantante que dieron pistas de lo que esta música es capaz de hacer.
Hablando de cuerdas es importante destacar el trio de músicos que acompañó al artista: dos violines y un contrabajo fueron los elementos que dieron fuerza e intensidad a estas canciones. La conexión entre electrónica y estos recursos como elementos orgánicos fue tal, que parecía una orquesta, cuando realmente no había más que cinco personas en el escenario.
Al final del set el cantante agradeció a los asistentes, presentó a la banda y dejo el misticismo de lado para interpretar algo más cercano al presente. "Hentai "de Rosalía en un sencillo pero emotivo cover que en una voz más grave tiene un trasfondo más que interesante. Al final del set la banda se acercaba al escenario, para dar las gracias. Eyibra y NNUX terminaron un abrazo, que nos recuerda que al final del día no importa en qué presentación se vea o se escuche la música, testa viene del ser humano.