
05/Jun/2014
Tras una breve presentación de Kósmonaut, que más que nada sirvió para matar el tiempo y como música de fondo, poco a poco la plancha del recinto se comenzó a llenar de gente cuya principal característica eran los pantalones ajustados.
Puntualmente, las luces del José Cuervo Salón se apagaron para recibir de nueva cuenta en su escenario a Alison Mosshart y Jamie Hince, quienes, a pesar de haber editado el último álbum de The Kills hace más de tres años, congregaron a una importante cantidad de fans, la mayoría de ellos tan devotos que escupían la garganta en cada grito.
Con un snippet a cappella de "M.E.X.I.C.O.", acompañado por las palmas de todos y cada uno de los presentes, la locura se desató de la mano de "URA Fever" y "Future Starts Slow". Si bien el concierto no estaba a reventar, el público se apretujaba al frente para estar lo más cerca posible de Alison, quien jamás decepciona, y demostrarle su entrega y amor.
Al igual que Placebo en sus últimas presentaciones, The Kills se enfocó en tocar temas de sus 2 últimos álbumes, relegando un poco sus primeras producciones, de las cuales sólo se escucharon "Kissy Kissy", "Fried My Little Brains", "Monkey 23" y "No Wow". Aunque, probablemente, fue una buena elección si tomamos en cuenta de que se trató de las menos coreadas de la noche.
Entre codazos, empujones y hasta conatos de pelea, "Cheap & Cheerful" fue una de las canciones más celebradas, al igual que "Tape Song", durante la que, incluso, salieron volando celulares. Para este punto, el dúo ya se había echado a la bolsa al público, que no paraba de aplaudir y aullar ante cada movimiento de la pareja sobre el escenario.
Después de un breve descanso, Alison y Jamie volvieron a salir a escena acompañados por sus files percusionistas, una excelente adición al sonido de la banda; tan potente que horas después de finalizado el concierto, los golpes de sus baquetas seguían retumbando en el fondo de tu cerebro.
"Sour Cherry" y "Last Day of Magic" se encargaron de anunciar el inevitable final y unir a quienes, desde hace más de 5 años, atesoran estas canciones como gratos recuerdos de otros tiempos. El concierto no tuvo ni un sólo momento bajo, ni siquiera con "The Last Goodbye", para la que Alison se quedó sola en el escenario. La respuesta de la gente fue tal que Mosshart se mordía los labios mientras recorría el escenario de extremo a extremo, tan conmovida que casi llegó a las lágrimas.
Finalmente, los restantes miembros de la banda regresaron para despedirse de su entregado público, al que le ofrecieron una reverencia y sonrisas que prácticamente salían de sus rostros. No cabe duda que México se ha ganado a pulso el reconocimiento como el público más fiel y devoto, pues sin importar que una banda venga prácticamente cada año, siempre la recibirán con los brazos abiertos y la mejor disposición.
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