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¡Qué locura el EDC! pensar que ya pasaron 10 años de su llegada a México es emocionante por cómo ha revolucionado la forma de hacer festivales en el país y que ha marcado la pauta para ser referente al momento de ofrecer experiencias.
En 2014 comenzó esta aventura, y este fin de semana el festival es el protagonista de todo lo que ocurre en la capital del país en cuanto a lo musical, por haberse agotado los boletos para la Curva 4 del Autódromo Hermános Rodríguez, y por tener un cartel a la altura, con referentes de la electrónica y con artistas de nicho que visitan al país por primera vez.
Aquí te contamos lo más importante de cada día del EDC en su décimo aniversario:
Por: Daniel Reyes
Parece que fue ayer cuando vimos a Avicii encabezar la primera edición del EDC en México, bueno, en realidad ya han pasado 10 años desde entonces y vaya que muchas cosas han cambiado, desde contar con mejor producción y mayor número de escenarios hasta en la forma en el que el público hace vibrar este festival con su imparable energía y elaborados atuendos. Eso y que ya nos truena la rodilla.
El primer día de esta edición ha sido una experiencia electrificante, donde los asistentes estuvimos inmersos en un mundo lleno de beats pulsantes, luces vibrantes y energía ilimitada. La atmósfera que nos rodeaba estuvo llena de colores caleidoscópicos y mucha emoción perceptible en el baile del público.
Los estímulos audiovisuales no cesaban, pues los alrededores del festival estaban cuidadosamente diseñados con múltiples detalles luminosos multicolor que regodeaban la pupila en todo momento, aunado a el visible esfuerzo que los asistentes pusieron en el diseño de sus outfits, donde los disfraces extravagantes y divertidos, la vestimenta sensual y atrevida así como máscaras aterradoras fueron la constante.
Uno de los factores más relevantes dentro del festival es la producción y diseño de los escenarios, ya que han pasado de ser solamente una tarima con luces y visuales a convertirse en plataformas inmersivas que nos transportan hacia otro mundo, además, contando cada uno con su propia “personalidad”, ofreciendo variedad de géneros desde lo más comercial y digerible, hasta lo urbano y la oscuridad del underground.
Hablemos de los shows que me voltearon el tazo. Comenzaré por destacar el de deadmau5, un espectáculo lleno de estrobos y drum and bass con un set que no daba espacio al descanso, aunque con un reducido espacio por la gran demanda que tuvo este acto. Posteriormente, Vintage Culture tomó las tornamesas y nos brindó uno de los sets con mejor ambiente donde la gente sacó los pasos prohibidos para el baile intenso.
CamelPhat dio cátedra de cómo aprovechar al máximo la inmensa producción con la que contaba, detonando nuestra serotonina con sus visuales y programación de luces. Por su parte, el Kinetic Field cobró vida propia durante el set de ZEDD, donde una gran mujer de proporciones colosales entreabría sus ojos, giraba su cabeza y movía sus manos para contener la energía del DJ booth y expandirla a los alrededores a través de faros humeantes a punto de sobrecargarse de energía, mientras que bailarinas con extravagantes vestimentas danzaban a lo ancho del escenario.
No todo fue miel sobre hojuelas, pues el escenario Stereobloom me dejó mucho que desear, pues lucía más como un esfuerzo desesperado por añadir un escenario adicional, pues además de ser de los escenarios más lejanos de la zona central del festival, la acústica, falta de potencia, mala ecualización e insuficiencia de espacio hizo del set de Paul Van Dyk una pesadilla, creando una sensación de impotencia por no poder disfrutar al máximo la presentación de una de las leyendas de la música electrónica, que al menos merecía un escenario mucho más grande.
Claro, el cartel y el talento importan mucho, pero creo que EDC se construye principalmente a través de su gente. El sentido de camaradería entre los asistentes es palpable, donde la sensación de unidad permea el festival entero, donde propios y extraños bailan bajo un cielo iluminado por la luna, conectando a través de la música.
Tras 10 años, EDC ha pasado a ser más que solo un festival de música, es toda una expedición con la oportunidad de escapar de la realidad y perderse en un mundo lleno de música, arte y posibilidades infinitas para divertirse.
Por: Rubén Ortega
Outfit ligero, mala calidad del aire y un EDC a reventar en su segundo día, protagonizado por David Guetta y Alan Walker en el escenario principal, pero antes de ello horas de energía en el festival que en 10 años se hizo uno de los que rompen récords de asistencia.
En México pocas veces hemos visto que un festival sea sold out, pero para el EDC no hay imposibles, y muchas de las personas que acudieron reconocían que el cartel de este año era espectacular.
Con Jessica Audiffred el ambiente se prendió, pidiendo que la gente hiciera moshpit y con una interacción con el público notable. A esto añadir que la mexicana ha tenido una brillante evolución dentro de la industria, y el hecho de que en 2017 abrió un escenario cuando aún ni entraba la gente y ahora fue de los principales actos.
Benny Benassi dio una continuación excelente, con himnos que han marcado al electro pero con beats a su mero estilo para levantar la fiesta mientras caía la noche.
El escenario principal era todo fiesta, pero ir a Neon Garden fue un caos, donde la energía reinaba y donde los pasos eran más acelerados. La gente estaba concentrada en los potentes beats de Sara Landry, quien fue seguida de Indira Paganoto en una de sus primeras presentaciones en el país, dejando muy buenas impresiones y un show del que muchos salieron anonadados.
Es bien curioso el tema de la división de escenarios, ya que mientras en el Neon Garden estallaban sonidos hard, en WasteLand había dubstep, mientras que en el escenario XX hubo perreo, liderado por Mau Moctezuma, quien dio una probada de lo que es el legendario Antro Juan, así como Big Metra y Ñero Sessions.
Un asistente me comentaba que lo ideal en el mundo de la electrónica es que los escenarios se dividan según el género, ya que hay mucha división entre los seguidores, de ahí la dinámica con la que EDC ha sabido llevar las diferentes propuestas de cada año y, quizás, algo que podría ser reflejo de su éxito.
WasteLand fue uno de los espacios más enérgicos de todo el festival, y posiblemente los momentos estelares se los llevaron HOL! y Virtual Riot, ambos con un poderío en el riddim y el dubstep para que la gente hiciera moshpit y se unieran en brincos, empujones y abrazos colectivos.
Finalmente, Rezz dejó una actuación notable, con visuales y sonido que se quedaban bien grabados, y para el cierre hubo un David Guetta implacable, que llenó de energía y color el escenario principal.
¿Estamos listos para volver a los festivales de tres días? EDC es la muestra del aguante que tiene la gente por la música y por vivir la experiencia que solo da la música y la compañía de amigos. Luego de 12 horas de fiesta, la gente esperaba por volver el domingo para dejar sus últimos pasos de baile, a pesar del agotamiento.
Parece que EDC ha sido la alternativa para que miles de personas se interesen por ver actos en vivo, que se arriesguen a salir de su zona de confort y que se lleven una grata sorpresa a través de escenarios sofisticados, luces y una experiencia sonora memorable, y quizás así, "memorable" es como se puede definir al festival y a sus asistentes.
Por: Jairo Valencia
El público ya se notaba cansado en el tercer y último día del EDC 2024, sin embargo, el espíritu seguía alto y muestra de ello eran los outfits, pues durante este festival, el Autódromo Hermanos Rodríguez se convierte en una gran pasarela donde abundan los atuendos extravagantes, disfraces en grupo y maquillajes neón. Cuando cayó la noche, los beats de ISOxo y Knock2, dos jóvenes promesas del bass-house, encendieron Circuit Grounds. Mismo escenario donde se presentó KAYTRANADA, quien fue recibido de muy mala forma por el público del EDC que estaba ansioso por ver a Skrillex. "¡No se están moviendo lo suficiente!", dijo el productor durante apenas la primera canción de su set que, aunque fue espectacular para quienes seguimos su carrera, no fue suficiente para que la audiencia promedio del EDC moviera siquiera los brazos. Mientras tanto, en el Kinetic Field, Sofi Tukker regaló un DJ Set tropical que calentó motores previo a la llegada de Steve Aoki, quién armó una fiesta con invitados como Natanael Cano y Ángela Aguilar. No obstante, el verdadero headliner del domingo fue Skrillex, quien llegó a México tras cinco años de ausencia, pues fue justo en el EDC 2019 cuando vino por última vez. Durante su asombroso set de hora y media sonaron clásicos como "Bangarang" y "Scary Monsters and Nice Sprites", hasta sencillos más recientes como "Rumble" al lado de Fred Again.., "RATATA" con Missy Elliot y la gran "Where Are Ü Now" con Justin Bieber, cerrando así una edición más del EDC entre decenas de fuegos artificiales que iluminaron el cielo nocturno.