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De nueva cuenta los norteamericanos de Dream Theater visitan nuestro país, en esta ocasión para promocionar su más reciente trabajo: una obra conceptual de 34 temas intitulada The Astonishing, la cual sería ejecutada en vivo en su totalidad, por lo que se requirió dividir el espectáculo en dos actos, con un pequeño intermedio para permitir un breve descanso a los músicos.
El concierto arrancó a las nueve en punto cuando en el audio local se escuchó una voz, la cual fue seguida de una la alarma y otros sonidos que conforman Descent of the NOMACS, la intro con la que inicia el álbum, al tiempo que en una serie de pantallas distribuidas a lo largo del escenario se podía ver a estos personajes, una especie de drones provenientes de un mundo futurista, que forman parte del relato central de esta producción.
Al término de la misma, en escena aparecieron el tecladista Jordan Rudess, el baterista Mike Mangini, el bajista John Myung y el guitarrista John Petrucci, ejecutando la pieza instrumental "Dystopian Overture", que fue recibida con vítores por parte de la asistencia. Al mismo tiempo, las multipantallas proyectaban un collage de imágenes animadas que brindaban un panorama de ese mundo fantástico donde transcurre la trama.
Al concluir la canción, entraría James LaBrie, quien tras una reverencia hacia el público se incorporaría e iniciaría cantando los primeros versos de "The Gift of Music". Nuevamente estallaría el júbilo, y los presentes se dejaron envolver por la música de la banda, quien –de la mano con las animaciones proyectadas– les conducirían por ese universo distópico, donde la música es controlada por un emperador tiránico, y el surgimiento de un personaje que tiene el don del canto y de componer melodías, es detonante del conflicto.
Así, mientras se veían desfilar a los personajes de este drama (el Emperador Nafaryus; la Emperatriz Arabelle; el Príncipe Daryus; la Princesa Faythe; el músico Gabriel; su hermano el Comandante Arhys; Evangeline, la fallecida esposa de este último y su hijo Xander), cada una de sus historias y su rol dentro de la narración nos eran descritos a través de las canciones "The Answer", "A Better Life", "Lord Nafaryus", "A Savior in the Square", "When Your Time Has Come", "Act of Faythe", "Three Days", "Brother, Can You Hear Me?", "A Life Left Behind", "Ravenskill", "Chosen", "A Tempting Offer", "The X Aspect", "A New Beginning" y "The Road to Revolution", con la que concluiría este primer set ejecutado magistralmente, con virtuosismo desbordado por parte de la agrupación y sin ningún contratiempo salvo algunas leves fallas que presentó una de las pantallas ubicadas a la izquierda del escenario, y el sonido que a veces llegaba a distorsionarse.
Vendría una pausa de aproximadamente 15 minutos, en los que el grupo saldría del stage a refrescarse –llevaban tocando más de 90 minutos–. De forma simultánea los espectadores harían lo propio, abandonado temporalmente el recinto para ir al baño o por algo para beber o comer. No faltó algún despistado que pensó que el concierto había concluido y se retiró del lugar pidiendo vehementemente otra rola o de plano echando pestes al ver que no regresaban.
A las 22:45 H aproximadamente, principió el siguiente acto anunciado con los acordes de "2285 Entr'acte", instrumental al que le seguirían los tracks que conformaban la segunda tanda: "Moment of Betrayal", "Heaven's Cove", "Begin Again", "The Path That Divides", "The Walking Shadow" (precedida de la intro "Machine Chatter"), "My Last Farewell", "Losing Faythe", "Whispers on the Wind", "Hymn of a Thousand Voices" (en el cual LaBrie pidió a la concurrencia que le acompañase con las palmas y a corearlo) y "Our New World", que puso punto final a este set. La banda se retiraría al término de esta última.
Ante los gritos del publico que pedía por más, las luces se apagaron y de nueva cuenta emergió todo un escuadrón de NOMACS, quienes comenzarían a desplomarse a tierra y a apagarse paulatinamente, al ritmo de "Power Down", a la que le seguiría el último tema de la noche, y que da nombre al disco: "Astonishing". Al terminar, el vocalista dio gracias (en inglés y en español) y junto con los otros integrantes pasaron al frente, haciendo una serie de reverencias y saludos, agradeciendo al respetable, mientras que en las pantallas laterales aparecían los créditos de todos los involucrados en el espectáculo de esa noche que, dicho sea de paso; fue toda una experiencia audiovisual estimulante y muy próxima a lo cinematográfico. Definitivamente uno de los mejores conciertos de la primera mitad de este 2016.