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Fotos Jaime Fernandez
Desde Sinaloa, Chivo Negro, disfrazados como sacerdotes místicos reparte sonidos disonantes y profundos que más que llevarte a la inminente conmoción mental —a la locura— te envuelven en un manto negro y te invitan a vivir deliciosamente, para liberar tu lado oscuro, provocando calma en vez de angustia.
Las sensaciones que Chivo Negro deja escapar desde sus ominosas guitarras son inefables y pueden llevarte a ese punto sin retorno… en el que puedes extraviarte en tu propia conciencia o ir directo al stand de merchandise para comprarte una playera.
La noche inició poderosamente bien, desde los primeros acordes hasta los últimos feedbacks, todo fue nada más que pura satisfacción.
Con sonoridades monstruosas provenientes de antiguos horrores primigenios, el dúo capitalino Terror Cósmico se sube al escenario para liberar la hórrida potencia de sus instrumentos y recordarnos esas insoportables emociones de principio de los tiempos cuando reinaba nada más que oscuridad en el universo.
Sus acordes lentos e hipnóticos que a la vez desesperan por incrementar su ritmo, convierten su presentación en un ritual de invocación perfecto. Cuando por fin logran elevar la velocidad, los que estamos abajo comenzamos a sacudir los cráneos y nos volvemos parte del culto a los viejos dioses.
Aquí, los decibeles aumentan considerablemente en comparación a la primera presentación de la noche.
Hablando de decibeles, cuando Thou se apodera del escenario, el alto voltaje de sus acordes empieza a taladrar nuestros sesos y a escarbar en nuestros oídos para contribuir con nuestra sordera por exceso de conciertos. No hay que olvidar que son provenientes de Luisiana, aunque se hayan presentado en un español muy chileno.
Entre oscuridad tocaron “Restless River” y “By Endurance We Conquer”, pero al tratar de rasgar los acordes de una tercera canción tuvieron que gritar que encendieran las luces; porque, aunque su música se escucha aún mejor cuando no ves nada, ellos lucharon demasiado por interpretar sus elaboradas composiciones rítmicas con poca visibilidad.
El concierto de Thou fue rápido y contundente, muy poca plática y mucho sludge. Aunque con muchos silencios entre canciones y desesperación por parte del público, se lograron escuchar con alta nitidez los riffs en guitarras, los motivos del bajo, la potente rítmica en batería y la estridencia de la voz.
A fuera, hubo quienes iban por otra experiencia y no terminaron de conectar con la agresión de Thou, esperando a fuera a que se acabara su cerveza en mano e irse a la siguiente fiesta. El concierto termina poco antes de las 00 H.