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Mientras la vacunación avanza progresivamente, la vida nocturna se reactiva de a poco. Durante las primeras horas del domingo, la Ciudad de México acogió la visita de uno de los DJs de culto en activo más importantes en la escena house internacional: DJ Harvey.
Las alteraciones climatológicas derivadas del calentamiento global son cada vez más evidentes. Durante semanas hemos vivido un verano atípico, marcado por torrenciales lluvias; el sábado no fue la excepción. Lo anterior sumado al período vacacional, las medidas impuestas por el semáforo amarillo y la expectativa mediática por el fin de semana futbolero, hicieron que las calles de la megalópolis lucieran vacías.
En punto de la media noche comenzó el acto abridor. Eric Duncan le dio play a un tema de electrónica instrumental desde una locación secreta en Av. Insurgentes. De entre las calles adyacentes comenzaron a chispear pequeños grupos de amigos. Ríos que desembocan en el mar. La revisión de rutina más las medidas sanitarias a las que nos hemos acostumbrado para ingresar en un lugar público.
La emoción contenida y la expectativa eran evidentes. En cuestión de minutos el recinto alcanzó su aforo permitido. Con una primera hora de música tipo lounge, Duncan fue acomodando a las personas como legos en la pista de baile. Rayando la 1:15 H comenzó a meterle un poco de más de percusiones; a la 1:30 H ya estábamos en algo más funk y, para la 1:45 H las bocinas comenzaron a tronar disco. Rayos láser por encima de la gente. La mesa estaba servida para el plato fuerte.
A las 2:00 H, DJ Harvey se apoderó de las tornamesas y sobre el tema que estaba corriendo montó una sesión instrumental de mucho saxofón y e instrumentos de viento. Por casi una hora fue pintando diversos paisajes jazz con el pincel de la progresión tipo orquesta.
Para la comunidad amante de la música electrónica, Harvey es un referente obligado. Al margen de lo que actualmente representan Diplo, Skrillex o Martin Garrix, la revista Rolling Stone (sin ser un medio especializado) lo catalogó como uno de los 25 DJs que “dominan el mundo”. Lo cual habla más de su trascendencia cultural que de su exposición mediática. Es escuela de muchos de los artistas que encabezan carteles en festivales del género.
Con una experiencia de más de dos décadas, llegó a la CDMX con su característico estilo tipo detective de Miami Vice para poner a bailar a un público que, en su mayoría, no estaba en los planes de sus padres cuando él comenzó a pinchar vinilos. Hacía las 3:30 H su set estaba transitando de lo etéreo a algo más estilo funky town.
Legendario por sus largas sesiones que se extienden por horas y horas, transformó la pista de baile en una maquina del tiempo que recorrió múltiples épocas a través de diversos géneros. Todo sin caer en cliché de los hits de radio y sin desangrar la vena del disco.
A las 4:30 el lugar en su configuración tipo antro reventó en jubilo. Todo mundo bailaba sin parar. DJ Harvey posee tal sensibilidad para leer la pista que, el desarrollo de su set se va construyendo conforme percibe la vibra de la gente. Así pues, el resto de su sesión transitó por diversos escenarios en los que se fueron incorporando de forma orgánica, vocales de euro disco, sonidos tribales, dance y, hasta secuencias "bloondiescas".
En México, DJ Harvey ha sido parte del cartel de Trópico, Mutek e incluso hasta de un Corona Capital. Esta vez, las condiciones globales solo permiten un aforo limitado, pero igual se entrega con la misma vitalidad de alguien que sabe que la música es oxígeno. Su participación estaba pensada para durar tres horas y terminar a las 5:00 H, sin embargo pasadas las 6:30 seguía con el mismo entusiasmo del principio. Nosotros tuvimos que retirarnos para volver a la rutina semanal, pero la fiesta continuaba. Si alguna vez tienen la oportunidad de cacharlo en vivo, se los recomendamos ampliamente; solo consideren que no es un acto de hits musicales y que sus sesiones son largas.