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El año poco a poco va a llegando a su fin. No hay muchos que estén pensando en conciertos, para la mayoría de la gente diciembre es un mes dedicado a las posada, la familia y vacaciones. No así para las miles de personas que se reunieron el lunes 10 de diciembre en el Pepsi Center WTC para disfrutar el que terminaría siendo uno de los mejores shows del año: Die Antwoord.
Esta banda sudafricana vino a nuestro país a presentarse en el Festival Catrina en Puebla, sin embargo todos sabían que no se podían ir de México sin pisar la Ciudad de México, y qué mejor que hacerlo en el recinto donde un año antes se consolidó como una de las consentidas de nuestro país: Pepsi Center WTC.
El día podría parecer no adecuado para conciertos. Al fin y al cabo quién sale de fiesta en lunes. Simple: los melómanos, aquellos que no se pierden la oportunidad de ver un buen show en vivo, sin importar la desvelada. El concierto empezó pasando las 21 H. Lo primero que se escuchó fue un intro, que a muchos les pareció eterno, más que nada por la ansiedad que provoca la espera.
La primera canción en sonar fue “Pitbull Terrier”, poderosa, directa a la yugular, al igual que el resto del show, que no dio tregua y mantuvo a todos hasta arriba.
Algo que hay que destacar de Die Antwoord es que se trata de un dueto multidisciplinario. A pesar de ser básicamente un grupo de hip hop, su concierto no se trata de un DJ tirando beats y dos MC tirando rimas. No, todo desde la iluminación, el escenario y el vestuario hasta la misma actitud de Ninja y Yo-landi es distinta a la de cualquier otro grupo de hip hop en la actualidad. Eso sin meternos en su música que rompe por completo los estereotipos del género.
Durante la noche, mientras sonaban temas como “Fatty Boom Boom”, “Girl I Want 2 Eat You” y “Banana Brain”, Ninja se dedicó a realizar un mural de grafiti cada que Yo-landi se apoderaba del micrófono. Mientras que la propia MC, se dedicó a recorrer el escenario de dos pisos, demostrando que el cansancio no es algo que se encuentre dentro de su vocabulario.
Un momento especial de la noche fue cuando Ninja subió al escenario a una niña de nombre Maya. Era su cumpleaños así que puso al público a cantarle “Happy Birthday”, mientras la cargaba en sus hombros. Una muestra de humanismo no muchas veces visto en bandas o artistas de ese calibre.
Regresando a la música, en total sonaron 12 temas en poco más de una hora, siendo las más coreadas: “Ugly Boy”, “I Fink U Freeky” y “Enter The Ninja” con la cual dieron por terminado su show.
El concierto duró poco, pero nadie salió quejándose. La energía que se vivió fue única, no hubo momentos de descanso, no hubo tiempo para digerir lo vivido, todos quedaron pasmados con el show que acababan de presenciar. ¿Pudo ser más largo? Sí. Pero no todo bueno es bueno porque dura.