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Los teloneros fueron los capitalinos de Intoxxxicated, que cumplieron satisfactoriamente con la responsabilidad de preparar al público para el acto principal. Su metal potente y rasposo prendió a un sector de la concurrencia, mientras que el restante aprobó su actuación que incluyó números como "Speed and Beer" o "Cheetos En La Torta".
Alrededor de las 10:11 pm, se escucharían las primeras notas del intro del disco Eternal Devastation, para inmediatamente dar paso a "Curse the Gods", pieza que abre dicha producción… y la destrucción teutona se apoderó del escenario. De ahí para delante acribillarían al público una y otra vez con el mejor Thrash Metal europeo, con canciones como "Thrash Till Death", "Nailed to the Cross" y "Mad Butcher" (uno de los himnos de la banda). Con esta última, el mosh se volvió más salvaje, y solo se podían ver puños ondeando en alto, gente corriendo y empujándose de un lado a otro, y matas moviéndose a toda velocidad.
“Es bueno estar de regreso”, dijo en español el bajista/vocalista Schmier dirigiéndose a la audiencia, antes de arremeter con "Eternal Ban", coreada por el respetable, mientras algunos cuerpos empezaban a volar aquí y allá. La tempestad desatada por el trío alemán continuaría mientras ejecutaban "Life Without Sense", "Spiritual Genocide", "Carnivore" y "Hate Is My Fuel". Mientras tocaban, varias playeras e inclusive un par de tenis empezaron a ser arrojados de un lado al otro del lugar.
Luego vendría un solo de batería que sería el preludio de otro de los himnos de la banda: "Tormentor". Al concluir éste, Schmier anunció que iniciaba el momento de las complacencias, y preguntó al publico cual canción querían escuchar a continuación. Y la elegida fue "Invincible Force", que haría estallar el furor en la audiencia y el moshpit se volvería una locura, con oleadas de gente agitándose y estrellándose entre sí una y otra vez. Le seguirían "Antichrist" y "D.evolution", después de la cual la banda abandonaría el escenario.
Tras unos minutos, las luces volverían a encenderse, y con la suite de Psicosis (sí, la del filme de Alfred Hitchcock) se daría pie al regreso de la banda que ejecutaría "Total Desaster", "The Butcher Strikes Back" y "Bestial Invasion", siendo esta última con la que cerrarían el concierto en medio de un brutal slam, cuellos a punto de quebrarse por el frenético headbanging y casi toda la audiencia bañada en mareas de sudor y en éxtasis total.
Al final nadie pidió más, ya que la banda dejó satisfechos a todos.