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¿Se acuerdan cuando reemplazaron a Belinda de Complices al Rescate por una tal Daniela Luján? Fue algo feo. Podría mencionar un montón de cualidades que hacían que amara a Belinda, y ver a otra persona usurpar su lugar solo logró mi rechazo hacia la telenovela.
Algo similar ocurrió al escuchar por primera vez Amnesty (I), primer material con la participación de Edith Frances, vocalista que tomó el lugar de Alice Glass, quien fungiera para la mayoría como el rostro de Crystal Castles. La situación aquí fue que, al solo escucharlo, el cambio no se notó.
Cuando fue anunciado este show, sabía que tenía que ir, y algunos meses después por fin llegó la fecha. La noche fue inaugurada por Farrows, un proyecto de música electrónica, que con algunos beats techno ayudó a hacer más corta la espera para el acto principal.
Pocos minutos pasados de las 21:30 hrs., Crystal Castles abrió de manera enérgica su set con “Intimate” y “Baptism”. Ethan Kath hacía su trabajo, todo sonaba bien, sin embargo se sintió falta de presencia por parte de la cantante, incluso hubo momentos en que salía del escenario para dejar al productor con temas instrumentales como “Teach Her How to Hunt”.
Al llegar el turno de “Enth”, los beats pesados y los aplastantes saltos de la multitud se hicieron uno con los gritos de furia de Edith. A este le siguió el clásico “Crimewave” y la nueva “Fleece”, que vibraron en lo más profundo de nuestros sesos.
La siguiente dupla de canciones, “Empathy” y “Frail” me ayudaron a confirmar algo que pensé en los primeros minutos del show: Frances se entregaba más al público con temas de Amnesty (I) que con cualquiera de discos anteriores. Después de esto, Ethan se adueñó del recinto con un mashup que incluyó “Telepath” y “Unstrust Us” para así dar paso a “Celestica”, con la que se despidieron del escenario.
Momentos después regresó Ethan -nuevamente con el afán de demostrar que, básicamente, el es la mente maestra detrás del proyecto y nadie más- para hacernos bailar a todos con una sección un tanto experimental de beats que cambiaban con forme avanzaba el tiempo.
Cuando regresó Edith, continuaron con “Femen” y “Wrath of God”, parecía ya no importarle de quién eran las canciones, esta última parte de la noche fue en la que más cómoda se veía. Así llegó el turno de “Not in Love”, quizá el tema más famoso de esta banda. Desde los primeros segundos de la canción, todo lo que veías al rededor eran celulares grabando lo que sucedía en el escenario. Para cerrar con broche de oro, o mejor aún, con una postura tan contundente como el cemento, Crystal Castles se despidió con “Concrete”.
Dos cosas fueron muy claras para mí esa noche, esta gira está sostenida por dos grandes complejos: por una parte, Ethan Kath que quiere mostrar que él es Crystal Castles, y Edith Frances, que busca clavar su propio estilo en el proyecto para, de una vez por todas, patear el par de zapatos que ella no tiene intención de llenar.