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No hay persona que no conozca por lo menos una canción de Creedence Clearwater Revival. Es una de esas agrupaciones que no solo marcaron un hito en la historia del rock, sino que también dejaron una marca importante en la historia de la cultura popular. Participaron en la legendaria edición de Woodstock en los 60, escribieron “Fortunate Son” la canción de protesta en contra de la guerra en Vietnam y tenían a uno de los cantautores más icónicos del rock de la época: John Fogerty.
Por eso no es ninguna sorpresa que en 2020, la agrupación reúna a más de 10 mil personas para escuchar redenciones de una de las bandas más influyentes de todos los tiempos. Sí, no están presentes los hermanos Fogerty, pero dos de los miembros originales, Stu Cook, el bajista y Doug Clifford, el baterista, siguen dándole vida al legado de la agrupación bajo el nombre Creedence Clearwater “Revisited”.
El Palacio de los Deportes fue el recinto que recibió a la banda y previo a que tomaran el escenario, las canciones que sonoban evocaban aquella época de oro del rock. Bob Dylan, Cream, The Byrds, Buffalo Springfield, Grateful Dead, Crosby, Stills, Nash & Young, y otros contemporáneos amenizaban los momentos previos a que Creedence se subiera al escenario.
La música cesó. Los silbidos empezaron. Se apagaron las luces. La banda se subió al escenario y comenzó a sonar “Born on the Bayou”, la canción que ayudó a crear el llamado swamp rock, un subgénero que se conoce como tal por evocar al pantanoso sur de Estados Unidos a través de sus letras y sonido.
Los clásicos nunca pararon. Uno tras otro, Creedence Clearwater Revisited le hacía honor a su nombre. El cantante Dan McGuinness, encargado de la tarea titánica de reemplazar a John Fogerty, atinaba TODAS las notas como si él fuera el mismo autor de las canciones.
“Acabamos de empezar el Final Revival Tour y no podíamos dejar a la Ciudad de México fuera” dijo Stu Cook, el bajista de la agrupación. Y después de anunciar que al terminar esta gira, dejarían los escenarios para siempre, esa sentencia cobró otro sentido, uno muy alejado del cliché. Creedence sigue siendo una banda importante en los oídos de los mexicanos; solo falta ir al Chopo o prenderle a Universal Stereo para comprobarlo, por eso era importante que la banda se presentara por última vez aquí.
Después de una avasalladora ola de éxitos sonó “Fortunate Son”, la canción más popular de la banda y me atrevería a decir, la más importante de TODO 1969. Y esos primeros segundos en los que solo hay una línea de bajo y una batería, transportó a todo el Palacio de los Deportes a ese año; una regresión llena de memorias nostálgicas y violentas. Recordemos que en Estados Unidos la Guerra de Vietnam estaba en su apogeo, y en México la protesta estudiantil más grande hasta entonces, había sido reprimida tan solo un año atrás.
Escuchar esa canción fue un importante recordatorio de lo que representaba el rock en aquella época y como hasta cierta extensión se ha perdido.
El último concierto de Creedence Clearwater Revisited en México terminó con un encore de cuatro canciones; “Molina”, “Have You Ever Seen The Rain?”, “Travelin’ Band” y “Up Around the Bend”. La banda se postró al filo del escenario y dio su último adiós a México. Se prendieron las luces. La gente guardó sus celulares. Y un rumor de emoción y tristeza se escuchó en el Palacio de los Deportes.