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Para el último día del Corona Capital de este año las expectativas eran especialmente altas, literalmente un Beatle cerraba la noche y ni siquiera le pusieron competencia en horario paralelo. Casi todos los años el Corona Capital (me atrevería a decir que el festival más grande de México) genera una guerra generacional y este año fue particularmente marcada, pero considero que chavos y chavorrucos salieron ganando.
Para abrir el Escenario Vans con el sol a todo lo que da, los irlandeses SPRINTS salieron a las 14:30 H para elevar los espíritus con una dosis de guitarrazos y energía, una constante en ese escenario a lo largo del día. Mannequin Pussy de EE.UU. haría lo propio en seguida con temas como “Loud Bark” y “I Got Heaven”, la banda batalló con problemas técnicos, pero al público no pareció importarle mucho y se armó un buen mosh pit con sus temas.
Bajaba el sol y Crumb bajó un poco a la distorsión de las guitarras para darnos una dosis de psicodelia indie más tranquila con un fondo ácido como su sonido. Ciertamente el poder femenino abundó en las primeras horas del festival y qué mejor que la legendaria Kim Gordon en el escenario Corona Cero para ponernos los pelos de punta con su música industrial y experimental. Sí, sería cool escuchar alguna canción de Sonic Youth en su repertorio, pero nos conformamos con su creatividad en solitario.
The Magic Numbers, banda de tremendas cabelleras, fue la primera banda del día a la que le quedó chico el escenario Nivea, pues a pesar de que tocaron temprano a las 17:00 H, no cabía un alma más y el público estuvo cautivado desde que empezó "Forever Lost". Es una de esas bandas indie que inspira buenas vibras.
Caía la noche y era momento de correr al escenario principal para presenciar uno de los actos de rock británico más significativos de los últimos años: Nothing But Thieves. Conor Mason y compañía ciertamente callaron bocas a los escépticos del rock actual. Temas como "Trip Switch", "Futureproof", “Unperson” y "Amsterdam" invitaron a todos a brincar, mientras que "If I Get High" e “Impossible” nos pusieron emotivos y hasta un cover de "Where is My Mind?" de Pixies se coló en el setlist. Ya urge un concierto propiamente en solitario de NBT en México.
A las 20:00 H salió el icónico e inigualable Iggy Pop a recordarnos su trayectoria como una eminencia del punk. Directo al grano, sin playera como de costumbre y con toda la energía de un adolescente frenético nos brindó clásico tras clásico: "TV Eye", "The Passenger", "I Wanna Be Your Dog", "Loose" y "Search And Destroy" siguen sonando frescos y sacudiendo melenas medio siglo después.
A continuación, saldrían uno seguido del otro dos figuras que nos recordaron aquella edición del Corona Capital en 2014 cuando cayó una tormenta espectacular y dejó cubiertos en lodo a los asistentes: Beck y Jack White. El “güero” como de costumbre trajo un repertorio ecléctico de tres décadas de trayectoria al escenario principal con canciones como "Girl", "¿Qué onda güero?", "Loser", "E-Pro" y "Where It's At".
Fue una lástima que Queens of the Stone Age se bajara del cartel por cuestiones de salud, pero a estas alturas Jack White ya es un guitar hero en su propio derecho. Su característico blues y garage saturado de rabia, fuzz y demás efectos es inmediatamente identificable, una elección perfecta para cerrar un escenario Vans que había recibido fuerzas rockeras una tras otra a lo largo del día.
El guitarrista de Detroit arrancó con un mini tributo a Iggy Pop, quien previamente había pisado ese escenario, para después repasar "Old Scratch Blues" y "That's How I'm Feeling" de su más reciente álbum sin nombre, de ahí fue un desfile de su trayectoria con The White Stripes (“The Hardest Button To Button”, “Ball and Biscuit”, “Hotel Yorba”), con The Raconteurs (“Broken Boy Soldier” y “Steady As She Goes”), así como temas solistas.
El músico preguntaba constantemente a la audiencia mexicana cómo se sentía y si seguía con los ánimos al tope. Con una trayectoria como la de White, 80 minutos no son remotamente tiempo suficiente, pero nos contentamos con escuchar su guitarra aullar siempre. "Icky Thump" llevó una dedicatoria no amigable hacia el presidente reelecto de EE.UU. y "Seven Nation Army" fue el riff más icónico del festival.
Como mencioné al inicio de mi escrito, uno de los fab four cerró esta edición del Corona Capital (probablemente el artista más legendario que ha tenido y tendrá el festival en su historia y ya es mucho decir). Paul McCartney o Macca, para los cuates, definitivamente tuvo poco tiempo para una trayectoria como la suya, pero desde chicos a adultos mayores siguen emocionándose con escuchar la música de este hombre que a sus 82 años tiene más energía que yo a mis casi 30.
El icónico primer acorde de "A Hard Day's Night" hizo que se nos olvidara el cansancio de todo un día de pie bajo el sol. El Beatle nos transportó desde las primeras canciones del cuarteto de Liverpool (“Love Me Do” y “I’ve Just Seen a Face”) hasta la “última”: la emotiva “Now And Then”. También nos recordó las joyas que Wings nos dio (“Let Em In”, “Nineteen Hundred and Eighty Five”, “Jet”, “Band on the Run”), pero el momento más emotivo fue cuando cambió su bajo por una guitarra acústica e interpretó sobre una plataforma elevada el tributo a John Lennon con “Here Today”, seguida por la siempre hermosa “Blackbird”.
McCartney hizo su mejor esfuerzo por interactuar con el público en español, con todo y jerga chilanga. Una enorme sorpresa de la noche fue cuando anunció un invitado especial y nada más y nada menos que St. Vincent se subió al escenario para acompañar a Sir Paul y a su banda con su guitarra para tocar “Get Back”. A continuación, el británico regresó al piano para lo que marcaría el final triunfal (o eso pensábamos) con “Let It Be”, “Live and Let Die” (acentuada por su usual pirotecnia espectacular) y “Hey Jude” para hacer de los 70 mil espectadores un enorme coro.
A pesar de haber cumplido con el horario del festival, Paul McCartney se dio la libertad de dar un propio show completo e interpretar un par de canciones más como encore incluyendo “Helter Skelter”, “I’ve Got A Feeling” (con John Lennon de fondo) y su trilogía final del Abbey Road (“Golden Slumbers”, “Carry That Weight” y “The End”), cuyo cierre fue hecho más espectacular por la presencia nuevamente de St. Vincent y esta vez se sumó Jack White para echarse el duelo triple de guitarras de este tema.
“And in the end the love you take is equal to the love you make” y unos drones en forma de corazón definitivamente serán un cierre de Corona Capital que vivirá por siempre en nuestra memoria.