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Eran las siete y media de un sábado por la noche, y en las afueras del Foro Indie Rocks!, en la Roma, ya había un grupo de personas esperando el primer encuentro con emoción.
Las playeras de Rush, Whitesnake –que se presentaron un día anterior en nuestro país–, Steven Wilson y Circus Maximus, hacían juego con las cabelleras largas, chamarras de piel, vestidos negros y botas que adornaban el entorno. El humo bailaba y la cerveza amenizaba la plática de amigos y desconocidos, todos amantes del metal.
Las luces del escenario se encendieron e iluminaron la manta negra que estaba colgada al fondo del mismo con el logo del nuevo disco de la banda noruega. Los amplificadores sonaron, la gente que estaba afuera corrió al interior del lugar y los gritos hicieron eco de lo que se vivía en el corazón del recinto. Ekos, banda mexicana de metal progresivo, dio la introducción a una noche llena de sorpresas; su sonido espacial, cambiante y rotundo impresionó a los presentes y dejó un buen sabor de boca para continuar.
El silencio reinó, la respiración marcó el momento, el sonido característico de “Forging” inundó nuestros oídos y con un foro lleno, Michael Eriksen (voz), Lasse Finbråten (teclados), Mats Haugen (guitarra), Truls Haugen (batería) y Glen Cato Møllen (bajo) salieron al encuentro.
“Namaste” de su álbum Nine de 2012 surgió de la guitarra y explotó. Los espectadores siguieron el ritmo con la cabeza, corearon la lírica e hicieron air guitar en el solo que adornaba de virtuosismo la canción. “A Darkened Mind” y “Sin” marcaron la diferencia de una banda que evolucionó musicalmente. Sus acordes sombríos y pesados nos contaron algo acerca del pasado, mientras que el bajo marcaba el tiempo y guiaba los pasos. El riff de “Havoc” empezó, el bajo de Glen Cato Møllen continuó tajantemente y los presentes ardieron.
Los acordes lentos y melódicos de la guitarra acudieron al llamado y “Glory of The Empire” comenzó a tener forma. El teclado armonizó, la batería acompañó y Michael Eriksen le dio voz al aire. “Arrival of Love” y “Highest Bitter” se mezclaron para mostrar las dos caras de la moneda y “Architect of Fortune” encumbró su obra maestra mostrando la versatilidad musical de la banda.
“I am” como cantó de guerra y libertad rezaba “Can't wait for you to understand, I need to know who I am. Reaching deep, and if I can then I will know”, y “Alive” prosiguió para deleitar a los presentes.
La banda estaba extasiada con la respuesta del público. La gente aplaudía al unísono y el vocal sorprendido decía que México era un país de locura, mientras grababa con el celular la respuesta de la gente que estaba a sus pies.
Para cerrar la noche un metalero se subió a los hombros de su amigo y llegó hasta enfrente para cantar cerca de la banda en la última canción. “Chivalry” y “Game of Life” se transformaron en un final progresivo y melódicamente cambiante; el teclado sembró la atmosfera, y la guitarra, con sus tonos agudos, dieron un final perfecto en una noche perfecta.