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De Nalgas es uno de esos grupos que debería estar en la cima pero no lo está. Su sentido del humor, su ejecución y su autenticidad es algo que debería atraer a la masa, sin embargo, por alguna razón, no lo hace. Ayer, el Circuito Indio se llenó de punk rock y un poco de ska en una noche llena de contrastes en la que el slam triunfó.
La fecha se anunciaba como Punk Rock Fest, algo que en un principio estaba lleno de razón, sin embargo, a última hora, Seguimos Perdiendo se bajó del barco por lo que tuvieron que meter a Salón Victoria en su lugar, convirtiendo al evento en algo así como: Punk Ska Fest.
Además de estas dos bandas se presentaron también Pájaros Vampiro y Los Reyna Valiendo Madre, ambas bandas poderosas pero que desafortunadamente no captaron la atención del público que se dedicó a fumar y beber en el patio del foro mientras esperaban a las dos bandas estelares, una pena.
Llegaba el turno de Salón Victoria. Lo primero que llama la atención es que se trata de una excelente agrupación de covers de Salón Victoria, eso sí, con un par de integrantes originales de la banda que portó ese nombre durante casi década y media. Las canciones viejas suenan impecables e incluso mejor que las originales, sin embargo hay algo que no cuadra, empezando por el vocalista que –si bien supera al original en voz y ejecución de instrumento (toca el acordeón)– carece del carisma del “Chino”, diablos, hasta físicamente es superior al viejo cantante pero prefiero mil veces el pelo despeinado y del vocal original que la barba pintada y camisa desabotonada del actual, no importa que bien lo haga, sigue sonando falso.
Para quitar ese ligero sabor amargo de la presentación de Salón Victoria llegaba la hora de los estelares de la noche De Nalgas. Aquí la cosa cambió, desde el primer acorde se nota la química de los integrantes. Su sentido del humor, ácido y directo, recuerda bastante a Molotov, de hecho un colega los describió precisamente como los Molotov flacos. Esto no es casualidad, pues los autores de “Frijolero" han apadrinado a estos punks desde hace varios años.
Sus canciones, con títulos como “Pare de sufrir, pare de mamar”, están plagadas de críticas al sistema, la religión y el estado; algunas sutiles otras bastantes directas. Por esta razón sus conciertos parecen estar llenos de rabia, la cual se libera a travez del slam, que no se hace esperar desde el primer acorde. A pesar de esto, su show no es para nada violento, de hecho se siente una gran solidaridad: cuando uno cae el resto lo levanta; si bien hay empujones jamás golpes, como en el típico slam punky.
Al final la única queja que se puede tener es que De Nalgas tocó muy poco, su set se pasó muy rápido y dejando una sensación de querer más, quizá esto se debió a que acortaron su tiempo para meter dos bandas más, lo cual es un gran acto de solidaridad. Hablando de solidaridad, todas las ganancias de este concierto fueron donadas a la caridad, otra razón más para definir a esta fecha como una de las mejores del Circuito Indio.