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Siempre me he preguntado ¿qué hace que un concierto sea un gran concierto? Parece no importar el tamaño del foro, o la grandeza de la banda, ni siquiera la duración del set. Ayer Camilo Séptimo dio un gran concierto a pesar de no ser su mejor presentación, de contar con un venue chico a medio llenar y tocar solo un puñado de canciones. Cuando terminó me pregunté: ¿es todo? Sin embargo no vi más que caras felices saliendo del lugar, satisfechas por lo que acababan de presenciar.
Pero empecemos por el principio: Camilo Séptimo se va a presentar próximamente en el Teatro Metropólitan, de hecho hará dos fechas, por lo que este show era prácticamente un regalo para aquellos que ya tenían su boleto para esos conciertos (la entrada costaba $60.00 MXN siempre y cuando presentaras tu ticket del Metropólitan). Esto creo un ambiente propio, los fanáticos sabían que no iban a presenciar algo espectacular, más bien se trataba de algo íntimo.
Quizás fue por el hecho de ser domingo, pero el Foro Indie Rocks! estuvo lejos de llenarse, lo cual parecía ser una decepción hasta que las luces se pagaron y los gritos de cientos se disfrazaron de miles.
Desde un inicio se sabía que solo tocarían canciones de Óleos, su primer material de larga duración el cual fue recibido con bastante agrado por parte del público. Fue así como una a una fueron sonando: “Fusión”, “Ser humano”, “Eres”… Las únicas pausas eran para dar las gracias y continuar con el show. La única vez que Manuel (vocalista) alargó la espera entre tema y tema fue para dar un mensaje de conciencia por las víctimas del reciente terremoto, de hecho se suponía que habría un acopio en la entrada –aunque la verdad el público parece que no se enteró–.
Pocas veces se puede ver un concierto en donde el público cante con la misma intensidad todas las canciones de principio a fin. Sí, había las que eran aplaudidas desde el primer acorde pero al final, cuando la voz de Manuel recitaba los primeros versos los asistentes se encargaban de silenciarla robándose las letras una por una.
Al final los integrantes simplemente se despidieron, a penas pasaban las 9 de la noche, pero no hubo incorfomidad, como dije antes solo había caras felices. No sé si sea porque los asistentes sabían que esto solo era un calentamiento o porque habían recibido exactamente lo que pedían, quizás un poco de las dos.
Algo que también hay que reconocerle a Camilo Séptimo es que, al menos de las bandas que he visto en Circuito Indio, fue la que más en serio se lo tomó, montando una escenografía especial, con luces que separaban a los integrantes oficiales de los músicos invitados, algo que le dio un plus al concierto.