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Hace 13 años aproximadamente escuché por primera vez el término rivet. Desconocido para mi hasta ese momento, lo ligué a la música industrial, un poco al post punk y a algo que no sabía definir (con el tiempo descubrí que, tal vez bajo las influencias de Throbbing Gristle, y desde D.A.F. hasta Neon Judgment, era algo más que cyberpunk).
Un grupo pequeño en comparación con los movimientos que en ese entonces existían (aún no se le llamaban tribus urbanas) deambulaba entre la Unidad de Trabajo Autogestivo y el Dada X, el cual se caracterizaba por no parecerse a nadie más y moverse en un submundo obscuro, nocturno y poco civilizado en ese entonces: El Centro Histórico. Hocico ya figuraba en ese mundo y saber que iba a tocar e ir a verlo era casi tan emocionante como si viniera Feindflug.
Desde esos viejos toquines en el Dada hasta la celebración de ayer han pasado muchos años ya, nos hemos hecho viejos y hemos perdido nuestras esperanzas; ya no brincamos, ya no bailamos y los jóvenes no existen porque están poco interesados en ver a una banda vieja que nunca tuvo el reconocimiento merecido en su propio país aún así tuviera la capacidad de tener como teloneros o ‘actos invitados’ a otros grandes del género directamente desde Alemania.
La celebración de ayer por la noche fue como la fiesta en la que invitas a todos tus amigos y únicamente llegan los íntimos, aquellos con los que siempre puedes confiar, curiosos por ver bandas que nunca habían podido ver como Hardwire y Xotox, y presenciar actos contundentes ya referencia como Miss Construction y Agonoize; Pero así como esos amigos han crecido contigo así se han convertido en personas cansadas que consideran que el show es el mismo desde hace 20 años aunque el sonido sea más pulcro, más limpio, más intenso y, en definitiva, más contundente.
Desde la salida del mariachi, algunos gritaron el clásico: “¡Cámara, Hocico!” mientras otros cantaban con aplomo las clásicas melodías mariachi para después entonar, como un buen José Alfredo Jiménez, “Odio en el Alma“.
Hocico triunfa más en el M’era Luna que en el viejo José Cuervo Salón de su propia casa para no romper con la tradición. A pesar de una anunciada y ejecutada producción de primer nivel, el lugar ayer estuvo más bien vacío aunque juegue en cancha local el campeón del mundo del aggrotech. Acompañaron en la celebración unos esperadísimos Agonoize y unos cómicos y fascinados Miss Construction.
Le deseamos a Hocico muchos triunfos más y muchos años más. Le deseamos al público mexicano más apertura (porque difusión la hubo). Hocico no tiene nada que demostrar, son grandes entre los grandes. Gracias por venir a celebrar con nosotros, su gente, no todos lo demuestran pero seguimos muchos que aún los seguimos valorando y disfrutando.