Carolina Durante en el Foro Indie Rocks!

La noche pintaba para ser una de guitarras, cánticos y puños en el aire.

Abrieron los primeros con una propuesta punk/garage. Un clásico cuarteto que recuerda a esas bandas que empiezan tocando apretujados en un cuarto y que poco a poco construyen una identidad propia, con fanáticos fieles y canciones que con los primeros acordes ponen a todos a saltar. Al final cerraron con un cover a “Me voy” de Julieta Venegas en el que demostraron que pueden darle bien su sello a una canción pop. 

Tocaba el turno de Cala Vento. Un power-dúo de los que pegan. Los catalanes se subieron al escenario con la simpleza de guitarra, voz y batería y se encontraron con un público que les ayudó a cantar algunos de sus temas. La pasión se nota a raudales y dejaron claro que no hacen falta más que dos buenos músicos y buenas canciones para ser una gran propuesta. Ambas agrupaciones, calentaron al público que, en cuanto terminó Cala Vento se empezó a compactar para corear a Carolina Durante.

La nostalgia es un poderoso combustible. Aunque también puede ser peligrosa porque, si te quedas navegando en ella, corres el riesgo de no salir nunca más. Hay una banda que parece nutrirse de su poder a la par que se la pasan bien y hacen canciones que sirven para enmarcar a una generación. Son cuatro chavales que, aunque claman no conocer el secreto del éxito, lo consiguieron casi sin quererlo. Y al fin, después de años de espera, esos cuatro muchachos estaban sobre un escenario en México. 

Carolina Durante es una banda que despierta controversias. Son atrevidos en su discurso y explosivos en su presentación. Desde antes del concierto, ya se sabía que su punto fuerte era el directo. Tienen ese don para hacer canciones coreables. De las que escuchas una vez y luego no sabes qué traes en la cabeza por el resto del día hasta que vuelves a dar con la banda y dices: “¡ah, claro!”.

Al fin estaban sobre el escenario del Indie Rocks! para enseñarnos por qué la gente se vuelve loca en España. De cierta forma ya lo intuíamos. Tienen ese aire de los Nikis reencarnados. Canciones que cuentan de personajes, de situaciones cotidianas, o, como decíamos al principio, de esa nostalgia inherente al ser humano y que, cuando las pones en canciones potentes y directas, alcanzan otras alturas… o mejor dicho, otras oportunidades, porque calan hondo. 

No decepcionaron. El desenfreno con el que tocan tema tras tema es brutal. Contagioso. Diego, el vocalista, tiene movimientos sobre el escenario que cautivan. Y qué decir de las canciones. Una de las primeras fue “Granja Escuela”, canción que habla sobre adicciones y que en vivo conecta brutal con el público. Tuvimos lo que ya sabíamos. Saltos, sudor, puños en el aire, vasos voladores, choques de hombros y gargantas rasgadas. A final de cuentas, esa es la esencia de Carolina Durante. 

Y empezaron a sonar canciones más “clásicas” (las comillas considerando el poco tiempo de formación de la banda) como “Las canciones de Juanita” (en la que subieron a los Pájaros Vampiro a cantar con ellos), “Joder No Sé” o “Perdona (Ahora sí que sí)”, o “La canción que creo que no te mereces”, mezcladas con las más nuevas como “La planta que muere en la esquina”, “Famoso en tres calles” o el himno a Messi “10”. Uno de los puntos fuertes fue cuando interpretaron esa sátira hacia los pijos/fresas llamada “Cayetano” y los decibelios llegaron a su punto máximo. 

Carolina Durante vino a México a enseñar su propuesta, a dejar su energía sobre el escenario y a confirmar que son molones y famosos más allá de tres calles.