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En 1988 nace la banda inglesa Cancer, en plena efervescencia del thrash y el death metal, géneros que se desarrollaban en la segunda década de los ochenta. Tras cinco discos de estudio y dos altos en el camino, la banda se reforma en 2013. Desde entonces continuaron realizando giras y presentaciones a lo largo del planeta. Y por fin llegaron a tierras mexicanas para ofrecer un sólo concierto en el Foro Indie Rocks!
El show dio inicio a las ocho en punto, cuando el cuarteto This-Is-Hell subió al escenario para ir abriendo boca con su brutal death metal. Los oriundos de la capital construyeron una poderosa pared de sonido con ladrillos pesadísimos como "Dispuestos a la maldad", "Frontera Cero", "Dominio" y "Ecos del Tiempo", un tema inédito que formará parte del nuevo disco de la banda. Con "Mental Emotions" (un cover de Hypocrisy, banda sueca) cerraron su presentación.
Tras una espera que se prolongó casi una hora, en el audio local empezó a escucharse "Temple Song", composición incluida en el cuarto disco de la banda, Black Faith. En ese instante subieron al escenario el baterista Carl Stokes, el guitarrista/vocalista John Walker y el bajista Ian Buchanan, iniciando su actuación con un himno del grupo: C.F.C. (las siglas de Cancer, Fucking Cancer), que de inmediato sería reconocida y coreada por los asistentes. Sin mediar pausa arremeterían con "Witch Hunt", otro célebre track de su primera producción, To the Gory End.
Tras un breve saludo de Walker a los presentes ejecutaron "Death Shall Rise", canción que da título a su segunda producción en estudio; se armó un mosh pit considerable, y las largas cabelleras se movían en frenético headbanging, acompañadas de gritos y vítores.
“Do you remember?” Es la frase que espetaría el cantante a la audiencia al tiempo que tocaba los primeros acordes de "Into The Acid". Este tema, junto a "Die Die", alimentarían el frenesí del moshing e incitarían al crowd surfing; algunos espontáneos lograron hacer algo parecido a un stage diving. A su término, el público se quedaría cantado “Die Die”.
La banda seguiría esparciendo sus acordes mortales "Tasteless Incest", "Blood Bath", "To the Gory End" (precedida de un breve interludio a cargo de Buchanan), "Body Count", "Burning Casket" y "Hung, Drawn and Quartered", tema con el que finalizarían su setlist. El slam estaba en su punto más álgido, los cuerpos de varios chavos seguían navegando por encima de las cabezas de los asistentes cercanos al escenario.
Al concluir su actuación el trío salió del escenario, pero la gente reclamaría por más música. El primero en volver fue Carl Stokes, quien incitó al público que pidiera el regreso de la banda con mayor ahínco, y eso fue lo que se hizo. En respuesta, el grupo brindaría una canción más, además de un cover: "Dethroned Emperor", de los suizos Celtic Frost (banda seminal del movimiento underground metalero).
Pasaban de las diez y media, y el concierto terminó con un riguroso ritual del grupo, regalando sus plumillas y las baquetas entre los presentes. También se obsequiaron algunos pósters promocionales. Al encenderse todas las luces, se veían rostros exhaustos y sudorosos, felices por lo que acababan de presenciar. También se notaban algunas gotas de sangre esparcidas cerca del escenario, resultado probable de los brutales encontronazos, golpes y caídas producidos durante el fragor del slam y el diving. El sonido local reproducía "Highway to Hell" de AC/DC, indicativo de que la asistencia tenía que abandonar el recinto y enfilarse no rumbo al infierno, sino a sus respectivos destinos. La invasión cancerígeno-auditiva se consumó de forma exitosa.