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La noche del viernes 11 de marzo vivimos un concierto más (quinta ocasión que nos visita) de la banda británica Bring Me The Horizon, en esta ocasión presentada por Zepeda Bros Music Group. Oliver Sykes, Matthew Nicholls, Matt Kean, Lee Malia y Jordan Fish ofrecieron un show altamente anticipado en nuestro país y que cumplió con creces dado el reciente lanzamiento de su última producción That’s The Spirit.
El concierto comenzó con Cathleen como teloneros, una de las bandas más destacadas hoy en día dentro de la escena metalcore mexicana y que, sin duda, cumplió con su función. Alrededor de las 9:30 p.m., Bring Me The Horizon subió al escenario e inició con “Doomed”, la cual sentó el ambiente para el resto de la noche y de los temas que la banda nos tenía preparados.
Continuaron con “Happy Song”, tema con el que tuvieron a todo el Pepsi Center cantando al unísono, además de que en esta canción y a lo largo del show, mostraron un gran espectáculo audiovisual y altos niveles de producción (una de las aportaciones que Jordan Fish ha traído a la banda).
Posteriormente, dieron paso a canciones como “Go To Hell, For Heaven’s Sake”, “The House Of Wolves”, la clásica “Chelsea Smile” y “Throne”, el principal sencillo de su nuevo álbum. Acto seguido, deleitaron al público con temas tanto nuevos como viejos –principalmente de su exitosísimo Sempiternal– tales como “Shadow Moses”, “Sleepwalking”, “True Friends”, “Follow You” y “Can You Feel My Heart”.
Algo a destacar en este punto es que el público pedía a gritos “Pray For Plagues”, insignia del viejo estilo de Bring Me The Horizon, a lo que Oliver Sykes se negó de forma bastante inteligente al corear "Antivist, Antivist", para después comenzar a cantar dicho tema. Con esto queda claro que el nuevo sonido de BMTH llegó para quedarse y si bien la banda no olvida sus orígenes (el propio Sykes incitó al público a que abriera los llamados mosh pits), parecen estar seguros de que no hay marcha atrás con la transición que mostraron en su último disco.
Como ya es costumbre, los británicos regresaron al escenario para tocar dos canciones más en el encore: la sentimental “Blessed With a Curse” y cerraron la noche con “Drown”, siendo ésta una magnífica y emotiva interpretación.
En general, resultó un concierto lleno de energía, ya sea tanto por la entrega de parte del público (fanáticos de antaño y nuevos fans que se han sentido atraídos por este BMTH más suave y fresco), como por una presentación poderosa, llena de luces y con buen sonido. Plus: su gran setlist puso a todo el Pepsi Center a brincar y cantar.
Recordemos que fue en 2009 la primera vez que la banda "emo" que tocaba deathcore nos visitó..., pero las cosas han cambiado. A través de pasión, evolución y esfuerzo, Bring Me The Horizon demuestra que está lista para tomar la escena metal del mundo.