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En 2020, la joven cantante Billie Eilish hubiera presentado su álbum debut ante un Palacio de los Deportes atiborrado, pero cierto virus canceló esos planes. El 29 de marzo de 2023, a tres años de su presentación en el festival Corona Capital, parecía que la cancelación volvería a repetirse cuando por la tarde de ese día Tláloc decidió soltar toda su furia y dejar toda la zona inundada e insegura para llevar a cabo el concierto. Alrededor de las 22:00 H, Billie salió a dar la cara, pedir disculpas por no poder dar el concierto como se debía y alcanzó a interpretar cinco temas en acústico junto con su hermano Finneas ante sus fans empapados y con los ánimos por los suelos.
El destino parecía no querer que viera a Billie Eilish en solitario en la CDMX. Inesperadamente, su regreso fue anunciado para el día siguiente, solo que más temprano (probablemente para no coincidir con los conciertos de The 1975 y Modest Mouse que se llevarían a cabo más tarde cruzando la avenida) y sin Omar Apollo como telonero.
Así, a las 19:20 H justo cuando se ocultaba el último rayo del sol, las luces se apagaron, salió la cantante disparada del suelo por un cañón y arrancó a todo motor la velada con “Bury A Friend”, “NDA” y “Therefore I Am”, no sin agradecer la paciencia y perseverancia de sus seguidores tras la difícil noche anterior e invitarlos a descontrolarse y dejarse llevar por la música.
A simple vista, la gran mayoría de los asistentes del día anterior regresaron para el round dos de Billie Eilish ante los inconvenientes que pudiera causar el ir hasta el Foro Sol por segunda noche consecutiva, desde niños pequeños hasta… bueno, sus padres, la masa de gente no dejaba de cantar a todo pulmón, brincar y agitar las lámparas de sus celulares. “My Strange Addiction” continuó con toda la energía de la cantante, seguida de un mash-up de “Idontwannabeyouanymore” y “Lovely”.
“You Should See Me In A Crown” con sus visuales no aptos para aracnofóbicos nos remontó a aquella época en que la carrera de la cantante despegaba alto con su característica estética macabra. Después, en contraste, las vibras acústicas de “Billie Bossa Nova” nos llevaron a esta reciente etapa Happier Than Ever con sus colores beige y sonidos vintage.
A continuación, unas luces doradas y las extrañas vocalizaciones de “Goldwing” hicieron que las lámparas de los asistentes formaran un cielo estrellado dentro del Foro Sol. Es increíble cómo hasta las canciones más tranquilas y sencillas de Eilish mueven de esa manera a las masas y generan esa euforia. Los primeros segundos del ritmo desenfrenado de “Oxytocin” causaron furor y sus fans más acérrimos saben que venía el momento de saltar descontroladamente. Le siguió “Ilomilo” de su primer álbum justo antes del momento más emotivo de la noche, durante el cual Billie y Finneas se sentaron para cantar canciones en acústico.
Con “I Love You”, “Your Power” y “TV” se sintió como si alguien empezara a picar cebollas para todos los asistentes. De pronto, Eilish emprendió un viaje en scooter desde el escenario a través de un camino que la llevaba hasta la mitad de sección general, donde una grúa la esperaba para levantarla por los aires en un momento mágico donde interpretó “Overheated”, “Bellyache”, “Ocean Eyes” y “Bored” volando sobre la audiencia.
Ante fotos y videos familiares de la infancia de los Eilish en las pantallas, “Getting Older” sirvió de transición para la recta final del concierto. “Lost Cause” volvió a sacar los mejores pasos de los asistentes, “Bitches Broken Hearts” fue un throwback a sus inicios en Soundcloud para dar lugar a una de sus baladas más desgarradoras. “When The Party’s Over” sonó con sus icónicos visuales del video musical de fondo.
Para “All The Good Girls Go To Hell” la cantante nos invitó al infierno con buen ritmo y visuales de fuego de fondo. “Everything I Wanted” sonó tan emotiva y bella como aquella vez que la debutó en vivo en nuestro país. Solo restaban dos canciones para cerrar con broche de oro. “Bad Guy”, su inescapable hit del 2019 no podía faltar para hacer saltar por última vez a sus fans más jóvenes que aún tenían la energía (a diferencia de quien escribe) para hacerlo a pesar de la fatiga del día anterior.
Así como la noche anterior, “Happier Than Ever” fue la canción reservada para que el público dejara salir toda la emoción que le quedaba y gritar al unísono “you make me hate this city…”. Billie Eilish, Finneas y su baterista componen toda la banda que hizo vibrar el Foro Sol en el exitoso primer show en solitario de la cantante y uno de tres shows que daría en nuestro país. Tras una reverencia y recogiendo los montones de peluches de Dr. Simi que le regalaron, se despidió mientras sonaba de fondo el tema “Goodbye”.
En pocos años, la joven cantante estadounidense y su siempre fiel hermano se han convertido en un referente de la música actual por su fresco estilo y personalidad que resaltan sobre la estrella pop promedio. El clima impidió que 60 mil personas se dejaran llevar por sus dulces y melancólicas melodías el miércoles, pero se notó la inmensa lealtad y cariño de sus fans dispuestos a regresar al día siguiente aún con el desgaste y posible resfriado.
Una hora y media se fue volando en medio de temas bailables y baladas desgarradoras. Las canciones son solo la mitad de la magia de Billie Eilish, su carisma y capacidad para mover a miles de personas la hacen una artista excepcional e imperdible en vivo.