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Después de haber estado dos días antes en Monterrey para el festival Pa’l Norte, arribó a la CDMX Arctic Monkeys, en promoción de su polémico reciente material, Tranquility Base Hotel & Casino (2018). El álbum ha dividido a su base de fans como ningún otro lanzamiento de su catálogo, y aunque algunos estuvimos a favor de la nueva propuesta musical de la banda de Sheffield, iba a ser una historia diferente como iban a sonar algunas de esas canciones en vivo.
Los abridores fueron de muy alta calidad para este evento especial, primero tocó el turno al protegido de Alex Turner, Miles Kane, quienes juntos conforman The Last Shadow Puppets. Kane recibía a los asistentes que iban llegando al Foro Sol con su característico hard rock, interpretando rolas de sus últimos dos discos, Don’t Forget Who You Are y Coup De Grace. El carismático Pelle Almqvist, quien ahora le gusta ser conocido como “Howlin’ Pelle”, nos sorprendió con la abundante cantidad de palabras que sabe en español, cuando The Hives (quienes también estuvieron en el Pa’l Norte y en El Plaza Condesa los días anteriores) terminó de encender al público con clásicos del neo-garage como “Hate To Say I Told You So” y “Tick Tick Boom”. Había terminado el aperitivo de lujo.
El enorme recinto ahora estaba lleno a un 95% de su capacidad, había caído la noche y en los 45 minutos de ocio mientras subía al escenario el platillo principal, una chica de pelo teñido empezó la ola en la Sección Naranja del Foro Sol, es surreal ver como una persona muy animada empieza el fenómeno que normalmente se ve en eventos de este tipo. Finalmente se apagaron las luces y se escuchó el riff distintivo de “Do I Wanna Know?”, la gente gritaba, especialmente cuando se desplegaron en las enormes pantallas a los costados del escenario a Alex Turner, con lentes obscuros, afeitado y el pelo relamido hacia atrás (un regreso a su look en AM), cantando “Maybe I’m too busy being yours / to fall for somebody new”.
Arctic Monkeys sigue siendo electrizante en vivo, para los desilusionados con el último álbum habrá sido un alivio constatar que la banda sigue siendo muy buena en concierto, algo que los caracterizó desde que se empezaron a promocionar por MySpace por allá del 2004. El álbum AM (2013) fue el más representado de la noche con seis rolas, el rock más digerible de canciones como “R U Mine?”, “Arabella”, “Why’d You Only Call Me When You’re High”, “Snap Out of It” y “Knee Socks” es perfecto para ser coreado por públicos masivos, y el crunch de las guitarras apabullaba los oídos, como debe de ser en un concierto de rock.
En cambio, canciones más mesuradas como “Star Treatment”, “One Point Perspective” y “Four out of Five”, del último álbum, eran más difíciles de apreciar en el contexto de un concierto masivo. Había instrumentación y harmonías vocales que se perdían entre toda la mezcla de sonido.
“Qué tal Miles Kane?, mueve la luna ese chico!”, dijo Turner sobre su amigo. “Y The Hives también”, continuó, para después terminar de rendirle tributo a una de las bandas que lo inspiraron de chico, cambiando ligeramente la letra en “Star Treatment”: “Yo solo quería ser uno de The Hives…”, cantó. Los lentes obscuros de Turner brillaban en las pantallas, mientras que Matt Helders mantenía el ritmo vertiginoso en “Brianstorm”, golpeando con precisión furiosa el hi-hat, para después hacer los poderosos redobles en el resto de su batería, que tanto lo caracterizan, por momentos se metía como en un trance, como sucedió en “Dancing Shoes”; hipnotizado, parecía el vato ese de Whiplash.
El abundante número de rolas que NO escuchamos era algo de esperarse, es inútil y le quitaría valioso espacio a esta reseña enlistarlas todas, pero mencionemos tan siquiera una: hubiera estado bien escuchar en vivo “My Propeller”. Así lo dejamos.
“Ha sido un placer estar esta noche con ustedes”, empezó a despedirse Turner después de “Pretty Visitors”, y ya empezábamos a extrañar nuevamente a Arctic Monkeys (y al permanente olor a mota durante todo el concierto). Jamie Cook y Nick O'Malley, prácticamente indistinguibles por el parecido que tienen, habían estado formidables, especialmente Cook, quién tuvo algunos solos distorsionados memorables como en “Crying Lightning”. La banda entera, más Tyler Parkford en teclados y Davey Latter en percusiones, hizo retumbar el Foro Sol, y no quiere decir que uno es pesimista al sospechar que van a pasar varios años para que vuelvan a regresar a México.