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Noche de miércoles, mitad de semana, miles de personas llegando a uno de los recintos con mayor capacidad en la Ciudad de México, el Auditorio Nacional, todos unidos con el mismo propósito: disfrutar un concierto de Arcade Fire, un concierto que agotó la totalidad de las localidades en poco tiempo y que abrió una segunda fecha para el día siguiente. La oferta de este espectáculo era prometedora.
Bomba Estéreo fue designada como banda telonera, que sufrió la mala fortuna de que menos de la mitad del recinto estuviera ocupado, seguramente por el complicado tránsito para llegar, lo que disminuyó la energía en el ambiente. Sin embargo, eso no evitó que los colombianos dieran una excelente presentación, ya que con el mensaje de igualdad entre panas “Internacionales”, no importó si “Somos Dos” o miles, ellos prendieron “Fuego” sobre el escenario, iniciando las acciones de esta gran “Fiesta”.
A manera de la pelea estelar, el escenario fue caracterizado como un ring de box, siendo Chumel Torres el presentador del grupo canadiense que estaba a punto de lanzarnos varios hits, un gancho al corazón y noquearnos con su música: Arcade Fire, aunque un problema de producción impidió que se escuchara lo que estaba diciendo, causando la rechifla del público. Uno a uno los integrantes de la banda desfilaron en el pasillo creado entre la zona general y la zona preferente, a la par que saludaban a los fans que emocionados los recibían.
“Everything Now”, “Signs of Life” y “Here Come the Night Time” encabezan el setlist. Win aprovecha una pausa para agradecer a todos por nuestra presencia y comenta estar muy contento por haber asistido. “Chemistry” y “Haïti” nos ponen en mood coqueto, mientras los corazones y la playa se muestran en los visuales. Win toma de nuevo la palabra, lamentando los sucesos del pasado 19 de septiembre y prometiendo hacer un donativo de lo recaudado por las entradas para los damnificados del terremoto, llevándose con ello la ovación del público y engalanando el momento con “No Cars Go”.
“Electric Blue” inunda de azul el ambiente, “Intervention” inunda nuestra mente de nostalgia y “Ocean Of Noise” inunda el nacionalismo en nuestro pecho, pues la canción cerró con música de Mariachi. Luego de continuar con “Neighborhood #1 (Tunnels)”, el líder de la banda dedica “The Suburbs” a todos aquellos que hayan perdido a algún familiar a causa del terremoto, siendo esta canción interpretada en un tempo menor al de estudio, dándole un toque solemne a este bello tema.
“Ready To Start” sonaba en todo lo alto, volteé a mí alrededor solo para observar muchos rostros llenos de felicidad, cantando, emocionados, esas reacciones que te causa ver a tu banda favorita, a una banda que sin duda trascenderá por la manera en que hace música y por la forma tan humilde y agradecida con la que interactúa con el público que los ha llevado a la cima.
Las luces se encienden, apuntando directo a una bola disco colgada sobre el escenario, misma que cubrió con puntos azules y violetas todo a su alrededor, para que “Sprawl II (Mountains Beyond Mountains)” nos pusiera a bailar. “It’s Never Over (Oh Orpheus)” nos mostró a Régine contoneándose sobre el balcón izquierdo del auditorio, “Reflektor” y “Afterlife” fueron de los temas más coreados, donde Win recorrió las butacas y se metió entre el público, mientras que “Rebellion (Lies)" y “Creature Comfort” cerraron la primera parte del concierto.
Luego de una pausa, el escenario se pinta de verde, color del dinero, el cochino dinero. “Put Your Money On Me” devela visuales psicodélicos, mientras que algunos miembros de la banda suben al escenario con la chamarra negra con la leyenda “Mexico is the shit”. Is not enought with that shit?, me pregunto yo.
“We Don’t Deserve Love” convierte el auditorio en un karaoke con 10 mil personas, pues sus letras se proyectaron en las pantallas, Régine interpretó esta canción con profundo sentimiento, tocando varias botellas de vino cual xilófono y llegando al llanto al final de esta canción.
Finalmente, “Wake Up” une muchísimas gargantas en una sola, nos lleva por un vaivén de ritmos y emociones y nos llena de júbilo al concluir el concierto con esta canción acompañados de Mariachi. Los canadienses se despiden, se enfilan y de nuevo desfilan con tarola, saxofón, violines y guitarras a modo de “batucada mexicana” (si es que eso existe), mientras se van despidiendo de sus fans, quienes no dan crédito al maravilloso espectáculo del que fueron testigos esta noche.