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Desde antes de que dieran las 8 p.m., el Teatro Metropólitan estaba repleto de hipsters y cinéfilos. Esos que te encuentras en todos los festivales de música, esos a los que les encanta escenear.
La razón del peregrinaje al Metropólitan era sencilla: Birdman musicalizada en vivo. La cinta del amado-odiado Alejandro G. Iñárritu fue proyectada mientras el talentosísimo Antonio Sánchez la sonorizaba en vivo con su batería.
Antes de iniciar la proyección, Alejandro Franco, organizador del evento –por el festejo del décimo aniversario de nuestros compañeros de la revista WARP–, presentó a Sánchez, que a su vez dijo estar emocionado y agradeció la presencia de su familia. Particularmente de su madre y su abuelo, el primer actor Ignacio López Tarso, quien “a sus 91 sigue siendo una inspiración constante”.
La ovación a Sánchez fue impactante: decir que el Metrópolitan estaba a sus pies no es un lugar común sino una verdad absoluta. El baterista es profeta en su tierra, y para prueba el hecho de que a pesar de la poca antelación con que se anunció el evento, fue sold out.
Sánchez contó como de más joven era fan de W FM y agradeció la presencia de Martín Hernández. También narró cómo conoció a Iñárritu –luego de un concierto–, se burló del #HoyNoCircula y contó cómo fue que Alejandro lo invitó a trabajar en la película. “En 2013 yo estaba en Miami en un coche rentado con mi chava y su abuelita y de repente me suena el teléfono, veo el teléfono de Alejandro, contesta y me dice que le late que sonorice su película con pura batería”. El resto es historia, y con tan solo dos sesiones de improvisación, Sánchez sonorizó la comedia negra de El Negro.
La experiencia de la proyección fue memorable. Primero por un público entregado al éxito de un compatriota. Segundo, porque no es el pan de cada día que un baterista reciba tanta atención. Tercero, porque la magia de escuchar a Sánchez en vivo hizo que la peculiar sonorización de Birdman fuera aún más emotiva. Técnicamente su actuación fue impecable, y no dejó dudas de por qué juega en las grandes ligas de la música. Pero más allá de eso, lo que hizo la velada inolvidable fue la respuesta del público que con risas, aplausos y gritos dejó claro que estaba conformado por puros fanáticos. Sánchez jugó como local y no perdió la oportunidad de golear.