Favoritos
Haz click en la banderilla para guardar artículos en tus favoritos, ingresa con tu cuenta de Facebook o Twitter y accede a esta funcionalidad.
“Si nos dejan, nos vamos a querer toda la vida” suena en los altavoces. Sobre el escenario, unos mariachis interpretando la famosa canción mexicana cuya interpretación más famosa es de Luis Miguel. No es accidente que este tema suene en un concierto de Álvaro Díaz, el puertorriqueño lleva años con el sobrenombre de Young Luis Miguel a manera de tributo. Para ese momento “Alvarito”, como le gritan sus fans mientras hacen volar su ropa interior al escenario, ya era dueño del lugar. Todos cantaban, brincaban, bebían; la noche era suya y supo aprovecharla.
La carrera de Álvaro Díaz está indiscutiblemente ligada a México. Aquí se le abrieron las puertas que en su tierra natal se negaban a abrirle. Es por eso que su concierto más grande en su historia (según sus palabras) tenía que ser en tierras aztecas. Desde el principio era fácil notar que realmente existe un fanatismo hacía el boricua, sobre todo en las generaciones más jóvenes que fueron las que llenaron SALA. Desde la primera canción (“Groupie Love”) el piso cimbró y la voz de Álvaro quedó opacada por los cantos ensordecedores de los asistentes.
La música de Young Luis Miguel puede describirse a grandes rasgos como latin trap, sin embargo no suena a Bad Bunny, su sonido es único, un poco más pop por momentos y más tradicional por otros. Sus letras invitan a dos cosas. Por un lado tiene canciones como “Mantecado de coco” y “Tortura China”, esas logran poner al público a cantar y dedicar, son melosas, tiernas, amorosas. Durante esos temas uno puede a ver a su pareja para recitar versos que logran enamorar a cualquiera, como pasó ayer con las 1000 personas que desgarraron sus gargantas en busca de conquista.
Por otro lado tiene temas como “Ok”, el tema reciente del puertorriqueño, con una lírica callejera, apegada al trap más tradicional, hablando en burla de los gangsters o aquellos que pretenden serlo solo por moda. Durante esta canción, y otras similares, el suelo tiembla debido a los brincos que parecen no tener cansancio, en ese momento todos son calle, traperos de cepa que furiosos recitan versos.
También hay que agregar una nueva faceta, aunque quizás no es tan nueva. Canciones como “Mala” o “Es tarde ya”, no siguen ninguno de los parámetros antes mencionados, más bien son temas bailables, para la fiesta. En ese momento las parejas que previamente se recitaban versos de amor se disponen a bailar y a repegarse los unos a los otros porque, ¿qué es el amor de pareja sin sexo? Este fue quizás el momento más festivo de la noche, con un Álvaro disfrutando del baile y su propia sensualidad.
Al final Álvaro Díaz logró convertir el 21 de septiembre de 2018 en la mejor noche de su vida y seguro la mejor para muchos de los presentes, lo único que se puede criticar es que al final el show daba para más, se sentía que justo en el mejor momento acabó dejando una sensación de incompleto, incluso el mismo boricua no parecía querer irse y se disculpó por no poder tocar más, ya será para otra que podremos escuchar “Piso 13”, la melodía más esperada, misma que nunca llegó.