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El tráfico frente al Auditorio Nacional parecía algo imposible. No obstante, los mayores fans de Albert Hammond Jr. ya se encontraban formados asegurando su lugar en primera fila antes de que las puertas del Lunario abrieran. A las 20 H, comenzamos a entrar, y la emoción comenzó a sentirse.
Sin embargo, el pequeño recinto no se comenzó a llenar hasta después de las 21 H, momento en que Lori Meyers subió al escenario. Emocionados por abrirle al guitarrista de The Strokes, tocaron por media hora dándonos una muestra de su indie rock español. El sonido estaba perfectamente ecualizado, aunque uno de los micrófonos (no el del vocalista) opacaba a los demás. Esto no preocupó a la banda que con una energía impresionante logró la aceptación de los pocos que estábamos ahí.
Al terminar su set, media hora sirvió para que el Lunario se sintiera más lleno. Todos con bebidas y con celulares listos para grabar esperábamos con atención. Las luces se apagaron. La banda se colocó en posición y por último Albert entró al escenario.“Rude Customer” fue el saludo perfecto para entrar en calor. Nos esperaba una gran noche genial.
Albert, con su cabello despeinado, tomó el micrófono y se dirigió a nosotros para decir “Today some new songs, some old songs, and some middle aged songs. That’s the key, middle aged songs”. Así comenzó un trayecto por el pasado, presente y futuro de su sonido. Con su característica personalidad abierta y divertida, nos sorprendió con “The Boss Americana” seguido de la potente “Caught By My Shadow”.
Junto a otros clásicos como “Born Slippy” y “Cooker Ship”, que pusieron a muchos a bailar, presentó la primera de tres nuevas canciones: “D vs L”. Después, una de las más coreadas de la noche, “101”. Sin embargo, el ambiente no se sentía tan eléctrico como en sus presentaciones en años pasados.
Si bien parecía que todos los presentes realmente éramos fans, la mayoría estaban más concentrados por tomar video que por disfrutar los guitarrazos imponentes. Así siguió la noche, con un set list ganador que incluyó desde “GfC” y “Everyone Gets A Star” hasta temas inesperados como “Holiday” y “Carnal Cruise”.
Con un sorbo de agua entre cada canción y muchas sonrisas, la banda salió del escenario para hacerse del rogar y que les pidiéramos su regreso. Al volver, lo que Albert llamó “a song for the ladies”. Se trataba de “St. Justice”, seguida de “Side Boob” y la bien conocida “In Transit”. Con esto se terminaba la noche. Un “we love you México” y un sensato “get home safe” serían las últimas palabras del guitarrista. Sin embargo, los gritos y el típico “Olé, olé, olé” lo trajeron de vuelta. Solo a él acompañado de su fender.
Advirtiéndonos que podría salir mal, Albert comenzó a tocar la delicada “Blue Skies”. Después del segundo verso olvidó la letra. Nos lo había advertido, pero lo recuperó con su buen humor y unas cuantas risas al respecto. Todos cantamos con él. Si él lo olvidaba, nosotros no.