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Akamba es un festival jalisciense que nació en 2018 para convertirse en uno de los mejores organizados del país, y es que en la Ciudad de México estos eventos masivos suelen ser, por alguna u otra razón y en diversas ocasiones, un caos.
A lo largo de las cuatro ediciones que se han realizado con anterioridad, el festival ha crecido y evolucionado en cuanto a sonido, pero también en la experiencia que otorga a lxs asistentes en áreas que no se concentran en la música pero que de igual forma son muy importantes, tales como baños, gastronomía, espacios de descanso, arte, sustentabilidad y transporte; con este último me refiero a Akamba Express, un lujo y privilegio de aproximadamente dos horas que ronda al rededor de $4,000.00 MXN y en el que puedes disfrutar de bebidas ilimitadas, alimentos típicos de Jalisco y una vista que muestra grandes y frescos campos de agave conforme te acercas al destino, pero la misma que los primeros minutos del viaje es completamente distinta puesto que las vías del tren se sitúan en zonas de escasos recursos de Guadalajara.
Cada vagón de Akamba Express está lleno y cuenta con un DJ que tiene como única misión hacer que te diviertas mientras los meseros, que por cierto se convierten en tus mejores amigos, hacen que el tequila no deje de aparecer por todos lados. Algo fácil, algo bien y algo mínimo para ese alto precio. Para la edición número cinco del festival, una parte de Disclosure apareció de repente para tocar en el tren y a nadie le molestó ese acto de magia, en especial a Sofi Tukker que estaban gozándolo como si fuesen los fans número uno.
Aunque suene un poco extraño, cuando termina el recorrido del tren aún no llegas al festival, debes seguir un camino de aproximadamente 20 minutos y este debe ser forzosamente en auto ya que Akamba se encuentra en medio de la nada y no existe algún transporte público que siquiera te acerque, pero al llegar vas a comenzar con la verdadera diversión. Desde las 15:00 H hay DJs sobre el escenario, pero no personas frente a él; es por eso que el área de comida es muy importante en el lugar, ya que lxs asistentes que llegan desde el inicio prefieren alimentarse y la zona referente está completamente llena. Las opciones no son distintas a lo que puedes encontrar en otro festival, cerveza, hot dogs, hamburguesas, lonches, papitas… Con precios que oscilan entre los $150.00 - $300.00 MXN.
Akamba es vida nocturna, así que a partir de las 18:00 H comienza a verse más acción, menos calor y mayor cantidad de tierra. A pesar de que este año el espacio se redujo significativamente, en algún punto de la noche los baños comenzaron a tener filas interminables que poco después fueron solucionadas gracias a la organización interna del festival, quien rápidamente reestructuró el área para que el flujo de personas pudiera avanzar fácilmente. Cabe mencionar y agradecer que en esta edición los sanitarios contaron todo el tiempo con agua y papel.
En esta parte del país fumar no está prohibido en eventos como este, así que existen diversos contenedores en los que puedes desechar las colillas de tus cigarros, pero también puedes encontrarte con activaciones que te otorgan beneficios si juntas cierta cantidad de colillas. El arte y las luces de colores también son parte de la identidad de Akamba; después de las 19:30 H, cuando el sol se oculta y comienzan los actos más esperados, aparecen destellos en todo el circuito de arte que se convierte en el spot perfecto para que tengas una foto en la que te veas cool y te hagas notar, así como una fogata gigante en la que basta con estar a unos cuántos metros de distancia para sentir calorcito.
Regresando a la parte musical, este año el festival contó con dos escenarios en los que se presentaron 12 actos de los cuales únicamente tres tuvieron un formato live, Lewis OfMan, Kid Francescoli y HVOB. Cada uno haciendo notar que tener una guitarra, batería, cantando, o simplemente crear música al momento es más que una experiencia religiosa y a su vez es mucho más sencillo conectar con las miles de personas que están frente a ti, viéndote, escuchándote y esperando que les des algo que les motive. Por otra parte Akamba tuvo DJ sets como el de Disclosure, que sin duda a la mayoría le habría gustado ver al dúo en vivo pero no fue así, únicamente estaba Guy Lawrence, quien cumplió con el cometido y no fue ninguna sorpresa ya que en todo momento se mencionó en el cartel del festival que así sería. En medio de esto está Sofi Tukker, quien tuvo un show híbrido que probablemente fue el favorito de muchxs, con bailarines y una inmensa tarima que ponía como protagonistas a Tucker y Sophie, sumado a esto una energía que le quitó el sueño a lxs que ya estaban pensando en dormir.
Akamba es un festival que tal vez está en el proceso de encontrar un nuevo nicho en el que la música electrónica y todo lo que hay a su alrededor se convierta en único protagonista. Lxs asistentes siempre son tomadxs en cuenta para mejorar en las siguientes ediciones y la vibra que emana de todxs es muy agradable. Si tienes la oportunidad de asistir a Akamba al menos una vez en la vida, recomiendo tomarla.
No olvides seguir a Akamba en Instagram para conocer su evolución, así como próximas sorpresas.