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Mientras subes las faldas del volcán de Tequila puedes sentir la energía que guarda la tierra y el poder de los rayos del sol que iluminan el hermoso contraste entre el azul del cielo y el verde de los campos de agave: los campos de Akamba (agave en purépecha). En su segunda edición, este festival que celebra la armonía entre la naturaleza, la música y el hombre, contó con la participación de artistas como Kelela, Toro y Moi, Chancha Vía Circuito, Sotomayor, Connan Mockasin y una gran selección de DJs que retumbaron en una variedad de ritmos, sabores y colores que propagaron un ambiente de alegría y gozo.
Al entrar al lugar una serie de banderas daban la bienvenida y delimitan el camino hacia una celebración de contrastes, variedad y mucho baile donde las primeras personas ya se encontraban disfrutando de Sotomayor. Al principio de su show, los hermanos Raúl y Paulina junto con su banda tuvieron algunas fallas de sonido de las que lograron librarse y pusieron a bailar a la gente con sonidos tropicales, tribal y afrobeat adornados por la abrazadora voz de Paulina. La fuerza de las percusiones era equivalente al calor, pero todos seguían divirtiéndose, por lo que antes de dejar el escenario la banda agradeció a los asistentes.
Después de presentarse en el festival Nrmal, Golden Dawn Arkestra regresó a nuestro país recargados y el grito “¿están listos?” dio paso al dinamismo de ritmos funk, ska, blues y jazz. Así mismo, la velocidad del aire se concentró en los instrumentos de viento para deleitar al público con una sesión de improvisación a través del capturador sonido de los saxofones. La banda convirtió el festival en un carnaval que se vio dibujado por papeles y listones de colores, así como el performance que se vio representado con las bailarinas y disfraces que ocupó la banda. El colectivo se despidió después de transmitir su “mensaje de amor y alegría” y se declaró enamorado de nuestro país.
El aprecio que le tiene el público mexicano a Connan Mockasin fue evidente. El intérprete dio un concierto diferente a lo que se esperaba. Comenzó con un cover a “I Will Always Love You” de Whitney Houston, pero después el show se convirtió en un juego entre el músico, su banda y el público. Ruidos con la boca, bailes sensuales y bromas sobrepasaron a la música. Sin embargo, hubo momentos en que pudimos disfrutar del sonido introspectivo de canciones como “Forever Dolphin Love”, “Why Are You Crying?” y “I’m the Man, That Will Find You”.
El calor iba disminuyendo con el atardecer, pero el baile continuó con Chancha Vía Circuito que dio uno de los sets más disfrutables. “América Latina sea unida hermanos” fue una frase que tomó un gran sentido durante su presentación, ya que con una fusión de ritmos ancestrales de Brasil, Bolivia y Colombia mezclados con electrónica, cumbia, cantos y gritos, la agrupación logró transformar siglos de tradición en un momento de paz y abundancia.
La noche se iba transformando y el sol tomó una forma gigante, colocando sus últimos destellos dorados sobre la tierra, al mismo tiempo que un tono negro pintaba lentamente los campos de agave. Muchos permanecían en la zona de comida y disfrutaban de los conciertos desde ahí, otros exploraban el terreno, pero la mayoría se encontraba esperando a Kelela, quien se transformó en una estrella que brilló durante una hora. La forma en que se apoderó del escenario fue impresionante y nos robó el aliento. La artista salió a entregarse totalmente, en una muestra de talento y aprecio hacia el público mexicano, agradeció ser bienvenida y eso se notó en la conexión que estableció con los asistentes. Su hermosa aura irradió cada rostro, y con su maravillosa voz nos hizo sentir felices. Cabe destacar que presentó un espectáculo completamente diferente a los que había dado en el Festival Ceremonia y Nrmal. Un grupo de bailarinas la acompañó y el DJ con el que ha estado compartiendo el escenario últimamente, para así interpretar éxitos como “Enemy”, “Go All Night”, “Bank Head”, “Rewind”, “A Message” y “LMK”. Pero lo mejor fue cuando nos sorprendió con canciones como “The High”, “Cherry Coffee”, “Bluff”, “Better”, “Take Me Apart” y “All the Way Down”, que no suele cantar. En cuanto a sonido, la vibra fue muy parecida a la de su disco Take Me a_Part, the Remixes, la energía y éxtasis estuvieron en alto cada minuto, convirtiendo su performance en el clímax del festival. Simplemente mágico y difícil de olvidar.
L’Impératrice fue la banda que congregó una mayor cantidad de fans. Proveniente de Francia cautivó con sintetizadores espaciales, y su manera sutil y genuina de producir funk y electrónica acompañada con la dulce voz de la vocalista Flore Benguigui, que se movió por todo el escenario robando miradas. El escenario “Uni” tomó la forma de una discoteca donde las luces y la esencia de finales de los 70 se vieron plasmadas en canciones como “Matahari”, “Là-haut”, “Ma Starlight” y “Erreur 404”.
El acto principal correría a cargo de Toro y Moi, Chaz Bear lucía muy feliz y su actitud positiva se esparció alrededor del ambiente. La confianza escénica que ha ganado con los años ha crecido y se ve muy cómodo sobre la tarima, por lo que la música fluyó naturalmente. El sonido era bastante claro y cada detalle se podía escuchar. La mayor parte del setlist fueron sencillos de su último álbum Outer Peace, “Ordinary Pleasure”, “Fading”, “Freelance” y “Monte Carlo” encendieron la pista, completadas por el ritmo de “Still Sound”, “New Beat”, “Mirage” y “Rose Quartz” que nos dejó con una sonrisa al final. Este fue el final de nuestra cobertura, sin embargo, la fiesta continuó con David August, Stavroz, Romare, Roderic y Monolink hasta que las luces se apagaron a las 5:00 H.