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Una vez más los escenarios pequeños fueron encargados de inaugurar actividades y mientras CLUBZ, Los Rumberos de Boston y Sangre Maíz recibían a una embarrada de personas que poco a poco miraban al cielo temiendo lo peor, del escenario principal salía ya el ska de Los Rastrillos que, como una taza de café bien cargada, despertó y avivó a quienes ya se encontraban en del Foro Sol.
Dentro de las presentaciones más especiales y a su vez para pocos privilegiados, Standstill, una de las bandas más queridas, complejas y extrañadas de Barcelona, regresó a nuestro país para un breve pero inolvidable recital. Un par de temas nuevos como “Que no acabe el día” y “Me gusta tanto”, más ya clásicos como “Adelante Bonaparte”, “¿Por qué me llamas a estas horas?” y “La mirada de los mil metros” sonaron intensas y apabullantes como la lluvia, que iba y venía cual indeciso adolescente.
De vuelta al escenario principal, desde Colombia con el mejor afro-hip-hop cumbia, Chocquib Town puso a la muchachada no solo a bailar y aplaudir, sino a subirse a los hombros de otros para una presentación de fiesta bajo la lluvia que frenó por un momento con la llegada de otro talento ibérico, La Bien Querida, que con un sonido abstracto de sintetizadores y ruido procesado, si bien no puso a “mover el bote”, a varios tuvo cantando atentos.
Los ánimos se elevaron una vez más. Por un lado se tenía a los noruegos KAKKMADDAFAKKA en la Carpa Rockampeonato que al igual que con la presentación de Motorama un día antes uno se sentía de vuelta al Corona Capital, y por el otro, el Escenario Unión Indio recibía todo el poder kitsch de Silverio; mención honorífica por sumar a “La Tesorito”.
Mientras Sonido La Changa pasaba sin pena y ni gloria en la Carpa Gozadero, tuvo lugar una fugaz pero sonada aparición en el escenario de “los palomazos” de La Esfinge, agrupación de metal del cantante pop Cristian Castro que, entre sorpresa y ovación por una sola canción, dejó claro que todo puede pasar en pro de la variedad y el surrealismo.
Después de soportar varias horas bajo la lluvia, las presentaciones de Troker, Julieta Venegas y Proyecto Maconha tuvieron destacable recepción pero sin mucho movimiento que uno pensaría se guardaba fuerza para Placebo, pero después de un set enfocado en sus últimas tres producciones y un par de regalos para los devotos, la banda como llegó se fue y abrió paso para el verdadero plato fuerte del día: Zoé, que sin duda ofreció un inolvidable recital, común en sus presentación en el festival y que se podría rescatar como la mejor de la jornada por su conexión con la audiencia y la calidad de su ejecución, aunque sorprendió al ver gente que se iba antes de terminar.
La fiesta terminó y, de la misma manera en que nunca falta algún aferrado que da para más, 2MANYDJS amenizó y aprovechó el cese de la lluvia para despedir a gran parte de los asistentes en un día extraño, algo apagado y que dejó en claro que, al igual que la Cumbre Tajín, el festival ha perdido completamente su identidad pero ha ganado una nueva. ¿Cuál es? seguramente ni los organizadores lo saben, pero el público siempre puede ir aunque sea por un par de bandas.
Cobertura presentada por coca-cola.fm. #ViveCocaFM