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Después del éxito del primer día y de haber demostrado que el Vive Latino está más vivo que nunca, llegaba el domingo. Si la primera jornada tuvo un clima frío y nublado y con conatos de aguacero, la segunda no pudo ser más diferente. El calor abrazaba al público que llegaba desde temprano para no perderse ni una sola banda.
The Guadaloops dieron comienzo a las actividades. El rap de Tino y la increíble voz de Fermín combinan a la perfección. Además, esa fusión rock/hip hop fue perfecta para dar inicio al festival. Por otro lado, en el escenario principal, los rastas se preparaban para uno de los show más esperados en el reggae mexicano, Los Yerberos. El anuncio de su regreso tuvo un gran impacto y generó bastante expectativa entre los seguidores del género, y vaya que cumplieron. Con el sol adornando el paisaje, durante 40 minutos hicieron un breve repaso de su historia, que sin duda dejó con un muy buen sabor de boca a sus viejos fans.
Mientras el reggae tomaba el control del Foro, en el escenario Tecate la locura de Los Toreros Muertos hacía lo propio. Qué gran banda. Ni el tiempo, ni los años de ausencia le ha quitado su sentido del humor. Canciones como “Mi Agüita Amarilla”, “Yo No Me Llamo Javier” o la homónima “Los Toreros Muertos” sonaron como nunca, como si de una banda de chavales se tratara.
Pero si de fiesta y locuras hablamos, no podemos dejar fuera a Systema Solar. Qué cosa tan loca. Sus vestuarios, su actitud y su discurso parecen sacados de otro planeta. Si a eso le agregas su calidad musical, logras la fórmula perfecta. Su fusión electrocumbiera funciona a la perfección, sobre todo en un festival de estas características.
Pero no todo puede ser fiesta, en un momento tienes que calmarte para recargar fuerzas y qué mejor que con Chetes. Sin hacer mucho ruido, el regiomontano llenó el escenario Tecate que, para ese momento, era usado como área de descanso, pues en su pasto la gente se asoleaba y disfrutaba de la música tranquila del ex-Zurdok.
Uno de los mejores shows en cuanto a calidad musical fue el de Goran Bregovic. Aún sin mucha gente, el bosnio demostró de lo que estaba hecho y por qué es considerado como uno de los mejores músicos del mundo. Con orquesta balcánica tocó durante casi una hora canciones que iban desde sus viejas producciones hasta su trabajo más reciente.
De vuelta al escenario Tecate, los uruguayos de No Te Va Gustar se hacían presentes. Teniendo como invitados a integrantes de Los Auténticos Decadentes, mostraron un resumen de su carrera, desde sus inicios como banda de ska con canciones como “Fuera de Control” hasta su presente más rockero y con letras “llegadoras”.
Mientras el sol se escondía, el escenario principal traía de vuelta al reggae, esta vez de la mano de Cultura Profética. A diferencia de Los Yerberos, los de Puerto Rico gozaron de un público más abundante aunque igual de comprometido. Nada mejor como el ritmo jamaicano para pasar el atardecer. Con Carla Morrison las cosas fueron distintas, aunque también su música es tranquila, es mucho más melancólica, hecha para dedicar a los viejos -o nuevos- amores. Empezó presentando su nuevo disco pero terminó cantando esas melodías que la hicieron famosa.
Pero ya, mucha tranquilidad: era hora de algo de rock, algo que volviera a poner en alto los ánimos. Y fue algo que Of Monsters And Men logró y de sobra. La energía que estos islandeses le inyectaron al Vive sirvió para seguir despiertos durante el resto del día. Con las pilas recargadas, el escenario Tecate recibió al cadillac favorito, Vicentico. No cabe duda que el argentino sabe hacer feliz a su público. Con canciones de su carrera solista y de Los Fabulosos Cadillacs, dominó por completo el escenario que se preparaba para lo mejor de la noche.
Cinco lustros, decenas de canciones impregnadas en la memoria popular, cuatro amigos. Eso es Café Tacvba. Desde Satélite arribaron al escenario principal para volver a poner sobre la mesa la discusión sobre cuál es la banda más grande de nuestro país. El set empezó con “Chilanga Banda”, lo que daba pie a lo previamente prometido: como parte del festejo de los 20 años de Avalancha de Éxitos, el cuarteto tocaría ese disco completo. A esta celebración se les unió Vicentico, para interpretar “Ojalá Que Llueva Café”. Después de cerrar la primera parte del show con “Cómo Te Extraño”, se dedicaron a repasar sus clásicos “Ingrata”, “Las Flores” y “El Baile y El Salón”, fueron sólo algunas de las canciones que causaron euforia entre los asistentes.
Los encargados de cerrar el festival fueron los británicos The Prodigy. Sus beats poderosos y su intensidad lograron revivir hasta al más cansado. Los que se quedaron a disfrutar de los ingleses, fueron testigos de uno de los mejores grupos que han pisado el “Vive” en sus 18 años de existencia. “Omen”, “Invaders Must Die” y “Smack My Bitch Up” son sólo algunas de las canciones que pusieron a todos a brincar y bailar. Es una lástima que no durara más el show.
Conclusiones
Durante los meses previos al Vive Latino la conversación en la escena rockera era si el festival podía sobrevivir al paso del tiempo o si era probable que pronto desapareciera. Las cifras oficiales dicen que hubo 150 mil asistentes durante los dos días, lo que indica que la renovación funcionó. El Vive sigue siendo el festival más esperado del año y, a diferencia del Corona u otros similares, el único al que la gente va exclusivamente a escuchar música, nada de atuendos pensados con meses de anticipación. No, aquí lo importante es cantar, brincar, meterte al slam; llorar, reír, asolearte, ensuciarte, en fin, ser rockero, aunque seas Godín en la semana.
Este año todo fue un éxito. Los organizadores acertaron con las nuevas inclusiones al festival y demostraron que los clásicos siempre será bien recibidos. Vive Latino: mostrándole a México cómo se hace un festival de rock desde 1998.