#SXSWINDIEROCKS DÍA 4

El centro de Austin estaba más lleno que los días pasados. Era obvio si tomamos en cuenta que el sábado mucha gente sale a disfrutar la ciudad. En los parques aledaños había familias, y el bullicio normal del SXSW incrementó por el festejo adelantado que uno que otro seudo irlandés le brindó a San Patricio. No hubo mucho verde, pero, de nuevo, sí mucha música.

El día empezó con dos escuchas rápidas: por un lado, Nightmare Boyzzz y Pharaos en el Hotel Vegas Patio, ubicado fuera del centro, en una zona perfecta para escuchar punk, donde abundan los garages y las bodegas industriales. Por otro lado, y para satisfacer el lado popero, intentamos llegar a Willy Moon, pero en su lugar (por cuestiones de logística) vimos a los Ruen Brothers... Una fórmula ya conocida: un par de "rostros" que no cantan mal haciendo música pegajosa.

De ahí corrimos a ver a una banda que desborda pasión en el escenario: Ravens & Chimes. A pesar de que fue formada en 2005, resultó interesante encontrarla en este festival. Sus integrantes dicen que hacen art rock. Bueno, la música es arte, pero la realidad es que teclados, guitarra, batería y bajo combinan perfecto con la voz y energía de Asher Lack. Salimos satisfechos para ver, en el Buffalo Billiards, un venue enorme, a Dead Leaf Echo. La banda hace un shoegaze noventero que para ciertas generaciones resultó nostálgico. Cabe resaltar que la música fue una joya, pero el vocalista de la banda bien podría confundirse con integrante de jauría.

Luego, un cambio drástico de género para topar, en un sótano increíble, al londinense Redinho, que a su mezcla de funk y R&B le añade efectos vocales (en vivo) y hace de lo que podría parecer un DJ set cualquiera un verdadero one-man band show. Estuvimos poco tiempo, pero lo disfrutamos, antes de ver a una de las propuestas más interesantes del día: The Soft Moon. La banda de San Francisco, cuya influencia clara es Joy Division, es oscura y brutalmente avasalladora, su darkwave volvió loco a más de uno, incluidos nosotros.

A dos cuadras nos esperaba Devendra Banhart, en un escenario perfecto para él: Central Presbyterian Church. Y sí, tocó en donde va el altar. Pero no todo es perfecto. Para asegurar lugar en el show tuvimos que soplarnos a un dúo petardo de guitarristas de americana-folk llamado The Milk Carton Kids. Lo único que hizo agradables esos 30 minutos fue la noticia (vía Whatsapp) de que Toy Selectah y Fermín IV compartirán escenario hoy con Pato Machete en el VL13. Pero bueno, a las 11 salió Devendra, con unos pantalos ajustados, la barba más corta que de costumbre y su guitarra. Solo eso, pero entre payasadas y comentarios esporádicos, hizo que vibráramos: cambios de tono, impecable ejecución con el instrumento, armonías cálidas... por algo es lo que es.

Mientras caminábamos rumbo al Empire Control Room (literal un taller convertido en foro), escuchamos los acordes de "Something's Gotta Hold On Me", de Etta James y, cuando pasamos por el lugar de donde venían, encontramos que el guitarrista de Grupo Fantasma se bajó del escenario y salió a la calle a rasgar las cuerdas. Esa es al magia de este festival. Llegamos al Empire y nos encontramos con K-X-P un trío finlandés poderosísimo, atascado y genial. Para que entiendan a lo que me refiero, les copio su autodescripción: "Original-Electronic-Motorhead-Space-Trance-Spiritual-Rock-Meditation-FreeJazz-Godz".

Para cerrar la noche, quisimos ver a Austra, pero algunos retrasos con el grupo que tocó antes que ella y problemas técnicos nos lo impidieron, así que nos lanzamos al Hype Hotel a ver, por segunda ocasión, a !!! (chk chk chk), una banda que no deja de sorprender con la fiesta que arma; baile seguro para chicos, medianos, grandes y caducos. No hubo mejor manera de cerrar el cuarto día de SXSW.