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A lo largo de los años, a muchos gustosos de la música la experiencia de explorar festivales nos ha brindado un claro panorama cultural de un país y si lo permiten sus promotores, de sus escenas locales. Los festivales suelen ser reflejos de las necesidades de una sociedad y sus búsquedas sobre nueva música, experiencias, el simple entretenimiento o una forma de pertenecer a un ecosistema musical. Desde esta perspectiva es bastante enriquecedor y da pie en algunos, a darle continuidad a la exploración de las propuestas que hay ¡en todo el mundo!.
Supe de Sunfest Festival –realizado en el centro de London, Ontario, Canadá– al conocer el año pasado a una de sus principales promotoras: Mercedes Caxaj. Co-directora artística. Ella, nacida en Canadá, de padres guatemaltecos. Con la seguridad que la caracteriza, me habló mucho de la selección particular de sonidos del mundo de gran calidad y la energía que radica en la comunidad que lo creado en 28 años de historia. Resultó muy atractiva la narrativa y aquí les contaré detalles de lo destacado.
Tuve la oportunidad de volar primero a Toronto, tomar carretera por dos horas y así llegar a London para disfrutar de la producción de los siguientes cuatro días que, junto con su padre, fundador, Alfredo Caxaj y gran equipo, han preparado para la gente de esta ciudad de más de 400,000 habitantes y turistas que llegan a disfrutarlo de manera gratuita.
Se creo 1995 porque aquí en London, en ese entonces era una ciudad muy blanca pero que sí tenía bastante gente inmigrante y refugiados y mi papá trabajaba en un centro comunitario haciendo eventos para ellos. Ahí se dio cuenta que aquí lo que todos conocían de culturas de otros países, diversas, era sólo lo tradicional, lo folklórico y se pensaba no era profesional. Entonces ahí empezó con unos conciertos para presentar grupos nacionales y internacionales, para que la gente conociera la música diversa, la música profesional de varios países. Y en eso se transformó una idea de festival gratuita para las familias, para que ellos aprendieran qué es lo que realmente tienen las culturas". Comenta Mercedes durante el festival.
Desde el primer soleado día ya venía con una pequeña lista de nombres para disfrutar en el Victoria Park, lugar con un peculiar mapa en forma de “cacahuate” (me describía Mercedes) sin embargo, la lista fue creciendo conforme me comentaban los colegas y personas del equipo de Sunfest. Las sorpresas llegaron al por mayor después de la ceremonia de inauguración donde Alfredo Caxaj agradeció emotivamente al público asistente, al gobierno y los países invitados, recalcando que esta edición era especialmente para celebrar la vida y realizado en honor a la memoria de todos los difuntos de esta pandemia.
Inició la tarde en el escenario principal con Ammoye, una increíble representante del reggae en Toronto de raíces jamaico-canadienses. Ella de particular estilo funky, ha sido nominada cinco veces en los premios Juno y realmente en vivo emite mucha fuerza en sus letras, actitud y groove impregnado de manera muy natural en su música, ejecutada por grandiosos músicos que la acompañaban para arrancar motores. Después disfrutamos de más baile con el afrobeat de Kizaba, un galán joven del Congo radicado en Canadá quien nos mantuvo atentos a sus percusiones y sin parar de bailar durante la tarde de aquel primer día.
Finalmente en el escenario principal del Victoria Park, desde Chile, Pascuala Ilabaca y Fauna (su banda) atraparon a los presentes con los sonidos del cono sur, la especial textura de voz y gran presencia de la artista de gran trayectoria. La artista tiene una peculiar conexión con la naturaleza, el poder femenino y más temas que nos hacen enchinar la piel, bailar y a la vez reflexionar. Un grandioso momento para concluir la primera muestra del evento.
Al día siguiente, arranqué con el grupo de Montreal, Sonido Pesao que con gran vibe latinoamericano presentaron su fusión hip hop-cumbiachero que cautivó a los presentes en aquel viernes. El grupo trae un peculiar ensamble de calidad con mucha actitud urbana. Vale muchísimo la pena conocerles. Después, desde Brasil estuvo Xênia França con una experimentación de jazz, ritmos brasileños, un poco de electrónica y un toque R&B muy particular. Muy buena propuesta para aquellos que buscan diversidad de sonidos de Brasil. Posterior, en el mismo stage apareció el imponente cuarteto coreano, Black String, quienes tenían instrumentos tradicionales de su país –flauta, percusiones y un kayagum–. El show inició transportándonos inmediatamente a paisajes de oriente, algunas piezas emitían paz, otras incluso se volvían oscuras (llegando a una especie de metal) pero todo era perfección con este proyecto.
Últimamente he cuestionado el porqué no hay tanta variedad de propuestas en el reggae, sin embargo NST and The Soul Sauce meets Kim Yulhee llegó a callarme la boca al encontrarles en esta segunda noche. Con la presencia de siete chicos coreanos en el escenario, el dub, reggae y afrobeat se hicieron presentes con bastante personalidad y una grata sorpresa musical al hacer un extraordinario mashup con el estilo de voz de Kim Yulhee, una reconocida cantante Pansori (estilo tradicional coreano). Me sentí bastante agradecida de conocerles.
El sábado era visible el incremento de audiencia. Inicié viendo a Tanghetto, una agrupación argentina que fusiona los beats electrónicos y el tango argentino de una forma muy refinada, recordándonos un poco a otros proyectos dosmileros que siempre caen en un mood a gusto para disfrutar. Caminando hacia otro stage me di el tiempo de ver las artesanías, productos naturales, joyería y alientos que ofrecía la comunidad de Toronto. En lo gastronómico hubo opciones de comida nicaragüense, tailandesa, cubana, italiana, mexicana, nigeriana, etc. De verdad el mundo estaba reunido en este festival. Sobre las bebidas, tuvimos varias carpas de cerveceros artesanales locales. Todas estas compañías 100% independientes.
La primera edición fue de tres escenarios, 30 vendedores de comida, artesanos y llovió. Pero era una idea muy linda, con 18 bandas, una banda internacional. Ahí empezó el festival de esa manera, porque se vio el impacto social que había. La gente empezó a conocer más, empezó a expandir su conocimiento. Entonces eso era lo bonito, que realmente todo London salía de sus casas, porque podía encontrar un grupo, un ritmo, una comida, un artesano que ellos entendían o que conocían en persona o que podían apoyar, pero también aprender de los otros y ver que 'wow está este grupo coreano y yo no sabía que existían estos ritmos, este instrumento' y realmente se creó una plataforma de aprendizaje para la comunidad". Mercedes cuenta.
Jeremy Ledbetter Trio fue una de las joyas del jazz contemporáneo vistas que me exaltó mucho el corazón con sus composiciones y refrescantes paisajes sonoros. La capacidad de este trío es impecable, integrado por el pianista Jeremy Ledbetter, el baterista Larnell Lewis (Snarky Puppy) y el bajista Rich Brown (rinsethealgorithm). Cuando vean el nombre de este trio en algún cartel, por favor, no se lo pierdan. En aires más clásicos, también vimos al trío Suonno D'Ajere, quienes desde Nápoles llegaron sus jóvenes integrantes con música tradicional italiana a transportarnos a un escenario más romántico, alegre y de nostalgia. Moskito Bar por otro lado, integra a músicos de todo el mundo radicando en Toronto para fusionar de la manera más divertida en vivo géneros de la música ucraniana, balcánica, iraquí de Oriente Medio, celta francesa y hasta cumbia. Finalmente aparecieron nuestros queridos integrantes de Francisco, El Hombre, quienes estaban de gira por Norte América y no paran de contagiar la energía que sólo ellos conjuran en cada uno de sus shows en vivo. Rock con grandes letras, enorme corazón y ritmos para bailar, es lo que nos hacen gozar de principio a fin. Tremendo cierre de sábado con ellos en el escenario principal.
Último día, domingo. Mis rodillas ya no podían más de tanto bailar con el equipo de Sunfest, pero fue tan positiva la experiencia que estaba en un mood de nostalgia y felicidad para cerrar este maravilloso fin de semana. Me dirigí a ver el muy comentado show de Alba Gil Aceytuno proveniente de Islas Canarias. Con su banda, la compositora e intérprete al saxo y flauta hace un grandioso show de experimentación con jazz, lo-fi, rock y folclor. Bastante buena en su arriesgada propuesta para el público familiar presente sin embargo, a varios nos dejó impactados.
En la recta final vi dos actos que estaban en esta lista que les contaba, por fin lograba ver a Moktar Gania & Gnawa Soul con un brillante show que reunía los ritmos marroquíes de los Gnawa, influencias de África Occidental y más ritmos que pareciera pueden trascender los siglos para hacernos sentir más que vivos. A la par de la lista también vi a la banda nigeriana, Bombino para disfrutarles con su hipnótico estilo de riffs y armonías tradicionales que se vuelven de manera orgánica un rock bastante único. Posterior a esto,
Ghetto Kumbé desde Colombia, llegó a darnos una catedra de beats impregnados de rumba, house caribeños y ritmos tradicionales afrocolombianos que durante todo el show, entre brincos y tamborazos, no nos soltó este trío de ponernos a bailar. Esperemos verles nuevamente, creciendo su comunidad de escuchas por más países.
Para cerrar el festival, a la par se presentaron Sonido Pesao y NST and The Soul Sauce meets Kim Yulhee haciéndolo de la mejor forma, con toda la audiencia feliz de tan maravillosos días de fiesta en London.
Para finalizar de una charla durante el festival, Mercedes nos platica, "presentamos de 35 a 40 grupos, donde la mitad son de Canadá y la otra mitad son internacionales, sin embargo escogemos grupos de Canadá que realmente nos enseñan todas las culturas que radican acá, pero también los que se han fusionado, los que se han dado a entender y han creado proyectos, géneros, sonidos, ritmos totalmente diferentes que sólo se pueden crear aquí en Canadá. Sunfest es un festival gratuito, así que en lugar de pagar un ticket o un boleto para el festival, gasten en venir a conocer a Canadá para quedarse aquí en London, para conocer a los grupos de todas partes del mundo con tanta gente de tantas edades y que traigan a sus hijos también, porque eso, eso es mi parte preferida de este festival, que yo crecí con este festival. Pero también he visto gente como yo, crecer y tener hijos también, y traer a sus hijos y ellos van a traer a sus hijos. Es un festival multigeneracional".
Cada producción tiene su energía, sus formas de producir, experiencias de marcas (aquí definitivamente no se sintió nada invasivo), o líneas musicales de programación por lo que Sunfest muestra con más claridad la sinergia de colaboración, integrando con mucha pasión a toda la comunidad posible (artistas del mundo, productores locales, cocinas, gobiernos, jóvenes voluntarios, amigos, familias) sin preferencias o intereses de marcas, volviéndolo así un festival verdaderamente unido por brindar los mejores cuatro días de música diversa del mundo.